Encontré Mi Corazón en San Francisco

(I found my heart in San Francisco)



Libro 1: Despertares

(Awakenings)

Por: S X Meagher

Tercera parte

 

* * * * * * * * * * *

Se fueron a la casa de Jamie y ambas se sintieron bastante aliviadas de encontrar  solo a Mia en casa.  Converso con Ryan agradablemente por unos momentos antes de subir a su habitación.  Jamie la siguió momentos después para darse una ducha y cambiarse.  Ryan ofreció distraerse ella misma y Jamie la dejo sola por unos minutos.

Jamie se quedo en la ducha un largo rato para relajarse antes de salir.  Se seco el cabello rápidamente y estaba acabando de vestirse cuando Mia entró.

—¿Qué  le hiciste a Ryan?— preguntó con un brillo en los ojos.

—¿Qué quieres decir?— la miró confundida Jamie.

—¿Quieres ver algo tierno?—, pregunto Mia misteriosamente.  Jamie asintió y le indico que la siguiera al pasillo.  Las dos se asomaron sobre el barandal, observando a  Ryan, quién se había sentado en el sofá,  sólo que ahora se había quitado los zapatos y estaba dormida, su delgada y larga figura acomodada en el estrecho sofá, sus piernas largas colgaban del brazo de este.  Sus manos dobladas pacíficamente sobre su pecho y  una sonrisa dulce, con una expresión de satisfacción en su rostro.  Jamie  se maravillo de lo joven  e inocente que se veía su amiga al dormir.

Ambas amigas regresaron al cuarto de Jamie y se soltaron a reír.  —Me alegra mucho que se sienta cómoda aquí—, dijo Jaime sin dejar de reír.

—Parece ser una buena persona—, Mia admitió.

—No puedo encontrar las palabras correctas que expresen con certeza lo buena es—, Jamie respondió simplemente  —. Es una mujer extraordinaria.

—¿Sigue coqueteando contigo?—  Mia le preguntó algo dudosa, sabiendo que ese era un punto algo delicado.

—No. Para nada—, respondió Jamie sin dilación  —. De hecho ya hemos hablado de eso, aunque fue algo difícil para mí mencionarlo.  Admitió que si había coqueteado conmigo pero que ahora ya no lo hacia porque ahora  éramos amigas.

—¿Dios, no te dio vergüenza? —. Exclamó Mia —¡No me imagino preguntándole eso!

—Eso es lo es súper de Ryan.  Le puedo decir lo que sea.  Nunca me juzga o actúa sentida por lo que le digo.  En realidad me sentí muy cómoda hablando con ella acerca de eso.  Desearía que pudieras conocerla mejor—, dijo  —. Sé que te caería bien.

—Confió totalmente en tu capacidad para juzgar a las personas, James.  Estoy segura que me caerá bien.  Tal vez podamos cenar juntas alguna otra noche.

—Gracias por intentarlo Mia. Quiero que te sientas a gusto con ella.  Tu amistad vale mucho para mí—. Vacilo un momento antes de mencionar el próximo tema.  —Sabes, sinceramente me enfado mucho que Cassie te dijera que Ryan estaba coqueteando conmigo—, apunto.

Mia abrió la boca para tratar de defenderse, pero Jamie la interrumpió. —Ya no estoy enojada, en serio.  Sé que no lo hiciste con malicia.  Pero Cassie realmente la detesta.  Ella ya tenía a Jack predispuesto acerca de toda esta situación y tuvimos una gran pelea por ello. Así que por favor, te suplico no hables de  Ryan con ella, sólo haría peores las cosas. 

—Ok, Jamie.  Jamás volveré hablar de eso con ella.  Me  apena que te lastime. Fue estúpido de mí parte hablarle a Cassie sobre ti.  Sé que siempre trata de meterse en medio de todo.  A veces desearía que se fuera a vivir con su novio—, respondió con desprecio.

—Si, lo sé, pero hemos estado juntas tanto tiempo, creo que podremos sobrellevarlo—, dijo esperanzada.

* * * * * * * * * * * *

Después de que Mia regresará a su cuarto,  Jamie se tomo su tiempo para arreglarse.  Se peinó cuidadosamente, se puso rubor y luego escogió un suéter de lana verde y una camisa amarilla.  Completando el atuendo con un par de pantalones kaki y un par de zapatos negros.  Examino su imagen en el espejo grande, reprendiéndose a sí misma al hacerlo.  ‘Solo es Ryan, sabes.  No es una digamos,  una cita’— Cuando volvió a bajar los escalones se quedo sorprendida al ver que  Ryan seguía dormida.   

Se sentó en una silla tapizada junto al sofá y simplemente la miro por unos momentos.  Ryan era increíblemente tranquila al dormir.  De repente Jamie cayo en cuenta  que jamás la había en un estado de inactividad por completo.  Ryan normalmente era muy activa, a veces algo hiperactiva.  Aunque su cuerpo no estuviera en movimiento Jamie casi podía ver a veloz mente  procesando algo.  Nuevamente se maravillo de lo  tranquila y en paz  que se veía reposando.  Ryan rara vez se miraba de manera severa pero si se veía muy segura de sí misma con una expresión calmada.  Miró que su pecho subía y bajaba y observo sus labios un poco abiertos en sueño.  De repente sintió un gran deseo de poner un beso sobre eso labios tan suaves.  Se resistió con una sacudida violenta de la cabeza.  ‘¡Controlate por dios, Jamie! ¿De dónde demonios vino ese deseo? Se quedó sentada en la silla otros minutos meditando sobre los pensamientos contradictorios que corrían por su mente.  —‘Tal vez solo sea que me siento que necesito protegerla.  Cuando duerme se parece a una niña que perdió a su mama.  Y esa será la parte que me da por besarla. Se ve tan tierna, como una niña—,’ pensó con cariño. —Si claro y ¿a cuantas niñas haz querido besar?— Finalmente decidiendo que no encontraría las respuestas a esos embrollado pensamientos esa noche los hizo a un lado, quietamente se movió hacia el sofá.  Se inclino sobre Ryan y gentilmente puso su mano sobre su hombro y le dio una pequeña sacudida.

Ryan despertó inmediatamente e increíblemente muy alerta.  Jamie se sorprendió ante esta reacción, y su rostro lo debió demostrar.  Ryan detecto le mirada sobresaltada y preguntó, —¿Cuál es el problema? ¿Dormí demasiado?

—No, no, yo me sorprendí por la forma tan rápida en como reaccionaste—, explico.

—Oh, eso se debe a años de practica—, respondió fácilmente. —Necesito dormir como 8 horas pero solo duermo como 6.  Me he entrenado a misma a dormir en donde pueda cuando tengo unos minutos extras.

—Eso es realmente asombroso—. Se maravillo Jamie.

—No en realidad.  Puedes entrenar tu cuerpo para hacer muchas cosas si en realidad lo necesitas.

—Bueno me alegro de que te sientas lo suficiente cómoda como para haberte dormido aquí.

—Pues si me siento muy cómoda contigo, pero verdaderamente, puedo dormir casi en cualquier lugar.  Hasta puedo dormir más o menos bien sentada en una silla.  Y una vez tome una buena siestecita de 15 minutos inclinada contra una pared—, dijo con orgullo.

—Ciertamente tienes muchas habilidades, Ryan—, admitió al inclinarse sobre ella  agitando su fleco.

—Y eso que no haz visto ni la mitad de ellas—, sonrió segura de sí misma.

* * * * * * * * * * * *

Después de terminar su cena de Falafel y ensalada griega, hablaron sobre el plan de los ejercicios para la semana.  Jamie decidió que llevaría su bici con Jack y hacer su paseo largo el sábado por la tarde mientras él estudiaba.

—OH sábado—exclamo Ryan con mucho placer.  —No he tenido un sábado libre en años.  Este nuevo nivel de libertada, mmm, me  va a tomar tiempo acostumbrarme—. Dijo con una expresión de alegría.  Había decidido que en realidad ya no tenía que trabajar los fines de semana.  Jamie tenía 10 horas de entrenamiento privado por semana ya organizado para ella.  Con $1,250 por mes era más que suficiente para que sobreviviera, Ryan decidió tomarse los fines de semana libres para relajarse.  Pero sinceramente no sabía que hacer con su tiempo libre.  Había tenido algún trabajo u otro desde los 16 años y todos habían ocupado sus fines de semana.  —Es el dilema mas alegre que he tenido en años—. Comento

—¿Porque no vienes y paseas conmigo el sábado?—, Jamie ofreció.  —Puedes ver la península y tal vez ayudarme a escoger los mejores caminos.

—¿Será eso una Buena idea, Jamie?— preguntó indecisa.  —¿No se molestará Jack?

—¿Porque le molestaría? —Pregunto  confundida.  —Él estará estudiando y aparte no tiene bici.

—No, este, quise decir—, tartamudeó, —Pensé que no estaba muy contento de que pase tiempo contigo.

—No, Ryan, eso no es verdad.  Estaba enojado conmigo por no haberle dicho algunas cosas que él pensó eran importantes.  No creo que tuviera que ver contigo, personalmente—, mintió.

—Si estas segura—, respondió aun con cierta reserva, —Me encantaría ir.  Seria bueno ver otra parte de la bahía.  He oído de unos caminos grandiosos por allí.

—Entonces es un hecho—, Jamie acordó.  —¿Oh, pero como te llevaras tu bici?  ¿Paso por ella el viernes?

—No, yo puedo llevarla.  Le pediré prestada la camioneta a mi papa si es necesario. ¿ A que horas quieres encontrarnos?  —Pregunto al tomar su siempre presente agenda.

* * * * * * * * * * * *

Capitulo 4

—Centro Deportivo“Castro”, habla Ally—, se escucho una voz  de contralto.

—¿Hola Ally, adivina quién es?—,  pregunto.

—Mmm—, pensó, —Es una morena ardiente de más de 1.70 de altura, e interminables piernas.

—Sí—, ronroneó.

—No, no conozco a nadie así, ¿quien demonio eres?— pregunto tratando de ocultar su risa.

—Solo soy una mujer solitaria buscando compañía—, dijo inocentemente.  —Conoces a alguien que pueda estar libre el viernes por la noche.

—¿La noche del viernes? ¿En serio me quieres ver este viernes?—pregunto incrédula—. Pensé que solo te daban permiso de salir de casa por las tardes.

—He tenido un cambio de horario—, dijo felizmente. —Los  fines de semana ahora son míos.

—¿En serio? Jamás haz tomado un fin de semana libre en todo el tiempo que te he conocido.  ¿Tienes alguna idea de cómo llenar un fin de semana?

—Estaba esperando que tu me pudieras ayudar con eso—, pregunto esperanzada. —¿Que dices del viernes entonces? 

—La mejor oferta que he tenido en todo el día—, respondió. —¿Quieres salir o quedarte en casa?

—Puedo salir con quien sea—, dijo esto con un tono bajo y peligrosamente sensual. —Quiero quedarme adentro contigo.

—Estaré en casa para las 6.  Trae algo para cenar contigo, cosita ardiente, porque no te iras hasta el sábado.

* * * * * * * * * * * *

Ryan condujo hacia Castro el viernes por la noche, pensando en Ally.  Se habían conocido poco después de que Ryan se graduara de preparatoria. Empezo a tomar clases para volverse entrenadora personal certificada y por suerte consiguió trabajo en Castro Fitness.  Ally siendo dos años mayor  había empezado en Castro unos meses antes de Ryan.

Ryan estaba segura de que Ally casi no había tomado nota de ella y se sorprendió cuando la casi desconocida se aproximo un día para discutir el sexo seguro.  Ryan apenas se estaba sintiendo cómoda con su identidad lesbica.  Había pasado el año anterior con un comportamiento bastante peligroso pero Ally la sentó y le dijo las cosas con crudeza.  “Escucha Ryan —le dijo— No puedes continuar danzando salvajemente con cada chica que conoces. Tienes que practicar sexo seguro cada vez que estés con alguien”.

—Pero el riesgo de contraer SIDA no es tan alto para las mujeres que tienen sexo con mujeres—, Ryan dijo defensivamente.

—No, no es tan alto, pero cualquier riesgo es demasiado.  Tienes 17 años, Ryan.  No arriesgues acortando tu vida de por sí corta por algo de acción.  Aparte SIDA no es lo único por lo que te tienes que preocupar.  Te garantizo que contrataras una enfermedad venérea dentro de 6 meses sí acaso no lo haz hecho aún.  Herpes y chnodyloma son permanentes, Ryan.  Y no importa que atractiva eres, tu popularidad caerá al piso si tienes lesiones o verrugas en tus partes divertidas.

—Pero no se como tener sexo seguro—, admitió sonrojándose.

—Ven esta noche después de las 8 y yo te enseñaré todo lo que necesitas saber—, Ally ofreció.

Ryan se rió al pensar que fácilmente había sucumbido a los encantos de Ally.  Habían pasado la primera noche en ‘Good Vibrations’, una tienda de juguetes sexuales orientada hacia las mujeres en el distrito de Misión.  Ally le explico sobre todos los juguetes y barreras de látex que Ryan podía usar como protección.  Y después, para asegurarse de que su estudiante entendía todo perfectamente se habían regresado al departamento de Ally y probado cada objeto en su bolso de trucos.  Para el día siguiente Ryan estaba muy rosada pero bien entrenada en la ciencia de sexo seguro.

Después de su iniciación, se hicieron muy amigas.  Las dos les gustaba hacer ejercicio, montar bici, y tener sexo, mucho sexo, con muchas mujeres.  Ryan se encontró cayendo por su nueva amiga.  Pero Ally le dijo claramente que ella no estaba interesada en tener una novia.  Continuo saliendo con cada mujer que llamaba su atención y jamás hizo un intento de esconder sus conquistas de Ryan.  Después de un tiempo,  logro entender que Ally no le iba a regresar sus afectos y empezó a pensar de ella como otra pareja para sexo ocasional.  Y mientras se mantuviera en esa línea casual,  Ally siempre estaría dispuesta a pasar uno o dos días con ella.

Su rutina normal era verse varias veces durante un periodo de 2 o 3 semanas.  Pero en cuanto las cosas empezaban a ponerse demasiado intensas una u otra dejaban de llamar.  Dejaban que 3 o 4 meses pasaran y regresaban para otra intensa revolca en el heno.

Ryan muchas veces sentía que le gustaría tener algo mas serio con Ally, sin embargo sabía que eran demasiado parecidas para poder tolerarse por mucho tiempo.  Pero tenia que admitir que era normalmente Ally quien le ponía un alto a sus encuentros.

A veces iban a un club o bar, y un año fueron al festival del “Orgullo Gay” juntas.  Pero generalmente solo se reunían  para tener sexo increíble.  Ryan jamás había conocido alguien que la conociera como Ally.  Tal vez era porque habían dormido juntas tantas veces.  Ally tenía algo que simplemente la volvía loca, lo chistoso era que Ally no era precisamente su tipo de mujer físicamente hablando. De hecho,  era la única mujer que en realidad había ligado a Ryan y no  en viceversa, lo cual seguía haciendo, a veces solo para mostrarle quien era el jefe ahí. Ally sólo era un poquito más alta que ella, pero definitivamente más fuerte que Ryan. Ally competía en concursos de físico constructivismo y usualmente lo hacia bastante bien, siempre y cuando fueran competiciones sin sustancias prohibidas. Ally estaba realmente en contra del uso de esteroides y se rehusaba a competir si las atletas antes no eran sometidas a análisis.

Ally era atractiva, pero en un modo andrógino.  Su cabello era castaño oscuro y muy corto, poco más de un centímetro y medio.  La mayoría de tiempo se le paraba hacia arriba como tipo corte militar, pero Ryan le gustaba como se sentía el cabello erizado contra su cuerpo desnudo.  Sus ojos eran entre azul y gris dependiendo en de la luz, pero había un fuego en ellos que atraía fuertemente a Ryan.

Por lo regular a Ryan le atraían las mujeres altas, siempre y cuando no fueran tan altas como lo era ella; Como 1.70 m más o menos era perfecto.  Adoraba a las morenas con cabello largo y le encantaban los ojos marrones.  Le gustaban en particular las mujeres delgadas, ágiles y atléticas pero no muy musculosas.  Siempre la dejaba sorprendida  que encontrara a Ally increíblemente atractiva.

Llego a Hamburger Mary’s para recoger unas hamburguesas y malteadas, la comida chatarra favorita de Ally.  La mayor parte del tiempo, las dos trataban de comer saludable, pero cuando no estaba preparándose para una competición Ally era flexible.  Como a Ryan no le importaba mucho la variación de su peso, se podía permitir ser tentada por cierta comida chatarra y ella tenía que admitir que las hamburguesas eran unas de sus favoritas indulgencias.

Mientras estacionaba su moto como a una cuadra del edificio de Ally sintió a su pulso acelerarse.  No era su costumbre ponerse nerviosa cuando tenia una cita, había aprendido hacia tiempo que una mujer hermosa podía resultar ser un fracaso al pasar un atardecer con ella.  Pero conocía a Ally bien, y sabía que esperar—todo el sexo que pudiese aguantar.  Ryan siempre pensó de sí misma como la pareja dominante en casi todas las relaciones que había tenido.  Le gustaba; no—necesitaba—controlar la acción.  Pero jamás lo pudo hacer con Ally.  Aunque solo era dos años mayor, Ally siempre trataba a Ryan como una jovencita sin experiencia.  Controlaba toda  la noche, y Ryan había aprendido que si quería mantener la conexión tenía que permitir que su amiga estuviera a cargo de la situación.

Ryan troto por las escaleras hacia el apartamento de Ally en el tercer piso.  Timbro a la puerta y espero pacientemente oír los pasosen el interio.  Abrió la puerta con el teléfono inalámbrico en la mano y sonrió ampliamente a la par que indicaba a Ryan  que debería entrar a la cocina para organizar la cena.

Al terminar de poner todo sobre platos, Ally se le escabullo por detrás y la envolvió en un abrazo de oso.  Acurruco su cabeza entre el cuello de Ryan al detenerla fuertemente de la cintura.  —Te he extrañado dulzura—, susurro en su oído.

Ryan sintió un escalofrió empezando en su oído y recorrerla  hasta los dedos de los pies.  Se rió un poco al sentir el calido aliento cosquillar a su oído.  Le gustaba el suave acento sureño que su amiga no había logrado perder aunque se había movido a San Francisco de Chapel Hill, Carolina del Norte hacía mas de 8 años.  Estaba lista para que la soltara pero Ally la retuvo un poco mas para indicarle que ella seguía arriba.  Ryan se dio la vuelta dentro del abrazo y levanto su cabeza para ponerle un beso contra los labios sedosos y suaves de su amiga.

Una de las cosas que Ryan amaba era el contraste entre la conducta y apariencia exterior y la suave, calida curvas de mujer que normalmente estaban escondidas bajo su ropa de ejercicio.  Ally tenía un pecho medio grande para su tamaño y las curvas encantadoras de sus caderas por las que Ryan le gustaba correr sus manos.  Su exterior duro simplemente acentuaba los tesoros escondidos que Ryan adoraba encontrar.  —Te he extrañado también Ally—, dijo sinceramente.

—¿Cuánto tiempo a pasado?— Ally pregunto al alejarse del abrazo de Ryan y estirar la mano para tomar una papita frita y echársela  a su boca.

—Estaba pensando en ello en el camino hacia acá—, admitió. —creo que fue un poco después de la Carrera del SIDA.  Recuerdo que mis piernas estaban entumecidas cuando vine y que siguieron igual por toda una semana ¡gracias a ti!

—Ya sabes que nunca garantizo no mallugar la mercancía—, ronroneo antes de empujar a Ryan contra la mesa.  Ryan   deslizo sus brazos alrededor del cuello de Ally y se dejo besar completamente.  Esas manos tan fuertes y grandes la apretaron de la cintura mientras Ally trabajaba en su boca con intensidad metódica.  Se retiro lentamente riéndose un poco mientras Ryan dejo sus brazos alrededor de su cuello, sus ojos bien cerrados.  —¿No tienes hambre, dulzura?— Le pregunto suavemente.

Ryan con los ojos aún cerrados asintió.

—Parece que tienes hambre para algo de amor—, Ally ronroneo al inclinarse para darle una ronda de besos prodigiosos y acalorados sobre la boca hambrienta de Ryan.

Ryan no pudo evitar dejar escapar un suave gemido antes de que su boca fuera reclamada por su amiga. Muchas veces se sentía impotente cuando estaba con Ally y tenia que admitir que le gustaba mucho.  Había algo muy tranquilizante en sentir que otra persona estaba al cargo de vez en cuando y era lo  que le atraía a Ryan.  No creía que le gustaría sentir eso  todo el tiempo, pero era un cambio bienvenido del que había llegado a depender y anhelar durante los pasados 5 años.

—Vamos mi dulce nena—, Ally dijo suavemente al sacarse del abrazo.  —Necesito mantener mis fuerzas para poder aguantarte toda la noche—. Tomo los platos cargándolos hacia la sala.  Ryan tomo las malteadas y un puño de servilletas.  Se sentaron en la cómoda sala, Ryan en el sofá, Ally en una silla de piel color caramelo.  Hablaron sobre la última competición de levantamiento de pesas en que estuvo Ally en San José.  Ryan conocía algunos de los competidores y uno o dos de los jueces y Ally le dijo quienes estaban de verdad de buena forma.  Ryan se dio cuenta que sus conversaciones generalmente se centraban en rutinas de ejercicios, levantamiento de  pesas y conocidos que tenían en común.  Ally normalmente le hacia algunas preguntas sobre la escuela, pero era claro que solo  lo hacia por ser amable.  Casi no compartían intereses mutuos, pensó Ryan.  Un CD de Wynona Judd tocaba tranquilamente en el trasfondo para iluminar otro punto de diferencia.  Ryan  gustaba de música étnica, de todas partes del mundo, particularmente Pop Africano o artistas Irlandeses contemporáneos, mientras Ally no variaba de Wynona, Shania, Reba y Faith.  Su departamento no tenía ningún libro, lo único que había para leer eran revistas de Deportes y  Salud.

Ally venia de una familia grande, pero se había ido de casa casi inmediatamente después de graduarse de la preparatoria.  Había tenido sexo con mujeres desde los 15 años pero una hermano mayor la pillo con otra chica cuando era mayor en la escuela y hizo que su vida familiar casi insoportable por ese ultimo año.  Después de irse de Norte Carolina mantuvo una relación con una de sus hermanas que también se había ido de casa para siempre por su propio bien, pero eso era todo.  Ryan no estaba segura que sus padres supieran donde vivía.  Sabia de seguro que  había mucho dolor oculto  tras el alegre comportamiento de su amiga pero nunca hablaban de ello.  Ally prefería pasar solo el tiempo en asuntos corrientes y Ryan había decidido hacía tiempo que debía respetar su necesidad de privacidad si esperaba mantener la relación.  Tal vez por su situación familiar Ally nunca preguntaba mucho sobre la vida familiar de Ryan.  Sabia que Ryan vivía en casa, como jamás podían ir allí para una cita, raramente preguntaba por los demás de la familia O’Flaherty.  Su relación parecía existir fuera de sus vidas normales.  Era incorrupta por los hechos de día a día que pudieran  causar tensión.  Claramente había un solo enfoque y ambas parecía que lo preferían así.

—¿Dime que es lo que a causado el cambio en tu horario?  Ally pregunto al recoger el plato de Ryan ya vacío y llevarlo a la cocina.

—Conseguí un nuevo trabajo—, Ryan empezó a la vez que Ally regreso a la habitación  y se sentó enseguida de ella en el sofá.  Su amiga casualmente colgó su brazo sobre sus hombros y la jalo cerca y Ryan sonrió modestamente a la vez acurrucándose contra el lado de Ally.  —Bueno en realidad una amiga me consiguió un nuevo trabajo—, admitió para aclarar.  Aunque habían trabajado en el mismo gimnasio por casi 5 años casi nunca se veían en el trabajo.  Ryan trabajaba por las noches y fin de semanas casi exclusivamente mientras Ally acomodo su horario de 9-5.  No hacia sus ejercicios en Castro, así es que pasaba la mayoría de sus noches entrenando en un lugar de Pesas libres en el distrito de Misión.

—¿Te vas de Castro?  —Preguntó sorprendida

—Pues si—, Ryan admitió.  —Mi nuevo lugar esta en Berkeley.  Es muy bueno, Ally.  Solo son mujeres y esta lleno de gente que quiere trabajar y no posar—. Era una broma vieja entre ellas como poca gente en Castro en realidad quería trabajar en serio, especialmente en las noches; el tiempo perfecto para ligar.  —Tengo a dos clientes que no quieren moverse conmigo, pero creo que los tendré que dejar ir.  No vale la pena pagar $250 al mes y tener que venir hasta acá para solo ganar $375.  Eso solo me haría perder mas que ganar.  ¿ Los quieres tomar tú?

—¿A que hora los vez?

—Veo a Mark los miércoles a las 9 y domingo a medio día, y Vanessa a las 4.  Pero creo que preferirían venir durante la semana.  Mark es un escritor, así es que puede tener cualquier horario y Vanessa o es una mujerzuela o una bailarina.  Jamás hemos hablado de eso pero tiene mucho mas silicona de lo que yo pienso  se necesita para usos normales—, dijo riendo.

—Me gustaría tener otro par de clientes regulares—, Ally dijo.  —¿Quieres entregarlos o debería llamarles?

—Mi cuota esta pagada hasta Octubre, así es que estaba planeando terminar el mes con ellos.  ¿Estarías dispuesta a venir el domingo y conocerlos?

—Seguro.  ¿Porque no vienes mañana por la noche y podemos desayunar el domingo por la mañana antes de ir?

Ryan le dio una sonrisa  ladeada al hacer una pequeña suplica por algo de moderación.  —Eso funcionaria para mí, pero tendrás que prometerme no agotarme esta noche.  Tengo un paseo largo programado para mañana y no lo podré hacer de pie.  Aparte tengo que reservar algo de energía si quieres que regrese mañana por la noche.

—Okay—, Ally respondió suavemente al inclinarse a besar el cuello de Ryan.  —Seré gentil contigo esta noche, pero mañana no abra apuestas—, dijo al mordisquearle el cuello bruscamente en anticipación.

Ryan trago audiblemente al considerar que es lo que esperaba.  Ally nunca la lastimaba o trataba de dominarla físicamente.  Pero parecía tomar mucho placer en extraer todo el deseo que podía del cuerpo de Ryan.  No usaba parafernalia de dominatrix pero si le gustaba dominar a Ryan, normalmente con sus manos o muchas veces simplemente con su personalidad.  Ryan sabia exactamente como era estar en los zapatos de Ally, como su comportamiento era igual cuando ella estaba con otras mujeres.  Pero era muy excitante ser el objeto de sus deseos cuando estaban juntas.  Cuando Ally decía que no habría apuestas quería decir que seria cosa de toda la noche, entregándose completamente a su amiga.  Ally rara vez la dejaba con solo un orgasmo.  Y como Ryan no era multiorgásmica necesitaba descansar por lo menos una hora o más entre turnos.  Algunas de sus citas se volvían largas sesiones de maratón, con cortas siestas o salidas a un restaurante de 24 horas por algo de estamina para poder seguir.

Ryan inclino su cabeza al cerrar sus ojos para darle acceso completo de su sensitivo cuello a su amiga.  Ally le gustaba que Ryan se viera algo butch por fuera, así  que se había puesto una camiseta ajustada negra con mangas cortas enrolladas un poco y unos pantalones estilo carpintero.  Pero también le dio satisfacción al deseo de su amiga por ropa íntima sexy.  Bajo su ropa de mujer dura Ryan llevaba puesto un brassière casi transparente de encaje y un par de bikinis negros pequeños.  Ally empezó a trabajar su camisa fuera de sus pantalones y Ryan recordó que jamás se desvestía ella misma cuando estaban juntas.  Ally tenia una necesidad de controlar toda la escena; del principio hasta el final, y desvistiendo a su pareja era una parte importante en este escenario.

Después de haber halado libre la camiseta de Ryan,  regreso a su cuello empezando a besarla bajando por el cuello de la camisa.  No le gusto el ángulo que tenia y deslizo sus brazos de tras la espalda y rodillas de Ryan y fácilmente la subió sobre sus piernas.  Ryan sonrió serenamente al sentirse levantada tan fácilmente.  Ella siempre era la que acurrucaba a las mujeres en sus rodillas y le gustaba el cambio de papel.  Había algo liberador en dejarse ir y permitir que Ally tomara las decisiones.  Brevemente pensó que si Ally tenia alguien con quien cambiar de papel, pero esos pensamientos volaron de su mente al sentir su camiseta subir por su cuerpo.  —OH, me encanta esto—, la voz de Ally zumbo contra su oreja a la vez que corría sus manos fuertes sobre los senos de Ryan.

Sintió sus pezones repentinamente ponerse atentos al ser provocados por entre el encaje medio áspero.  No le había advertido a Ally que fuera gentil con sus senos y tembló un poco al imaginar que bien serian amados.  Ally definitivamente era una mujer de senos.  Parecía que la mayor parte de su excitación resultaba por acariciar los senos de Ryan y volvía a ellos una y otra vez al hacerle el amor.

 

Ryan lánguidamente se inclino contra el cuello de Ally mientras continuaba a acariciando sus senos entre el brassière.  Un gemido pequeño se escapo de entre sus labios al sentir las manos fuertes apretar y jugar con sus senos  más y más excitados pero sabia que Ally iría a su propio pasó, no importaba que excitada estuviera ella.  Ally claramente quería darle placer a Ryan pero su propio deseo era al enfoque de su interacción.  Se espero a que estuviera preparada para moverse adelante con su amor, y Ryan sabia que mejor debería de relajarse y disfrutar del paseo.  Ally estaba manejando y ella no tenía ningún control de la ruta o el destino.

 

Deslizo la mano hacia abajo para tomar el seno de Ally pero sintió su mano ser agarrada firmemente al oír a su amiga susurrar, —Concéntrate dulzura.  Solo siente lo que te estoy haciendo.  —Ryan sumisamente obedeció  las instrucciones al preguntarse si le seria permitida tocar a Ally esta vez.  Usualmente era permitido darle placer a su amiga, pero normalmente tenia que esperar hasta que Ally le había hecho el amor al menos dos veces.  Parecía haber una barrera que tenían que cruzar en orden de que ella pudiera ser receptiva.  Algunas veces se quedaban juntas por dos días sin que a Ryan le fuera permitido siquiera besarle los senos.  Pero Ally obviamente no quería hablar de sus deseos o necesidades.  Ryan supuso que había sido violada de niña pues había ciertos modos en que no toleraba ser tocada.  También había ciertas posiciones que Ryan había aprendido a jamás ponerla.  Ally no podía tolerar estar de espaldas con Ryan encima de ella.  La única vez que había tratado se encontró casi aventada de la cama, así es que tenia cuidado de jamás repetir ese movimiento.  Pero a veces llegaban a un nivel de intimidad que permitía que Ally bajara sus barreras y acoger el toque de Ryan sin restricciones.  Ryan claramente amaba esos momentos mas que nada.  Así como le gustaba ser tocada, poder tocar a Ally parecía un regalo.   Concentraba toda su energía en darle placer a su amiga y a veces hacían el amor tan frenéticamente que era sinceramente abrumador para ambas.  Pero cada vez que eso pasaba Ally se distanciaba al día siguiente y se mantenía alejada por al menos tres o cuarto meses.  Ryan reflexiono que la vez pasada que se habían visto se había puesto muy intimas.  Ally estaba más vulnerable de lo que se podía acordar anteriormente, y en este caso había llorado después de que Ryan le había hecho el amor.  Pero la experiencia obviamente había sido incomoda pues no volvió a oír de ella desde ese  día de Junio.

Estaba claro que esta noche Ally no quería que las manos de Ryan vagaran por lugares prohibidos.  Lentamente desenganchó el cinto de Ryan mientras mantenía su mirada aferrada a ella.  Lo jalo de la cintura y rápidamente lo enredo alrededor de las manos de Ryan y lo apretó fuertemente. Restringiendo complemente su habilidad de mover las manos independientemente.  Gentilmente la aventó a su espalda y amarro el cinto sobre el brazo de madera del sofá, causando que los brazos de Ryan se estrecharan completamente sobre su cabeza.

Ryan suspiro profundamente al sentir que era arrebatada de sus manos cualquier control que hubiera podido tener con ellas.  Confiaba plenamente en Ally y sabía que esta la tomaba en consideración, por lo que de pedirle que se detuviera lo haría.  No restringía a Ryan del placer que pudiera sentir, sino más bien quería que se relajara para que lo disfrutara y no sintiera deseos de tener el control.  Y Ryan tenía que admitir que funcionaba perfectamente.  Se abría a los deseos de Ally y dejaba que su amiga usara su cuerpo para traerlas a ambas el placer que buscaban.

Ally se movió hacia abajo para quitarle las botas negras de ferrocarrilero y sus gruesos calcetines blancos.  Paso un buen tiempo masajeando sus píes, haciendo que oleadas de placer recorrieran su espina.  Ryan estaba tan relajada que sus extremos se sentían pesados y débiles.  Ally decidió excitarla un poco y levanto el pie de Ryan y empezó a chupar sensualmente sobre sus dedos limpios y rosados.  La sensación de esa cálida y suave boca en su pie la regresó a su nivel de excitación anterior.  Empezó lentamente mover las caderas al esperar que su amiga hiciera su próxima movida.  Sinceramente esperaba que este tuviera que ver con su vulva, pero tenia un presentimiento que estaba muy lejos de recibir gratificación.  Pero sorprendentemente Ally empezó a bajarle el cierre a sus jeans.  Metió la mano y le hizo cosquillas a su monte de venus con solo las puntas de sus dedos.  Las caderas de Ryan saltaron del sofá y trato de aumentar la presión pero Ally conocía todos sus trucos.  Suavizo su toque cada vez que Ryan empujaba hacia ella hasta que solo estaba tocando sus panties.

Se inclino sobre Ryan y le susurro al oído enrojado, —¿Estas lista para mi, dulzura?

Ryan cerró los ojos y empujo las caderas en giros pequeños a la vez que lentamente asintió. 

—Háblame dulzura.  Dime lo que quieres —. Susurró suavemente

Ryan suspiro profundamente varias veces antes de poder expresar sus necesidades  —. Quiero que me toques Ally.  Quiero sentir tus manos sobre mí y quiero tus dedos profundamente dentro de mí.

—Mmm, yo también quiero eso dulzura,  —murmuró al capturar el labio hinchado de Ryan chupándolo dentro de su boca gentilmente.  Mordisqueo la tierna carne por un momento antes moverse a explorar la boca de Ryan con su lengua.  Después de algunos momentos tormentosos se retiro y miro a los ojos de Ryan llenos de deseo.  —Te prometo que te daré todo lo que puedas aguantar, dulzura.  Pero no creo que aún estés lista,  —le informo con una nota de remordimiento en voz profunda —  Cuando deberás estés preparada,  me estarás rogando que te acaricie.

Se subió encima de Ryan y empezó a besarla de nuevo.  La boca de Ryan  se abrió dándole la bienvenida a la lengua cálida de Ally al empezar a explorar la superficie.  Al intensificar los besos Ryan le dio un irresistible deseo de envolver sus brazos alrededor de la espalda de Ally y colocarse sobre ella.  Quería satisfacer su repentino deseo salvaje de estar arriba pero sus manos atadas constantemente la recordaban que este día ella iba debajo, y permanecería así por el resto de esa noche.

Después de haberla besado tanto que sus labios se sentían mallugados Ally volvió a bajar.  Se fue al fondo del sofá y tomo los dobladillos de los pantalones de Ryan y les dio un fuerte jalón.  Los jeans volaron de su cuerpo y fueron rápidamente descartados.  Sus bragas se habían bajado involuntariamente y Ally gentilmente se los volvió a subir dándole una palmada al estomago de Ryan.  Luego se volvió a subir sobre ella y empezó a besar los pezones de Ryan a través de su sostén.  La presión de su lengua firme hizo que el material se sintiera áspero sobre la piel delicada de Ryan.  Sus pezones se arrugaron tan fuertemente que sus areolas casi desaparecieron.  Las manos de Ally en ningún momento dejaron de moverse a la vez que su boca seguía trabajando.  Corrió sus manos por arriba y por abajo del torso de Ryan, tocándola ligeramente, juguetonamente.

Después de un buen tiempo se sentó y miro a Ryan un momento.  Alcanzo y desato sus manos, rápidamente sentándola.  —Baila conmigo,  —dijo simplemente al extenderle su mano.  Ryan obedientemente la tomo al ser halada a sus pies.  Ally seguía vestida.  Llevaba puesto un par de jeans negros y una media camiseta que tenia un logotipo que leía ‘chica’.  Ryan supuso que también traería puesto un sostén deportivo como no se le veía nada de escote esa noche.  Ella solo esperaba fervientemente que antes de que terminara la noche, ella pudiera averiguar que había debajo de esas ropas.

Una melodía lenta y llena de pasión estaba sonando y Ally envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Ryan al tomarle la mano y sostenerla a tu pecho.  Empezó a moverse lentamente sobre el piso de madera, en perfecto compás a la música.  Ryan se sentía mas desnuda que si en realidad lo hubiera estado.  Algo  acerca de bailar en tu ropa interior cuando tu pareja estaba completamente vestida hacia que una chica se sintiera así, completamente desnuda.

Los zapatos negros  Doc. Martin’s  de Ally le aumentaban al menos 8 cm. sobre la altura de su pareja, pero la diferencia de estatura solo permitió que Ryan quedara a una altura perfecta para colocar sus propios senos justo por debajo de los de Ally. La cabeza de Ryan cayo para descansar sobre el hombro ancho de Ally y suspiro al sentir la cabeza de su pareja reposar gentilmente contra la de ella.  Había algo tan intimo en este baile tierno que Ryan sintió un gran nudo de emoción en su garganta.  Continuaron moviéndose una contra la otra hasta que se termino el disco compacto.  Al terminar la música se quedaron moviéndose de un lado para otro por unos largos minutos.  Ally finalmente levanto la cabeza y beso a Ryan tiernamente,  apenas frotando sus labios juntos.  Su mano se levanto de la espalda de Ryan y gentilmente tomo su cabeza por detrás al lentamente aumentar la intensidad del beso hasta poder sentir las rodillas de su pareja se debilitaban.

Con un poderoso movimiento levanto a Ryan entre sus brazos y la cargo hacia el dormitorio.  Ryan alzo las manos para agarrarse del cuello de Ally al inclinarse para atrás y disfrutar del paseo.  No había sido cargada a su cama desde que era pequeña y sonrió dulcemente al pensar en todas las mujeres a quien se lo había hecho.  Cuando llegaron la acostó gentilmente sobre la cama bien tendida y se empezó a desvestir.  Ryan la miro con ojos pesados y llenos de deseo.  Estaba claro que apreciaba el cuerpo esculpido y trato de demostrar su apreciación con los ojos.  Su mirada fue encontrada con una sonrisa de suficiencia mientras Ally se exhibió un poco.  Se quito la camiseta y se jalo el sostén sobre su cabeza.  Parada allí en sus jeans se estrecho y arqueo la espalda lánguidamente.  Ryan se quedo mirando sus músculos tensos de su espalda y hombros al sentir que su boca se seco con el instantáneo deseo que pulsaba por su cuerpo.  Le encantaban pocas cosas más que la sensación de esos músculos flexionando al tocarlos con sus manos y su boca.

Ally se dio vuelta para quitarse los jeans.  Su única motivación era exhibir su trasero un poco más pero Ryan le encantaba la parte exhibicionista de su amiga.  Apreciaba cuerpos magníficos y pensó que era justo que su dueña apreciara su propio cuerpo también.  Se quito los jeans lentamente al desnudarse completamente.  Enseguida paso sus bragas por sus piernas duras como pierdas y salió de ellos.  Algunos estirones más para el beneficio de Ryan y se metió a la cama.

—Dios pero si que te vez bien.  —Ryan aspiro al correr sus dedos por las piernas de Ally —.  Jamás he visto tus piernas tan grandes.  —Ally no la detuvo mientras continuaba pasando sus manos sobre los músculos bien definidos—.  Mmm, tus cuadriceps están como acero —, dijo asombrada al empujar sus pulgares entre los músculos grandes.  Estaba por mover las manos para sentir la parte trasera de las piernas de Ally cuando bruscamente se encontró sobre su espalda de nuevo. 

—Ya termino el descanso, dulzura, a regresar al trabajo, —Ally dijo con una mirada salvaje en los ojos a la vez que se volvió a subir encima de ella.  Regreso sus atenciones a los senos adoloridos de Ryan.  Una vez mas sus pezones se endurecieron rápidamente y Ally soltó una risita entre dientes—.  Al parecer le gusto a alguien,  —dijo al soplar aire fresco sobre los pezones tiernos.

—Mmm, les gustas muchísimo.  —Ryan ronroneo al sentir las sensaciones empezar a radiar de sus senos.  Ally continuo jugando con los pezones duros a través del sostén de encaje hasta que Ryan una vez más empezó a girar sus caderas de una manera llamativa.

Ally la rodó  hacia un lado y desengancho su sostén y lo levanto de su cuerpo.  La volvió a poner sobre su espalda al inclinarse sobre sus pezones rojos rubí y les hablo como si estuvieran concientes.  —Se veían tan rojos e inflamados,  —dijo con compasión—.  ¿Apuesto que les encantaría que alguien las aliviara con una bien cálida boca, ¿no es cierto?

Ryan respondió por sus pezones al tratar de tomar la cabeza de Ally y jalarla sobre una de las puntas inflamadas.  Pero Ally era demasiado rápida para ella.  Tomo las manos de Ryan en un firme agarre y las coloco sobre dos de los postes de la cabecera.  Se inclino hasta tocar su nariz casi contra la de Ryan.  —Mantenlas allí, —gruño.

Ryan odiaba tener que controlarse a si misma y aunque jamás había revelado este dato a Ally tenia un presentimiento de que la mujer mas grande lo sabia y la forzaba hacer eso mismo simplemente para establecer un punto.  Era más fácil para ella si Ally simplemente ataba sus manos.  Pero a Ally le causaba mucho placer  la batalla interna  que  Ryan luchaba para obedecer esta orden sencilla, así es que hacia lo posible para obedecer.  Agarro los postes firmemente y cerro los ojos a la vez que Ally bajo la cabeza para cubrir uno de sus pezones adoloridos dentro de su boca.  La lengua cálida y húmeda era muy tranquilizante y Ryan se  deleito en la sensación.  Ally volvió a soplarles y Ryan sintió algo del calor dejar las tiernas puntas al sentir el aire fresco pasar por ellas. 

Sintió sus caderas empujar a l vez que su amiga empezó a chupar mas y más de su seno dentro de su boca.  Quería tomar la cabeza de Ally y empujar su boca más firmemente contra su seno pero estaba incapaz de hacer por sus manos atadas.  El hecho de que ella misma se estaba restringiendo solo hacia la sensación aun más deliciosamente frustrante.  Solo deseaba que Ally resbalara uno de esos muslos de piedra entre sus piernas para poder tener algo de presión sobre su vulva.  Era tan exasperante tener a sus caderas empujar contra nada mas que aire, pero no podía lograr mantenerlas inmóviles, no importaba cuanto tratara.

Ally tiro su pierna por arriba de las caderas de Ryan y se sentó, montando sus muslos.  Ryan sonrió a si misma al sentir esos vellos café oscuro dejar un rastro húmedo al pasar sobre su pierna.  Ally abrió sus brazos y le hizo un gesto, —Ven acá, dulzura.

Ryan soltó los postes y se sentó rápidamente, sintiéndose envuelta en los brazos fuertes de su amiga.  —Te juro que eres más hermosa cada vez que te veo, —susurro al oído al darle un fuerte apretón.  Ryan levanto la cabeza y Ally empezó a besarla de nuevo, esta vez con un toque tierno, suave y lleno de emoción.  Trajo sus manos al frente para acurrucar los senos de Ryan y darles un apretón gentil a la vez que sus besos se profundizaban.  Ryan subió las manos para reposar sobre las de Ally y las presiono más fuerte contra ella misma al empezar a moverse en un círculo—.  Tienes los senos más perfectos que jamás he tocado, —murmuro reverentemente al continuar moviendo la carne torturada lentamente entre sus manos.

Finalmente movió  una de sus manos y la coloco detrás de la cabeza de Ryan.  Levanto su propio seno con su mano hacia la boca dispuesta de Ryan.  —Por favor, —le rogó en voz temblorosa.  Ryan agradecida abrió la boca y chupo a Ally dentro.  Soltaron gemidos simultáneos cuando ambas sintieron el golpe de placer al contacto.  La excitación de Ryan subió sumamente al chupar el seno de Ally con un hambre feroz.  Su clítoris latió al apretar sus muslos juntos lo mas fuerte que podía.  Fue recompensada con los gemidos suaves de Ally al trabajar con sus senos generosos con sus manos y su boca.  Pero después de muy poco tiempo Ally le quito su seno y se inclino a besar a Ryan por varios minutos más.

La cabeza de Ryan estaba dando vueltas  del insaciable deseo al sentir que Ally se rodó de encima de ella.  Le dio una sonrisa malvada al lentamente quitarle las bragas.  Ally la volvió sobre  su estomago y Ryan  la sintió moverse para tomar algo de la mesilla.  De repente sintió algo frió y mojado chorrear sobre su trasero, la segunda parte favorita del cuerpo para Ally.  Sus manos fuertes empezaron a masajear el gel frío en su piel, Ryan ronroneo mientras sus glúteos eran firmemente manipulados.  Al desaparecer el gel Ryan se sorprendió al sentir el calor empezar aumentar cuando Ally soplo sobre sus glúteos.  El calor siguió aumentando hasta que Ryan se sintió que había sido palmeada del trasero.  Pero tan pronto como se había producido se empezó a disipar hasta que se volvió a sentir fresco una vez más.

Ahora Ally goteo más gel sobre Ryan, desde los hombros, por su espalda, sobre sus caderas y por cada pierna.  Uso las manos para untarla hasta que cada centímetro de piel pero no la froto.  En vez, Ryan sintió subirse encima de ella y empezó a deslizarse sobre su cuerpo con un ritmo increíblemente sensual.  Cada vez que Ally retiraba alguna parte de su cuerpo del de Ryan la brisa fresca que circulaba por el cuarto le calentaba la piel causando que se retorciera.  Ryan rápidamente se estaba excitando que estaba a punto de deslizar su mano entre sus piernas y de provocarse el orgasmo. Pero Ally parecía presentir esto y agarro las manos de Ryan y las extendió bajo sus propios brazos fuertes.  Continuo a moverse contra la piel hipersensitiva de Ryan, mientras Ryan empujaba sus caderas contra el colchón.

Finalmente Ryan no pudo tomar otro minuto de frustración.  Gimió dentro del colchón y rogó ser liberada.  —Por favor, Ally, —le suplico—.  Por favor tócame.  Te necesito ya.

—¿Estas segura que estas lista, Ryan? — Le susurro al oído.

—¡SI!! —grito—.  ¡POR FAVOR!!  ¡Te suplico, Ally, déjame venir!

—Esta bien dulzura, —acordó—.  Haz sido muy obediente esta noche.  —Recogió una toalla chica y rápidamente limpio el exceso de gel de la espalda de Ryan y su propio pecho y piernas.  Ambas temblaron al sentir el aire fresco y luego caliente al pasar sobre su piel sensibilizada.  Volteo a Ryan sobre su espalda y sus piernas inmediatamente se abrieron al poner los pies sobre la cama esperando el toque de Ally.

Ally subió sobre su cintura, orientada al pie de la cama.  Estaba tan húmeda que Ryan podía sentir su humedad extendida por su estomago.  Ryan obviamente tenía suficiente lubricación pero Ally no podía resistir poniendo un toque de gel sabor a canela sobre su clítoris.  Ryan casi salta de la cama cuando sintió el líquido fresco tocar su clítoris ardiente.  Pero cuando Ally se inclino y empezó a soplarle casi salta el techo.  Sus caderas volaron de la cama tan violentamente que por poco le pega a Ally en la cara con su pelvis.  Grito algunas palabras desconocidas al empujar contra el aire impotentemente.  Ally se escabullo mas abajo para mantenerla quieta y deslizo los dedos sobre la tierna vulva al soltar un gemido de satisfacción.  Apenas había empezado a mover los dedos para arriba y abajo contra sus labios interiores cuando Ryan grito su orgasmo.  Corcoveo y se sacudió tan violentamente que Ally tuvo que asegurarse con las manos para poder permanecer arriba de ella.  Pero como estaba medio inclinada decidió que otro buen soplo no dolería.  Miro la vulva de Ryan expandirse por un momento y justo cuando empezó a tranquilizarse Ally dio otro largo soplido que paso por lo largo del centro sensible de Ryan.  — Aaaahhhh! AAAAHHHH! —grito al sentir el calor aumentar de nuevo.  Cerró las piernas rápidamente y se dio vueltas hasta desplazar a su torturadora.

Tiro sus brazos alrededor de Ally y empezaron a luchar en la cama.  —¿Qué estas tratando de matarme!!?  —jadeo al inmovilizarla temporalmente.

Ally fácilmente se salió del agarre y volvió aventarla sobre su espalda.  Cubrió su cuerpo con el de ella y se bajo para besar a Ryan varias veces.  —Sólo estoy tratando de complacerte dulzura, —ronroneo—.  ¿Qué tal lo hice?  —preguntó con una sonrisita.

Ryan le sonrió ampliamente al envolver sus brazos alrededor de su cuello.  —Estuviste estupenda —, dijo sinceramente al empezar a besarla por atrás.  Estaba sorprendida de sentir a Ally empezar a someterse a ella y rápidamente redoblo su ataque.  Sus besos se intensificaron rápidamente al apretar los senos que estaban suspendidos arriba de ella.

—Tocame ya, —Ally le suplico y Ryan inmediatamente la complació.  Ally jamás le había pedido algo que necesitaba y Ryan ciertamente no se lo iba a negar.  La volteo hacia su espalda y se acurruco enseguida de ella.  Simplemente por retribución se puso unas gotas de gel en sus dedos antes de deslizarlos por la vulva empapada de Ally.  Sus piernas se abrieron rápidamente al agarrar la mano de Ryan y empujar contra ella misma bruscamente.  En solo segundos de presión firme y empezó a temblar a la vez que su orgasmo le pego.  Continúo temblando al mantener la mano de Ryan, empujándose contra ella otros segundos más.  Se quedo muy quieta por unos momentos, finalmente mirando a Ryan con una sonrisa chueca.  —Te hecho una carrera a la ducha, —dijo al saltar de la cama y corriendo frente su pareja riente.  Se empujaron y dieron codazos por unos momentos pero Ally le gano como siempre.

Luego lucharon por la regadera de mano por unos minutos para quitarse los residuos del gel.  —¿Que es esto?  —Ryan pregunto con una mirada de éxtasis en su cara mientras los últimos rasgos fueron lavados de su vulva.

—Es una loción de moción sabor canela, —Ally respondió—.  Sabe a ‘Red Hots’. (Unas gomitas de canela).

—Eres verdaderamente diabólica, —Ryan la embromo al inclinarse a darle otro beso.

—Y tu de veras sabes como voltear la cabeza de esta chica, —Ally respondió con una dulce sonrisa al regresarle el beso.

De aquí a que se secaron y pararon en la cocina para darse de comer una a la otra con helado ya eran casi las diez de la noche.  Se volvieron a meter a la cama acurrucándose para dormir.  Ryan siempre se sorprendía de lo cariñosa y acomedida era Ally cuando dormían juntas.  Tenia cada parte de su cuerpo tocando alguna parte de su pareja al encontrar una posición cómoda.  —Buenas noches, Ryan, —susurro a la vez que Ryan se sintió empezar a relajarse en el abrazo cálido.

—Buenas noches Ally,  —respondió al voltear la cabeza para darle un ultimo beso.  Momentos después podía sentirla relajarse y inclinarse contra ella pesadamente.  Ryan suspiro profundamente y dentro de minutos la siguió al sueño.

* * * * * * * * * * * *

Jack entro a su apartamento el viernes por la noche y sonrió al oler pollo asado desde la cocina.  No hay nada mejor que llegar a casa de la escuela y tener a Jamie aquí preparando la cena para nosotros, pensó alegremente.  Se detuvo en seco, cuando se encontró con una obviamente nueva bicicleta naranja fuerte inclinada contra la pared del pasillo.

—¿Jamie, estas aquí?  —pregunto.

—Si, cariño.  Estoy aquí.  —le respondió desde la cocina—.  Entra.

Hizo lo que le pidieron, pero su mirada confusa permaneció.  —¿De quién es esa bicicleta?  —pregunto al indicar al pasillo.

—Es mía tonto,  —le respondió al acercarse para darle la bienvenida—.  ¿De quien más podría ser?

—No lo sé, —retrucó—.  No sabia que te gustaba andar, y no sabia que tenias una bicicleta, así es que…

—Pues, si y si, —dijo sencillamente, al envolver sus brazos alrededor de su cuello y silencio cualquier respuesta potencial manteniendo sus labios ocupados por varios momentos.

Pero eso no lo iba a detener.  Cuando ella se retiró,  el camino hacia el pasillo y miro la bicicleta más de cerca.  —Parece ser muy buena, —dijo—.  ¿Es nueva?

—Si, la acabo de comprar esta semana.

—¿Por qué?  —le pregunto al regresar a la cocina con la correspondencia.

—¿Por qué, qué?  —respondió ella, aunque en realidad sabia cual era la pregunta.

—¿Por qué compraste una nueva  bicicleta tan cara?  —dijo pacientemente.

—Quiero empezar andar en bici,  —dijo, como si eso explicara todo.

Pero Jack en su manera siempre tenaz, presentía algo mas bajo la superficie.  —¿Por qué?  —le pregunto firmemente al encontrar la vista de ella, dándole una clara señal que esperaba una respuesta completa.

—He decidido que quiero correr en el AIDS Ride en Junio.  Eso deberá de satisfacerlo, —pensó.

—¿Y por qué harías eso?  —pregunto su voz alzándose un poco—.  ¿Y por qué estas evadiendo la pregunta?

—¿Qué es tan extraño en el que quiera hacer algo para ayudar una causa buena, Jack?  —respondió—.  Hemos tenido suerte de que hemos sido indemnes de esa enfermedad.  Lo menos que puedo hacer es mostrar mi apoyo haciendo la carrera.

—Jamie, ambos sabemos que si quisieras apoyar esta causa podrías escribir un cheque que les causaría desmayos.  Esa no puede ser la razón para hacer algo tan estúpido.  —En cuanto lo dijo sinceramente deseo que las ultimas palabras regresaran a su boca.  Ese deseo aumento cuando vio la mirada herida en sus ojos—.  Perdóname, Jamie.  No quise decir eso,  —dijo al acercarse y tratar de abrazarla.

Pero Jamie no quería nada con él.  Le dio la espalda y lucho para tratar de no llorar.  repetidamente trato  de no hacerle caso a sus atentos a tocarla al tratar de controlar sus emociones.  Finalmente se dio la vuelta y lo miro con ojos tristes.  —¿Por qué dirías algo así, Jack?  ¿Estas tratando de lastimarme?

—No, claro que no, cariño,  —dijo a la vez que su intento a tocarla fue rechazada una vez mas—.  Es que solo parece que hay mas y mas cosas que no me dices.  Supongo que me siento abandonado.  —refunfuño con una mirada desalentada en su atractivo rostro. 

Jamie no pudo resistir la mirada triste y admitió que tenía razón.  Lo estaba dejando fuera de algunas decisiones, así es que cedió y lo tomo entre sus brazos.  —Perdóname Jack.  No es mi intención dejarte fuera.  Esto es algo que decidí hacer últimamente.  Es importante para mí y quiero tu apoyo.  Supongo que a veces se me olvida decirte algunas cosas, pero tratare de hacerlo mejor en el futuro.

La envolvió en un fuerte abrazo y la detuvo por varios minutos.  Froto su cabeza entre su cuello y quebró el hielo preguntando, —¿Quieres volver a contentarnos como lo hicimos la ultima vez?

Se rió un poco al inclinar su cabeza para atrás y dándole un beso tierno.  —Me encantaría, pero la cena casi esta lista.  Comeremos y luego nos acostaremos temprano, esta bien?

* * * * * * * * * * * *

Durante la cena explico el evento con más detalle.  Estaba reticente de explicar como estaba Ryan intrínsicamente involucrada, pero decidió tratar de cumplir su promesa a Jack.  El nombre de su amiga no fue mencionado desde su pelea y se sintió algo culpable que su relación con Ryan estuviera creciendo sin el conocimiento de Jack.  Esta vez menciono el nombre de Ryan y Jack pauso a media mordida, pero no comento nada.  Jamie obedientemente le dijo todo.  Le dijo de su decisión de hacer el evento, de comprar la bicicleta, del entrenamiento en el gimnasio.  Estaba disgustada consigo misma por oírse mencionar el nombre cada cinco segundos, pero estaba determinada de ser completamente honesta.

Jack hizo algunas preguntas, pero básicamente la dejo hablar.  Cuando hubo terminado se inclino hacia atrás en su silla y la miro por un largo momento.  —Quiero conocer a esta mujer, —dijo sencillamente—.  Obviamente se ha convertido en una buena amiga y parece que están pasando mucho tiempo juntas, así es que me gustaría pasar algo de tiempo con ella también.

—¿Qué te parece mañana? —pregunto con una sonrisa—.  Va a traer su bici y vamos ir de paseo.

—Mañana será,  —dijo con una pequeña sonrisa.

* * * * * * * * * * * *

Se acostaron tarde esa noche.  Jack estaba profundamente dormido y Jaime lo observo mientras dormía en tranquilo agotamiento.  Habían hecho el amor, y mientras Jaime no quedó físicamente satisfecha se sentía tranquila acostada junto a su prometido.  Amaba la cercanía y calidez que le proveía el hacer el amor con él.  Muchas veces pensaba que su tiempo más favorito era después de que Jack había terminado y reposaba entre sus brazos desplomado.  Se sentía tan cerca de él, le beso la frente y abrazándolo fuerte susurró palabras de amor dentro su oído.  Se acurruco por atrás de él y descanso su cabeza contra su espalda al voltearlo a su lado, y lentamente se durmió.

* * * * * * * * * * * *

Jamie se puso sus nuevos shorts de bici y una delgada camiseta de manga larga que estaba diseñada para que el sudor no  se quede en el cuerpo.  Trotó por la sala en sus zapatillas de bici y hizo algunos estirones ligeros para aflojarse los tendones y cuadriceps.  Ryan estaba al llegar dentro de unos minutos y sabía que estaría a tiempo, como siempre.  Jamie estaba algo nerviosa y Jack parecía estar algo callado.  Espero que esto vaya bien.  Sé que le caerá bien, si tan  solo le  da una oportunidad.

En eso el timbre de la puerta sonó y fue a dejar entrar a su huésped.  Bien, por fin se cumple mi deseo, suspiro entre si al mirar la alta figura de Ryan,  Me he estado muriendo por ver sus músculos y me los tenia que mostrar cuando Jack esta aquí.  Pero aunque estaba algo disgustada estaba contenta de ser capaz al fin de poder darle un vistazo completo.  Y tenia que admitir que la espera valió la pena.  La mujer verdaderamente era una vista asombrosa.  Llevaba puesto un par de calzas de ciclista negros que pronunciaban cada firme músculo de sus piernas, y una jersey roja y apretada de manga corta cubierta con logotipos.  Su bicicleta roja grande estaba colgada casualmente de su ancho hombro, su casco negro colgaba del manillar.  Su cabello negro estaba peinado hacia atrás, dejando libre su cara, y su cara estaba sonrojada del esfuerzo de haber tenido que cargar le bici por tres pisos de escalones.  Llevaba una sonrisa deslumbrante en su hermoso rostro al mirar hacia Jamie, —Hola, —dijo simplemente.

—Es..es..este ¿montaste hasta acá?  —Jamie pregunto incrédula al tratar de resistir el deseo de agarrar la gota de sudor que bajaba por el lado de la mejilla de Ryan.

—Aja, supuse  que como tenía que meter cien millas más o menos los fines de semana, este seria una buena y fácil manera de hacerlo.

—Pásate y te traeré algo de beber.  Parece que lo necesitas,  —dijo riéndose—.  Cariño, aquí esta Ryan, —dijo hacia la pequeña oficina de Jack.

Salió con una mirada confusa en su rostro.  Miro a la figura frente de él y sacudió la cabeza un poco, —¿Montaste hasta aquí?  —le pregunto con una sonrisa al extender su mano.

Ryan lucho por un momento para quitarse el guante rellenado, pero finalmente logro quitárselo y tomo la mano aun extendida.  —Dispensa, estoy algo sudada, —dijo al tomarla.

Jamie salió de la cocina con una botella de agua fría, que fue aceptada con agradecimiento.  Ryan le quito la tapa y  se llevo la botella a su boca.  Al inclinar su cabeza hacia atrás para tragarse el agua fría Jack le dio un vistazo a escondidas.  WOW, se maravillo, podría ser una modelo, o algo.  Bueno una modelo para una revista de estado físico, no podría pasar como una cosita delicada para nada, reconsidero mientras Ryan dejo caer la botella vacía contra su muslo y resoplo con satisfacción.  —Vaya esto si que cayo bien, Jamie.  Gracias.

—Por nada, —Jamie sonrió—. Me sorprende que no trajiste para el paseo.

—Oh, si traje, —Ryan admitió—.  Pero me la tome a medio camino.  A veces no pongo atención al cambio de clima entre la ciudad y la península.  Estaba frió y neblinoso cuando salí de la casa esta mañana y no comprobé el clima antes de salir.  Seguro esta 10 grados más caliente aquí que en casa. 

—Dame tus botellas de agua y te las volveré a llenar.  —Jamie ofreció. 

Ryan le paso dos botellas vacías de las jaulas de su bici.  —¿Puedo hacer una paradita antes de volver a salir? —pregunto.

—Claro.  Esta por el pasillo, enseguida de la oficina, —Jack respondió.  Jamie se retiro hacia la cocina para completar su tarea y Jack la siguió pegadado a sus talones.

—Dios Jamie, no había notado antes que hermosa es, —susurro entre su oído mientras ella estaba inclinada sobre el fregadero.

—Tal ves solo sea que te guste verlas todas sudadas, —dijo riéndose entre dientes.  Yo se que a mi me gusta, pensó sarcásticamente—.  Tienes ese sentido de obligación común de los hombres de tratar de convertirla para tu equipo?  —le pregunto con una risita entre su oído.

—No, yo no, pero muchos hombres seguro que si.

—¿Por qué tu no? —le pregunto, su frente fruncida.

—Uno, porque no es mi tipo.  Dos, porque tengo mis manos llenas contigo.  No puedo tomar trabajos extras, —dijo al inclinarse un poco para darle un beso en su boca sonriente.  Jamie se quedo algo sorprendida cuando empezó a besarla en serio.  Una mano se subió por su torso mientras la otra bajo para acunar su trasero vestido en licra.  Estaba por empujarlo de su lado cuando miro a Ryan en la entrada.

* * * * * * * * * * * *

Jamie pensó en el beso por un momento mientras terminaba de rellenar las botellas y Jack regresaba a la sala para charlar con Ryan. Eso fue raro. Normalmente él es tan reservado alrededor de otras personas. Casi parecía como que él quería que ella lo viera, como si estuviera marcando su propiedad sobre mí. Se reprendió brevemente: no tienes que analizar todo Jamie. A lo mejor sólo sintió ganas de besarte en ese momento. Y de meterte mano en frente de tu amiga lesbiana, le advirtió su lado desconfiado. Ryan alzó su bicicleta hasta su ancho hombro mientras Jack hacía lo mismo con la de Jamie.

¾Jack, la traje aquí yo sola ¾discutió¾. Estoy segura que puedo bajarla de la misma manera.

¾Estoy seguro de que puedes, amor ¾acordó él¾, pero yo estoy acá y quiero ayudar ¾afirmó galantemente.

Cuando Jamie se acomodó sobre la bicicleta, él se inclinó hacia ella y le dio un beso de despedida.

¾Realmente podría necesitar tu ayuda cuando vuelva ¾admitió ella¾. ¿Si toco el timbre bajarás?

¾Absolutamente ¾él accedió¾. Ahora tengan cuidado ustedes dos. Hay mucho tránsito los sábados.

¾OK padre ¾bromeó Jamie.

¾Yo la cuidaré Jack ¾dijo Ryan en el mismo tono de broma. Jamie creyó ver un pequeño destello de irritación cruzar el apuesto rostro de Jack, pero decidió ignorarlo.

* * * * * * * * * * * *

Se pusieron en camino y empezaron su corto recorrido al campus de Stanford.  —¿Haz venido mucho por aquí?  —Le pregunto a Ryan.

—No, en realidad no, —Ryan revelo—.  He ido algunos eventos atléticos pero eso es todo.  De hecho no estoy segura que haber estado aquí durante el día.

—Pues tienes suerte porque conozco este lugar como la palma de mi mano, —admitió.  Al poner su computadora de distancia a cero le pregunto—.  ¿Así es que pasearemos 25km hoy, entrenadora?

—Si crees que eres capaz, —Ryan respondió—.  Sé que torture tus piernas ayer y quiero que pongas mucha atención a como te sientes, —la advirtió.

—Pues mi trasero se siente bien y si permanecemos sobre terreno llano creo que estaré bien.

—Bueno.  Este es exactamente el tipo de paseo que quiero que hagas los sábados.  Es bueno que vengas a la península los fines de semana.  Es el lugar ideal para que hagas las largas distancias.  Berkeley tiene demasiadas colinas, solo si te quedas cerca del campus y eso parece como si estuvieras chupando una pipa de gases de combustión.

—Esa es una imagen muy linda.  Estoy segura que lo tendré en mente cuando monte a clases el lunes, —se río. 

Pasearon por las calles alineadas de palmeras del campus que estaba relativamente silencioso.  Nunca había mucha actividad los sábados cuando los Cardenales jugaban un juego fuera y como el juego de hoy era contra UCLA parecía que una parte sustancial de los estudiantes universitarios había viajado a Los Ángeles o estaban viendo el juego desde sus dormitorios.  Ryan siempre había pensado que era demasiado precioso que la mascota de la universidad fuera un color.  Pero suponía que eso era parte la mística de Stanford.  El lema de la universidad podría haber sido ‘Se completamente único’, pensó.  —¿Oye tu sabes por que el mascota es un color?  Ryan pregunto, esperando que su amiga supiera algo de la historia.

—Oh, no siempre fue un color.  Hace como veinte años había un montón de protestas sobre el tratamiento de los Indios Nativos en la región de la Bahía.  Un grupo de protestantes hasta tomo mando de la isla de Alcatraz y la tuvo por un buen tiempo.  Así es que el tema de los Indios Nativos era muy caliente.  La mascota de Stanford era un indio en aquellos tiempos y después de mucha discusión y muchos argumentos grandes decidieron en mantener algo sencillo y decidieron en un color.

—¿Cómo sabes eso si fue hace veinte anos?

—Aún escucho sobre eso de algunos de mis parientes.  Un tío tatarabuelo en particular piensa que eso era el principio del ocaso de la civilización occidental, —dijo con una risa irónica.

—¿Como es que conoces tanto de Stanford?  —Ryan pregunto mientras paseaban.

—Bueno, ambos de mis padres vinieron aquí y la familia de mi madre tiene conexiones muy fuertes.

—Mmm, —dijo Ryan con una sonrisa de complicidad—.  Dado a lo que me haz contado de tu familia debo de suponer que eso significa que algunos de estos edificios llevan tu nombre.

Jamie le dio una mirada rápida pero luego se rió un poco al admitir, —Sorprendentemente no.  Mi familia es más aficionada a patrocinar decanos en varias disciplinas.  Creo que se sentía que tener un edificio nombrado por ti estaba bien pero solo personas en el campus conocerian tu nombre.  Pero cuando un profesor es recipiente de la silla directiva de ‘Putnam Barreto Smith de Humanidades’ él o ella usa ese titulo en todas las publicaciones profesionales.  Mucho más notoriedad, —le informo a Ryan con un giro de los ojos.

—¿Smith eh?  —Ryan dijo al acercarse—.  ¿Podrías ser más WASP (White Anglo Saxon Protestant)*NT

—No lo creo, —Jamie admitió.

—¿Qué no tienes algún Sepnoski o Liebowitz o Hudek o Anonioni o hasta algún Murphy en tu familia?

—No, la familia de mi madre vino de Inglaterra en 1650 y se han quedado con su propia gente exclusivamente, por lo que he podido ver.  La familia de mi padre también vino de Inglaterra poco después de la guerra Revolucionaria.

—Eso es increíble, —Comento Ryan con interés—.  ¿Cómo sabes tanto de tu familia?

— A los Wasps les encanta investigar su genealogía, —dijo con una risa—.  La madre de mi madre contrato alguien que investigara nuestro árbol genealógico.  Esta todo encuadernado en un libro tapizado con cuero.

—Eso es genial.  —Ryan dijo—.  Bueno muéstrame algo con el nombre de tu familia.

—Esta bien, —respondió.  Pedalearon por el patio principal y bajaron de las bicis.  Caminando hacia un arco de piedra muy impresionante por donde Jamie guió a su amiga curiosa hasta llegar a un grande conmemorativo que estaba localizado en el interior de la arcada—.  Aquí tienes, —dijo al apuntar al conmemorativo con un gesto dramático.

La inscripción decía que el arco fue sustancialmente remodernizado y reparado después del terremoto de Loma Prieta con la ayuda de los contribuyentes generosos listados.  Ryan ojeo los nombres buscando Smith e indico un ‘Roger B. Smith’.  —¿Este es de tu familia?

—Aja.  Ese es un primo.  Pero no era eso lo que te quería mostrar.  —Ryan le dio una mirada perpleja e indico el principio del alfabeto.  Después de unos segundos de ojear Ryan volteo hacia ella con una sonrisita linda—. ¿Son Estos tus padres?

—Aja.

—¿Por que están listados separados?  —Ryan pregunto al considerar los nombres de James S. Evans y Catherine D. S. Evans.

—Mmm, no estoy segura, —admitió—.  Supongo que cada uno hizo su contribución de sus fondos separados y no querían compartir la fama.

Ryan le tiro una mirada par ver si estaba bromeando, pero era obvio que su amiga no solo hablaba en serio, sino que no pensaba que esa actitud fuera extraña.  Era una lucha tratar de no comparar lo modelos de su propia familia a la familia de los Evans pero Ryan no podía comprender por que no hubiera querido listar su nombre junto con el de su esposo.  Parecía terriblemente extraño para ella pero no quería darle mucha importancia, así es que reservo su opinión a si misma.  —Este es un arco bastante bonito, —dijo al mirar a su alrededor.

—Si lo es, —Jamie acordó—.  Tal vez ya lo sepas la Universidad fue fundada por Leland Stanford y su esposa, Jane Lathrop Stanford.  Solo tuvieron a un hijo, Leland Junior.  El murió poco antes de sus 16 anos y decidieron crear y dedicar la Universidad a el.  El nombre verdadero es  Universidad de Leland Stanford Júnior.

—No sabía eso, —dijo Ryan —.  Ese si que es un monumento.

—Si.  La Sra. Stanford era una mujer muy impresionante.  El arco era uno de sus toques personales.  —Jamie guió a su amiga al frente de la estructura.  Indico las esculturas de piedra que se alineaban en el arco, e indico que cada uno llevaba un pequeño corazón en su centro.  —En realidad dedico el resto de su vida para hacer la universidad una de las mejores en el país.  Seguro extraño a su hijo muchísimo, pero en realidad la admiro por hacer algo positivo en su nombre más que si hubiera estado de luto por él.

Ryan estaba estudiando el arco y Jamie la observo mientras sus dedos elegantes suavemente acariciaba uno de los corazones esculpidos.  Su compañera estaba muy callada al contemplar la estructura.  Finalmente dijo, —¿Así de difícil que fue perder a mi mama es la orden natural de las cosas, cierto?  —Pregunto al encarar a Jamie—.  Un hijo debe de sobrevivir a sus padres.  Pero no me puedo imaginar que devastador seria perder tu única criatura a tan joven edad,  —dijo calladamente.

La triste nostalgia en esos ojos azules claros causo que Jamie inconscientemente pusiera su mano en la parte baja de la espalda de Ryan en un intento de consolar a su amiga.  Ryan puso su brazo sobre sus hombros y le dio un abrazo gentil.  —Gracias por haberme enseñado esto, —dijo suavemente. 

—¿Te gustaría visitar la Iglesia Conmemorativa?  —le pregunto—.  Es donde mis padres se casaron.

—Claro,  —Ryan contesto alegremente al mover su brazo de sus hombros.

—Esta por atrás de este patio interior,  —Jamie le informo mientras caminaban.  Momentos después estaban paradas dentro de la hermosa iglesia sin-denominación* NT2.  La cabeza de Ryan estaba inclinada hacia atrás mirando las magnificas vidrieras de colores que la rodeaban.

—¡Esas son excepcionales!  — susurro al acercarse Jamie.

—Si, este lugar es muy especial.  —Acordó en voz baja, aunque eran las únicas en el edificio—.  Las inscripciones en las paredes son de los escritos de la Sra. Stanford, —le informo a Ryan—.  Algunas son muy hermosas.

Ryan estaba obviamente fascinada por la iglesia y Jamie la dejo vagar.  Se sentó en una de las bancas para descansar sus piernas pero se encontró mirando a Ryan sigilosamente al parar frente cada inscripción.  Cuando miro a su amiga parada frente una inscripción en particular por un buen tiempo Jamie finalmente camino hacia ella y lo leyó.

—Ryan volteo hacia ella lentamente y leyó en voz alta  Estas son las palabras de alguien que conoce el dolor... pero se negó  a que la poseyera.

Jamie le dio una pequeña sonrisa y reflexiono sobre las palabras de nuevo:

Hay muy pocos en este mundo libres de preocupaciones, ninguno, pero cargan con el dolor.  Y si a todos se les pidiera que hicieran  un paquete de sus problemas, y tirar el paquete sobre una pila común, y luego se les solicitara  ir y escoger un paquete que estuvieran dispuestos a cargar, todos seleccionarían su mismo paquete de nuevo.

¿Tus penas serán grandes, cargas pesadas, pero mira a tu alrededor y con quien cambiarias?

Estaba pensando profundamente cuando sintió la mano cálida de Ryan en su hombro.  —¿Estas bien? —pregunto gentilmente.

—Si, si, —dijo al sacudir la cabeza un poco—.  Estaba pensando de qué suerte he tenido.  Quiero decir, me siento como que si nunca he sufrido una pena tan terrible o conocido problemas serios.

Ryan le dio un abrazo gentil, al inclinarse y susurrar, —No te apures, Jamie.  Si vives lo suficiente ya conocerás tu parte —. Alzo la mirada hacia su amiga y reposo su cabeza contra el hombro ancho por un segundo.  Repentinamente le pego—no estaba comentando tanto de su vida encantada, estaba deseando fervorosamente que pudiera quitarle la mirada triste y perdida de los ojos azules de su amiga cuando pensaba en sus perdidas.  Pero no se sentía segura de compartir estos pensamientos con Ryan, así que solo le dio un suave apretón y se sentó a esperar hasta que su amiga hubiera terminado de explorar la iglesia

Cuando salieron afuera, el sol estaba brillante.  Jamie indico algunos lugares que tenían que ver con la historia de su familia, incluyendo un lugar bajo un hermoso secoya donde su padre había pedido el matrimonio a su madre—. Eso es estupendo Jamie, —se maravillo—.  ¿Que edad tenían tus padres cuando se casaron?

—Mi madre solo tenia veinte años cuando me tuvo a mi, así es que supongo que tenia diecinueve cuando se casaron.  El tenía veinticuatro.

—¿Qué edad tiene Jack?  —Ryan pregunto pensativamente. 

—Tiene veinticuatro, —Jamie respondió. 

—¿Y para cuando se casan?

—Durante el verano después de que me gradué, —Jamie respondió—.  Quiero tener toda la experiencia universitaria de mujer soltera.  Y quiero que Jack tenga al menos un año de trabajo bajo su cinto.

—¿Ya sabe donde va estar trabajando?  Ryan pregunto.

—Si, mas o menos.  Lo que en realidad quiere es trabajar como Secretario del Tribunal Supremo después de graduación este verano. Pero eso lo puede llevar a cualquier lugar.  No puede ser muy melindroso en cuanto al lugar.  Quiere el Juzgado Federal de Apelaciones del Noveno Circuito.  Esto lo tendría en la región occidental, pero puede ser en Montana o hasta Hawai.  Es por eso que no me quise casar después de su graduación.

—¿Wow, no será eso difícil sí esta tan lejos?

Al parecer por primera vez Jamie considero esto.  —Mmm, supongo que si pero es lo que él quiere y le ayudara a la larga en cuanto a sus perspectivas para su carrera.

Por la segunda vez ese día Ryan se mordió la lengua en vez de comentar sobre los modos raros de esta gente de la Península.  —¿Cuales son sus planes después de que termine el servicio social?  —Ryan pregunto. 

—Es bastante obvio que le ofrecerán trabajo con Morris & Foster,  —Jamie respondió.

—¿Para cual buffet trabaja tu papá?  —Ryan pregunto casualmente.

—Ese seria Morris  & Foster,  —Jamie admitió sonrojándose.

—¿No estoy de entrometida, verdad?  —Ryan pregunto algo preocupada.

—No para nada.  Sé que Jack tiene mucha aptitud.  Solo parece como una oportunidad por nepotismo aunque sepa que no lo es.  Supongo que soy sensible a lo que la gente percibirá de mí de cierta manera.

—Yo ciertamente no te percibo como nada mas que una mujer que trabaja duro, quien estoy segura jamás se casaría con un hombre que no trabajara duro, ni tuviera aptitud, —Ryan dijo con seguridad.  —Aparte de la sencilla razón que tu papá trabaja para el buffet no es gran cosa.  ¿Digo es un lugar muy grande, no?

Jamie giro los ojos un poco al revelar.  —Sí,  ciertamente es muy grande…pero mi papá no solo trabaja allí.  Él es el socio administrador.  Es como ser el Director de un negocio.

—Oh…este…pues, seguro que de alguna manera eso será más difícil para Jack.  Lo último que tu papá quiere es contratar un estúpido y pensar que es simplemente nepotismo.

—Gracias, Ryan.  —Jamie respondió con alivio—Es solo que sé que la gente piensa que todo me viene tan fácilmente, y que mis padres me dan todo lo que yo quiero. —admitió—. Me preocupo de que la gente piense que Jack consiguió el trabajo porque yo lo exigí. 

—Yo sé que eso no es cierto, —Ryan respondió seriamente—.  El dinero no puede comprar todo, Jamie.  No te puede comprar grandes cuadriceps! —Esta ultima frase vino de sobre su hombro al dar salir a toda velocidad dejando a Jamie en el polvo, una risa suave siguiéndola.

—¡Pensé que la clave de este lento paseo era larga distancia!  —Jamie jadeo al finalmente alcanzar la forma de Ryan que había disminuido el paso.

—Lo es Jamie, —dijo seriamente—. ¿Por que querrías ir rápido?  —Pregunto con una cara de inocencia.

—Es obvio que creciste con hermanos, Ryan O’Flaherty, —enfurruño.

—Si. ¡A veces es extremadamente obvio!  —Ryan la embromó antes de salir disparada como relámpago.

* * * * * * * * * * * *

Completaron los 25 kilómetros programados con otras pocas carreras.  De aquí a que regresaron al apartamento Jamie definitivamente se estaban empezando a endurecer sus músculos —, no creo que podría ir otro kilómetro — gimió. Ryan se miraba fresca como una flor, claro, y esto irritaba a Jamie un poco—.  Sabes, al menos podrías tratar de no verte como si te la hubieras pasado tirada en la playa toda la tarde.

Ryan se rió y hizo lo posible para mirarse agotada y sucia.  Se arrastro hacia el timbre y lo pulso varias veces.  —Parece que Jack salió, —dijo finalmente después de tres intentos—.  Y yo que lo iba a sobornar a que me cargara arriba, —Jamie gimoteo.

—Pues, eres demasiado pesada para una pobre y cansada mujer como yo.  —Ryan embromo—. Pero te puedo ayudar con esto.  —En eso se inclino y tomo el cuadro de la bici en un fuerte brazo y la levanto sobre su hombro.  Agarro la llanta con su mano para balancearla y luego repitió lo mismo con su propia bici.  Volteo y sonrió a la sorprendida Jamie—.  Adelante princesa.  Jamie subió los escalones rápidamente, extrayendo una llave de un pequeño, bolso oculto en sus shorts de bici.  Mantuvo la puerta completamente abierta para que Ryan pudiera entrar con su carga.  Cuidadosamente se agacho y puso las cuatro llantas sobre el piso a la vez que Jamie delante de ella y los balanceos de los manillares.

—Gracias, Oh poderosa, —dijo al inclinarse en elogio.

—Oh, eso no es nada.  —Ryan respondió casualmente—. Seguro te podría haber llevado encima, pero hubiera trastornado mi centro de gravedad.

—¡Si como no!  —Jamie la embromo junto con un pequeño codazo en la barriga—.  Oye, —dijo seriamente al volver a darle un codazo y encontrarse contra firme resistencia—.  Puede que tengas razón, —maravillo—. Pensé que habías dicho que tu estomago estaba fofo, —la reprendió.

—Estoy segura que jamás dije eso, —Ryan la aseguro con una risita—. Lo que dije fue que yo tenía una capa mas gruesa de grasa abdominal de la que tú tienes pero mis abdominales están en estado perfecto aunque lo diga yo misma.  Manteniéndolos en buen estado ayuda muchísimo para montar bici.

Jamie estrecho la mano para volver a palmearla de nuevo. —Pues si están firmes, —admitió, deseando que Ryan se subiera la camiseta para darle un vistazo—.  ¿Como conseguiste estar tan firme?  ¿Haces las mismas abdominales que me enseñaste?

—Si, algunas veces, —aconsejo—.  Pero me gusta retarme a mi misma un poco y he ideado algunas torturillas que no creo que te gusten, —dijo con una sonrisa.

Jamie cruzo los brazos sobre su pecho y la miro con el ceno fruncido. —¿Como que, Srta. Soy  la hermana gemela de Superman?

—Bueno, mi nueva favorita es yacer sobre una banca inclinada y hacer algunas flexiones.

—Eso no se oye tan difícil, —Jamie dijo burlonamente.

—No, esa parte no es difícil.  Pero tengo a alguien que me tira una pelota medicinal al estomago mientras las estoy haciendo, —dijo con una mirada casual.

—¡QUE!?  ¿Una de esas, pesadas, llenas de arena, pelotas de cuero?

—Aja, —dijo alegremente asegurándose de nuevo la cola de caballo, tratando de sofocar una sonrisa a la expresión de asombro de Jamie.

—No creo que te lo creo, —por fin murmuro.

Ryan jamás podía resistir un reto.  Se enderezo y miro a su amiga con una mirada atrevida.

—Pegame.

—¿¡Que!?

—Pegame, —repitió—.  Pégame en el estomago—lo mas fuerte que puedas.

—¡Ryan! ¡No puedo hacer eso!  ¡Te lastimaría!

Ryan le dio una sonrisa maligna al burlarse, —No lo creo.

—¿No crees que te pueda lastimar?  —pregunto incrédulamente—.  ¡No soy tan débil como me veo!

 

—Pruébalo, —demando, sus ojos azules chispeando.

—¡Bien!  Jamie echo humo, completamente insultada con su amiga por tratarla como una enclenque.  Ryan tenso su abdomen y saco la barbilla en desafío.  Jamie jalo su brazo para atrás y le dio un golpe a media capacidad.  Había cerrado sus ojos al dar el golpe para no ver el dolor en el rostro de su amiga.  Pero cuando abrió los ojos Ryan no solo no estaba adolorida sino que  estaba riéndose de ella.

—¿Eso es todo lo que tienes?  —se burlo.

—¡Quieres mas?  ¡Te daré más!  —Esta vez mantuvo los ojos abiertos al hacerse para atrás y mandar su puño justo al estomago con toda la fuerza que podía generar.  Pero a su impacto sintió como si le hubiera pegado con la mano a una pared de ladrillos.  Solo que esta pared le estaba sonriendo malignamente.

—Eso estuvo mejor, —dijo—. ¿Quieres cambiar?

—¡Estas sinceramente loca!  —dijo irritada, o más bien indignada de que no fuera capaz de lastimar el cuerpo de Ryan ni su actitud.  Pero así como ese pensamiento le dio se pego la cabeza—.  ¡Hiciste que quisiera lastimarte!  —con una bocanada—.  ¡Jamás le he pegado a nadie con intención!

Ryan tiro su brazo sobre sus hombros y le dio un fuerte abrazo.  —¡Vaya si que te perdiste de mucho no haber tenido hermanos!  ¡Si alguno de nosotros no estaba sangrando o llorando al final del día nos sentíamos incompletos!

—Pues, yo ya he tenido suficiente, —refunfuño—.  ¡No quiero que vuelvas a mofarte de mí ni quiero volver a pegarte jamás!  ¿Estas segura que no te lastime?

—Para nada, —declaró.  Alcanzo y tomo la mano derecha de Jamie y examino cuidadosamente su muñeca—.  ¿No te lastimaste tu verdad?  —le pregunto solícitamente.

La mujer más pequeña sacudió su mano fuertemente un par de veces.  —No, pero si pica un poco.  ¿Y como es que lograste hacer que tus abdominales estén tan duro?

—Nada, más que trabajo duro, amiga.  —Ryan le dio una mirada al pequeño temblor en los muslos de Jamie—, Es tiempo para un masajito, Buffy.  —ordeno—. 

—Oh, la parte favorita de cualquier ejercicio, —Jamie dijo entusiasmada.

* * * * * * * * * * * *

Jack entró al apartamento cuando Ryan estaba terminando de masajear los tendones de Jamie.  Su cara se miraba amistosa, pero algo impasible, en la opinión de Jamie.  Por favor que esto no le moleste.  —Hola cariño.  ¿A donde fuiste?  —pregunto alegremente.

—Tuve que correr a la librería por unos minutos.  Siento que no estuve aquí para ayudarte subir la bici.

—Deberías estarlo, si que necesitaba que me dieras una mano, —mintió.  Miro hacia Ryan a ver si su mentira causaba una reacción, pero la cabeza de Ryan estaba bajada concentrando en su tarea—. Ryan es una terapeuta de masajes, —Jamie agrego, aunque Jack no había comentado sobre sus actividades. 

Se esforzó a expulsar los pensamientos de Ryan dándole a una mujer un masaje intimo desnudo, y dijo débilmente, —Ah,  que bien.

Jamie estaba contenta de que el contacto tan íntimo con Ryan no pareciera molestar a Jack.  Tal vez si sé este acostumbrando a ella, pensó con esperanzas.

* * * * * * * * * * * *

Mas tarde por la noche Jack estaba encima de ella, reclamándola con una urgencia que se sentía extraña en su intimidad, Jamie se pregunto si Ryan seria la causa.  Cualquier sea la causa, pensó ella, esto es algo muy bueno.

* * * * * * * * * * * *

Temprano al día siguiente mientras Ryan estaba estremecida entre los brazos de Ally le dio gracias a los dioses  que había pedido que fuera tratada gentilmente el viernes por la noche.  Por dios, si me hubiera hecho esto el viernes hubiera tenido que cancelar nuestro paseo.  Ni estoy segura que podré montar mi Harley a casa.  Ni modo, pensó al dejarse llevar por el sueño, se que no podría escoger cual de tantos orgasmos regresar, así es que me quedare con todos!

* * * * * * * * * * * *

No solo no tuvieron un desayuno tardío antes de su cita con Mark, apenas lograron llegar al gimnasio a medio día.  Ryan hizo su trabajo automáticamente y al término de la hora no estaba seguro si le gustaba Ally o no.  Pero felizmente acordó  cambiar y le dio a Ryan un gran beso de despedida y le deseo buena suerte.

Ryan miro a Ally entre ojos enrojecidos y gimió, —¡Si no le doy de comer a este pobre cuerpo abusado me voy a desmayar!

—Tenemos tres horas antes de nuestra próxima cita.  Te disparo el almuerzo, dulzura.  ¿Qué te gustaría comer?

—Cualquier cosa mientras sea rápido, —respondió.

—Ally no la tomo en serio.  Sabía que Ryan necesitaba nutrientes para poder durar todo el día y la llevo a un café pequeño en Market que se especializaba en comida vegetariana.  Ryan ojeo el menú y trato de encontrar algo que no le apetecería.  No tuvo éxito y ordeno un omelet de queso y champiñones con una ensalada de fruta.  También pidió un vaso grande de jugo de naranja y café.  Ally pidió un omelet de clara de huevo y avena, su desayunó normal.

Ally corrió a usar el baño y Ryan se distrajo pensando sobre su relación.  Se le ocurrió que no habían compartido  una comida juntas en un restaurante en años.  Ally fue la que sugirió que comiéramos juntas, reflexiono.  Y ambas noches me dejo tocarla mucho mas pronto de lo normal.  ¿Me pregunto que esta pasando?  Y simplemente supuso que me quedaría todo el fin de semana.  Normalmente no extiende ese tipo de invitación.  ¿Estará cambiando las reglas? ¿Y lo más importante, quieres que las cambie?

Fue jalada de su ensueño por un beso ligero en su mejilla de Ally al pasar para tomar su asiento.  —¿Me extrañaste?  —pregunto con parpadeo en sus ojos.

Ryan le dio una sonrisa dulce y alcanzo para tomar su mano ligeramente al honestamente responder, —Siempre.

Ally inclino su cabeza y parecía que iba preguntar que quería decir eso pero obviamente decidió no seguir el tema.  —Cuéntame más sobre este nuevo trabajo.

Ryan le dio un poco mas de información sobre ‘Women Power’ y le dijo como fue que le llego la oportunidad.

—¿Es esa la misma mujer con la que fuiste de paseo?  —Le pregunto.

Ryan estaba sorprendida que se hubiera dado cuenta de ese detalle.  —Si, si lo es.  Es una mujer de mi clase de ‘Sexualidad Lesbica’ en la universidad.

Ally solo sacudió la cabeza al oír eso.  —¿Tu crees que ofrecen esa clase en escuelas normales o solo en Berserkely? —pregunto, usando el apodo juguetón para el campus ultra-liberal.

—Creo que probablemente sea común en la grandes universidades liberales, pero no creo que es lo normal de ninguna manera, —admitió.

—Se oye como una Buena manera de ligar a mujeres, —dijo con un gruñido—.  ¿Haz tenido suerte aparte de esta tal Jamie?

—Si, he tenido un par de noches buenas con algunas compañeras, —admitió—.  Pero no con Jamie.  En realidad no es gay.  Esta comprometida con un tipo que va a Stanford.  Por eso es que estamos paseando en Palo Alto.  Ella va allá los fines de semana para quedarse con él.

—Aja, —Ally dijo con sonrisa cómplice—.  Todas las chicas hetero toman clases sobre Sexualidad Lesbica. Y sobre todo quieren pasar tiempo contigo.

—No, en serio, Ally, es hetero, —Ryan pacientemente explico.

—¿Cuantas mujeres hetero son amigas tuyas, Ryan?  —le pregunto directamente.

—Mmm…—Ryan frunció el ceño al repasar la lista de amigas.  Se miraba disgustada cuando al final admitió—. Ninguna.

—Exacto.  Y estoy suponiendo que no es porque no te gustan mujeres hetero.  Pero la mayoría de mujeres hetero se sienten incomodas al sentirse cerca de una lesbiana solamente si quieren cambiar—al menos temporalmente.  Te garantizo que quiere más de ti que tu amistad, —pronostico.

—Mmm, no se como me sentiría sobre eso, —Ryan reflexiono—. Creo que me gusta demasiado como para tener una aventura con ella.  Creo que destruiría nuestra amistad.

—¿Es atractiva?

—Oh, si, —Ryan dijo con una risa juguetona—.  Es completamente linda.  Mas o menos 1.64 m, delgada pero esta empezando a formar buena musculatura, rubia, ojos verdes claro, una boquita de puchero…

—Esta bien, esta bien, —Ally dijo con una risa al subir las manos—, ¡Ya entiendo!  —Miro a Ryan por otro largo minuto y agrego—, Si algún día la secuestran espero que los policías te pregunten a ti por su descripción.

Ryan se sonrojo un poco ante la implicación.  —Simplemente soy observadora, —dijo algo defensiva.

—Oye, no me tienes que convencer a mí, —Ally le recordó—.  Pero si yo fuera su novio la mantendría lejos de ti, —dijo firmemente al palmear la mano de Ryan—.  La Madre Teresa cambiaria por ti, dulzura, —dijo con cariño.

—Esta muerta, Ally, —Ryan le recordó.

—No importaría bebe.  ¡Tú  lograrías revivir muertos!

* * * * * * * * * * * *

El lunes por la mañana se encontró Ryan bajo el cuerpo extendido de Ally.  Después de la cita de las 4 PM,  Ryan había regresado a su casa para la cena pero en cuanto los platos estuvieron limpios, empaco sus cosas en su mochila y se dirigió a la casa de Ally.  Se habían pasado la noche haciendo el amor con casi la misma pasión que las había poseído el sábado por la noche y Ryan casi estaba por apagar su alarma de reloj y simplemente quedarse allí acurrucada.

La alarma insistente las despertó a ambas y Ally gateo sobre ella para ir al baño mientras Ryan peleaba una pequeña guerra con su bien escondido lado perezoso.  Al regresar se acerco a Ryan y empezó a acariciarle el estomago en una manera acogedora.  Ryan sabia que si empezaban de nuevo perdería todo el día, le dio un beso y gentilmente palmeo su mejilla.  —Me tengo que ir nena, —murmuro calladamente, forzándose a salir de  la cama evitando las manos de Ally.  Se tropezó hacia la ducha y cuando salió su amiga estaba dormida de nuevo.  Ryan reviso el despertador del reloj para asegurarse que timbrara a las 8 pues  suponía que Ally necesitaba estar en el trabajo para las 9 y luego camino hacia la mesa de la cocina y dejo una nota.

Gracias por la lección maravillosa en como llenar un fin de semana.  ¡Pensare en ti a diario—especialmente cada vez que me tenga que sentar!

Con amor,

Ryan

Se subió a su Harley con una mueca yendo directamente a la estación del MUNI para agarrar un aventón a la escuela.  Me sentiré mucho mas cómoda parada todo el viaje, pensó con una mueca.  ¿Por que es que tuvimos que probar cada nuevo juguete que compro desde la última vez que la vi? ¿Que jamás aprenderé?

* * * * * * * * * * * *

Entro rápidamente a clase como 5 minutos tarde y tomo asiento cerca de la puerta.  Jamie capto la mueca al sentarse y se pregunto si Ryan se había herido en su paseo de bicicleta.  Pero cuando la miro de nuevo se dio cuenta que mal se veía.  Estaba pálida y sus ojos se veían rojos y apagados.  Su cabello estaba jalado en una cola de caballo y estaba metida bajo su cachucha  de cualquier modo.  Mientras Jamie la miraba de nuevo la cabeza de Ryan pego contra su pecho y se sacudió en su asiento al despertar bruscamente.  Si se mira muy herida, sonrió maliciosa.  Pero no por montar la bicicleta.

 

Después de clase Ryan la espero fuera de la puerta.  Estaba inclinada contra la pared y parecía que se quedaría dormida allí donde estaba.  —No quisiera mencionar algo obvio, pero te vez como que si necesitaras un café, —Jamie bromeo cuando Ryan tuvo que forzar sus ojos para que abrieran.

—No creo que café me ayude, —gimió—.  Creo que buscare un lugar quieto y sombreado para tomarme una siesta hasta que tenga que ir al trabajo.

—¿Que no tienes tu laboratorio de biología?

—Si pero no hay modo de que pueda hacer experimentos sin incidentes hoy.  No quiero poner en peligro a mis compañeros.

—Anda vamos—, le dijo al pasar su brazo por la cintura de Ryan—. Yo te puedo ayudar. 

Después de una caminada lenta y silenciosa subieron por los escalones de la casa de Jamie.

 —Debo de suponer que te diste cuenta de cómo llenar tu fin de semana, —Jamie pregunto casualmente al guiar a su amiga hacia su cama para que pudiera dormir.

—Oh, que si lo llene, —Ryan dijo pensando para si, —Junto con cada orificio en mi cuerpo.

* * * * * * * * * * * *

El régimen de ejercicios el cual habían acordado era excelente para cumplir con  sus necesidades perfectamente.  Permitía que Jamie pusiera a prueba sus piernas 4 veces por semana, que seguía un día lleno de descansos entre ejercicios.  Jamie hacia las largas distancias los lunes y miércoles.  La escala del monte los sábados o domingos, dependiendo de sus planes los fines de semanas.  Encontró un par de buenos montes cerca del apartamento de Jack, así es que estaba lista.  Trabajaron su espalda y hombros los lunes, sus brazos y espalda los miércoles y sus piernas y pecho los viernes.

Después de dos semanas de este régimen Ryan decidió dejar su bicicleta de Montaña con Jamie para poder pasear juntas los lunes y miércoles.  A pesar de que a Ryan le gustaba su nuevo gimnasio ya no podía ir en sus paseos por la mañana, así es que tenia que usar el tiempo que tenia por las tardes.  Empezó a manejar su moto al trabajo, y después a clases.  Cassie no estaba muy contenta de ser despertada cada mañana a las cinco de la mañana por la escandalera del motor de la Harley, pero eventualmente dejo de quejarse cuando Ryan acordó  apagar el motor en el bordillo y caminar la moto por el camino de entrada.

Cassie no estaba muy contenta que digamos cuando Jamie le dio a Ryan una llave de la casa.

—Jamie, no quiero que esta mujer pueda entrar aquí cuando ella quiera, —le dijo de mal humor.

—Okay Cassie, —Jamie acordo—.  Tiene que entrar a cambiarse sus botas y chaqueta pesada antes de poder andar en bici, así es que le diré que timbre la campana cada mañana.  ¿Como duermes tan ligeramente, puedes bajar a dejarla entrar?  —Le pregunto dulcemente.

—Esta bien Jamie, dale a todas las lesbianas pervertidas sexuales en la cuidad una llave a nuestra casa.  —dijo enfadada—. Sabes algo, hable con unas personas que la conocen y dicen que es una verdadera puta.  No puedo creer que te guste asociarte con ese tipo de persona.

Frunció los labios y miro fijamente a su compañera por un largo momento.  —Cassie si todas mis amistades fueran tan amables, generosas y honestas como Ryan, seria una mujer muy contenta.  —Dijo con los ojos estrechados, al volverse sobre sus talones; esperando que Cassie entendiera el verdadero significado de su burla.

* * * * * * * * * * * *

Mientras el trimestre progresaba las demandas sobre el tiempo de Jamie aumentaban hasta sentir que no tenia ningún momento para si misma.  Pasaba la mayor parte de su tiempo leyendo para su clase de Ingles 4 (clase de literatura) y ocasionalmente se pateaba mentalmente por haber tomado tantas clases que requerían tanta lectura.  Cuando su cara no estaba metida en un libro estaba en el gimnasio o paseando por los montes en su bicicleta.  Pero encontraba que no importaba cuanto tiempo dedicaba a sus ejercicios jamás lamentaba ni un solo minuto.  Cuando andaba en su bici podía liberar su mente de las preocupaciones de sus clases y del futuro.  No se preocupaba de su relación con Jack o pensaba de sus vidas juntos.  Simplemente ponía en pausa sus pensamientos y dejaba el viento pasar por su rostro al pedalear por los montes empinados de Berkeley.  Al no haber paseado en bicicleta por varios años se dio cuenta que se había olvidado la libertad que dos llantas le daban.  No importaba que mal estaba el trafico ella podía meterse entre los autos parados y estar en casa en pocos minutos.

Pero los ejercicios con Ryan era lo que de veras la motivaba.  Trabajaban juntas 3 horas por semana pero tenia que admitir que eran las horas más agradables de su semana atareada.  Aunque pasaban mucho tiempo juntas tomando café o una comida rápida los ejercicios eran cuando Jamie se sentía muy especial.

Cuando se permitía pensar de ello, Jamie era la que normalmente se pasaba el tiempo tratando  que otros se sintieran especial.  Muchas veces parecía que se pasaba toda su relación con Jack asegurándose que tenia todas sus necesidades cubiertas: asegurándose que tenia preparado su almuerzo o cena; estando con él mientras estudiaba; nunca demandando salir a cenar o a una película; y estando a su disposición sexualmente.  Pero por 3 horas de la semana el mundo giraba alrededor de Jamie y en el desarrollo de su cuerpo.

Una de las cosas que había llegado a valorar de Ryan era su habilidad de enfocarse intensamente en su tarea.  Al pasar de las semanas se dio cuenta que su enfoque era mas que bienvenido  cuando estaba centrado en ella únicamente.

Jamie había observado a muchos otros entrenadores durante sus semanas en el gimnasio pero jamás había observado a alguien que se concentrara tan ferozmente en sus clientes.  Sin ninguna palabra de Jamie,  Ryan automáticamente quitaba 5 libras de las pesas si estaba pesada demás por un poquitito, le ordenaba parar en 9 repeticiones en vez de 10 si notaba demasiado agotamiento; se pasaba cierto ejercicio si uno relacionado estaba muy pesado para hacer en cualquier día.  De todo a todo estaba tan sintonizada a Jamie y su cuerpo que después de un tiempo apenas cruzaban palabras durante una sesión.

Normalmente después de las sesiones se paseaban a casa de Jamie en sus bicicletas.  Ryan siempre estaba vigilante de que los músculos de Jamie estaban lo suficiente calientes para permitir el viaje corto y una vez que llegaban invariablemente enviaba a su cliente a la ducha.  Ryan pacientemente esperaba a Jamie y después le daba un buen masaje en la parte del cuerpo que había sido más estresada.   Durante el masaje Ryan normalmente pasaba al menos 10 minutos alabando su ejecución de los ejercicios en el gimnasio.  Jamie sabia que parte de la razón que Ryan la elogiaba era para mantenerla motivada; pero sin embargo, se devoraba los comentarios con deleite.  Se sentía tan única y especial cuando pasaban tiempo juntas que empezaba a despertar en de muy buen humor los días que tenia su rutina de entrenamiento.

* * * * * * * * * * * *

En un fresco y nublado miércoles Jamie llego al gimnasio para su cita de las 4:00.  Busco a Ryan pero no la vio esperando junto del escritorio del frente como era su costumbre.  Dejo sus cosas en su casillero y entro a la parte principal del gimnasio buscando a su amiga.  Al casi darse por vencida y  estar a punto de enviarle un mensaje a su busca, la vio en la esquina del fondo del gimnasio.

Jamie nunca había notado el equipo de box situado sobre una plataforma poco elevada en la esquina.  Pero Ryan estaba parada frente una bolsa pesada cubierta en cuero, pegándole como si  quisiera sacarle el relleno con sus manos que estaban cubiertas con guantes rojos de boxeo.  Se quedo observando a su amiga, viendo el sudor volar de su cara al dar golpe tras golpe.  Jamie pensó que ella no podría darle a la bolsa como su amiga lo estaba haciendo.  Pero al verla más de cerca podía ver que la técnica de Ryan era la adecuada.  Pegaba desde su hombro, usando la fuerza de su torso entero detrás de cada golpe.  Jamie noto que casi estaba de puntas sobre los dedos de los pies,  mientras golpeaba la bolsa y que su cuerpo seguía su brazo, hasta sus caderas ayudaban con el empujón.  Le sorprendía que pudiera quedarse mirando a su amiga por tanto tiempo sin que notara su escrutinio, pero Ryan estaba tan concentrada que obviamente estaba inconsciente de cualquier cosa más que de su asalto furioso a la bolsa pesada.  —¿Um..estas enojada con alguien?  —por fin pregunto quebrando el encanto.

Ryan se giro para enfrentarla, el sudor volando de su cabello y dándole a Jamie  un ligero roció.  —¿Cuando te…que hora es?  —pregunto al mirar su reloj—.  ¡Dios mío! —jadeo—.  ¡Son las 4:15!

—Lo sé, —Jamie dijo con una sonrisa—.  Te he estado mirando los últimos 15 minutos.

—¿En serio?  —Ryan pregunto con una mirada perpleja en su rostro. 

Al decir eso Jamie se dio cuenta de que extraño se oía decir que solo la estaba mirando y le explico, —Jamás he visto a nadie trabajar una bolsa así.  Siempre me ha fascinado el boxeo.

—¿De verdad?  —Ryan le pregunto dudosamente al tomar una toalla chica de una pila y limpiar su cara y cuello.

—Si, es cierto.  Por cierto, eso fue bastante impresionante.  —elogio con una sonrisa.

—Gracias, —dijo Ryan al ruborizarse un poco—.  Mi cliente de las 3 cancelo y quería hacer algo aeróbico por unos minutos.  Pensé que esto seria algo que podría hacer y no sudar demasiado,  —dijo al mirarse a ella misma en vano.  Sudor aún corriendo por su cara y bajo su camisa negra.  El sudor corría por sus brazos y hasta la camisa gruesa de golf se veía empapada.

—¿Mmm…estabas equivocada?  —Jamie atino.

—Bueno, empecé jugando con la pera.  —Ryan admitió—.  Pero cuando termine con eso aun me sentía un poco nerviosa y pensé que la bolsa pesada me cansaría.

—¿Nerviosa?

—Si, —dijo a la vez que su cuello y cara se sonrojaban—.  A veces tengo necesidad de…no se…desahogarme.

—Creo que tuviste éxito,  —Jamie observo sarcásticamente.

—No me vi tan mal después de la pera, —Ryan insistió.

—Bueno ya que estas dando demostraciones déjame verte en ella unos minutos.  —le rogó, verdaderamente interesada en ver a su amiga trabajar su magia.

Ryan la dio una sonrisa estrafalaria.  —¿Estas segura?  —pregunto dudosamente.

—Positivo, —Jamie insistió.  Ryan encogió sus anchos hombros y extendió sus manos.  después de un segundo Jamie se dio cuenta que no se podía quitar los guantes ella sola—. Wow,  estos hubieran sido una buena manera para que mis padres pudieran hacer que me dejara de chupar el pulgar en la noche, —se rió.

—Mmm, yo no me chupe el pulgar pero los podría haber usado para mantener un poco de autocontrol, —Ryan medito mientras Jamie palmeo firmemente su estomago.

—Algunas de tus citas probablemente desearían que las tuvieras ahora, —Jamie reprendió.

—Uuuuhu, eso es frió,  —Ryan murmuró.  Se quito los guantes que Jamie había desenlazado y se puso un par de ligeros guantes protectores.  Enfrentando la pera centro su pesó y alzo los puños casi al nivel de sus ojos—.  Mi hermano Conor puso una pera en la cochera cuando yo tenía como 10 años,  —revelo al empezar lentamente a pegarle la pera con cada mano en secuencia—.  Me tenia que parar sobre una caja para poder pegarle a esa cosa pero era mucho mas dedicada de lo que él fue.  Claro,  él tenia 14 y empezando a interesarle las chicas así es que su atención estaba desviada.  —sonrió burlonamente—.  En fin, me gustaba muchísimo trabajar con la pera y me ayudo inmensamente con mi coordinación de mano/ojo y con mi concentración.  Era tan delgada que esa bolsa me podría tumbar de la caja si no ponía atención.

De aquí a que termino de contar algo de su juventud su velocidad había aumentado a tal medida que la pera solo era una imagen borrosa mientras la manipulaba fácilmente con sus puños apenas moviéndose.  Era verdaderamente hipnotizante verla y Jamie medito que podía quedarse allí todo el día simplemente mirando a Ryan pegarle a la pera.  Pero después de unos minutos desminuyo el paso y eventualmente paro la pera tomándola en sus manos.  —¿Se ve divertido?  —pregunto con un centelleo en los ojos.

—Claro, cuando lo haces tú, —dijo con una risa—.  ¿Por qué es que nadie usa este equipo?

—Bueno es que es mucho más duro de lo que se mira y la mayoría de las mujeres no crecen con ello y no saben por donde empezar.  Pero me gustaría enseñarte si quieres.  Seria bueno para tu cuerpo superior.

—Hay que quedarnos con las maquinas por un tiempo, amiga.  No quiero morder más de lo que puedo mascar—.  Miro a su amiga por un momento y pregunto—, ¿Tienes otra camisa?  Esa esta hecha un desastre.

—Buen punto, —acordó al darle un jalón a su camisa mojada—.  Creo que puedo tomar otra de la oficina.  Ya regreso.

Después de unos minutos regreso a su lado en una camisa demasiado chica.  Jamie suponía que normalmente usaba un extra grande y que esta no podría haber sido mas que una mediana.  Pero no tenía quejas y tampoco ninguna de las dos mujeres en las escaladoras que seguían el progreso de Ryan al cruzar el gimnasio.  —La única que tenían era de alguien que se fue este año,  —agrego frunciendo el ceño—.  Seguro solo tenia 9 años.

—Te ves bien  —Jamie le aseguro—.  Ahora vamos empezando, entrenadora.  ¡No será fácil si es que voy a tratar de mantener tu ritmo!

Después de los ejercicios agotadores Jamie pregunto, —¿Tienes tiempo para cenar?  ¿podría preparar algo rápido?

Ryan pareció considerar la oferta por un momento, pero al final dijo, —Me encantaría Jamie, pero no tengo tiempo.  Mi papá me preparo un bolsa de cena, así  que mejor me voy a estudiar.

—Esta bien, —Jamie respondió, tratando de no parecer que le importaba.  En realidad le importaba muchísimo.  Aunque le gustaban las sesiones mucho igual le gustaba el masaje después de la ducha y los elogios. Pero no se sentía cómoda admitiendo cuan especial era para ella ese tiempo con Ryan, así que trato de parecer casual.

Ryan noto la pequeña mirada de decepción en su rostro.  —Si quieres algo de compañía esta noche, puedo hacer tiempo para ti, —Dijo amablemente.

Jamie se sintió un poco avergonzada, y trato de cubrir su comentario descuidado.  —No,  yo también debería de estudiar.  Solo estoy buscando una excusa para no hacerlo.

—Si estas segura Jamie, —Ryan dijo con una mirada intensa al agacharse un poco para mira sus ojos.

—Positivo, —respondió, inmensamente contenta que Ryan se preocupara lo suficiente por ella.

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Cuatro horas después Jamie estaba trabajando duro en un articulo para ‘The Lesbian Experience’ (‘La Experiencia Lesbica’) cuando se dio cuenta que no tenia un libro importante, Demonios, seguro lo deje con Jack.  El articulo no tenía que estar listo hasta el viernes, pero tenia planes de estudiar para la clase de ‘Poetas Románticos’ al día siguiente.  Esta noche era la mejor para escribir el articulo, pero eran las 9 de la noche y aun no sabia donde lo podía comprar.  Llamo algunos lugares y encontró que ‘Mama Bear’s’ tenia la única copia en la zona, subiendo al Porsche se dirigió a Oakland.

Al ir al rededor de la cuadra buscando un estacionamiento, noto un vehículo inconfundible.  Un Harley azul turquesa y crema.  Mmm, que esta haciendo ella por aquí, ¿‘La pequeña señorita tengo que estudiar’?  Estaba algo molesta cuando entro a la librería pero no vio a Ryan por ningún lado.  Bueno supongo que pude haber dos mujeres que montan esa Harley.  Esta dentro del reino de posibilidades.  encontró su libro, paro en el mostrador para pagar y estaba lista para irse cuando se detuvo para volver a dar una rápida mirada por la cafetería.

El lugar estaba un poco más oscuro que la última vez que había ido.  Una mujer estaba sobre la pequeña plataforma cantando algunas baladas contemporáneas más o menos adecuadamente.  Jamie escudriño la muchedumbre en la luz baja y noto que solo 3 de las pequeñas mesas estaban ocupadas—ninguna de ellas por Ryan.  Al girar la cabeza lentamente, tratando de ajustar entre la luz de los dos cuartos capto lo que parecía una forma conocida en el rincón más oscuro y lejano.  Dos mujeres ocupaban el pequeño sofá en el rincón mus oscuro.  En realidad no se podía decir que estaban sentadas, porque ninguna de las dos estaba vertical.  Una mujer negra con cabello muy cortito estaba media inclinada en el sofá y Ryan prácticamente estaba acostada sobre ella.

Jamie se quedo con la boca abierta en la luz brillante de la librería, mirando con asombro al par.  Ryan estaba besando la mujer profundamente a la vez que se movía gentilmente contra el cuerpo de la mujer.  Jamie pensó que jamás había visto algo tan erótico pero cada fibra de su ser quería correr de la tienda y jamás volver a mirar eso.  Miro a Ryan tomar la cara de la mujer y besarla con más pasión.  Estaba incompletamente inmóvil pero igualmente no podía dejar de mirar.

Ryan empezó a enderezarse y la mujer la siguió, pegada a su boca como una anguila.  Cuando las dos estaban verticales Ryan puso un brazo alrededor de los hombros y la otra bajo sus rodillas y la jalo sobre su falda.  Jamie miro esas manos bronceadas y fuertes empezar acariciar le mujer por todo su cuerpo.  Sabía que se desmayaría si no alejaba la vista, pero se sentía enraizada en su lugar.  Miro las manos de Ryan se volvieron a los lados de la cabeza de la mujer y detenerla quieta al empezar otra ronda de besos profundos.  Jamie miro lenguas pasar entre bocas al alejarse un poco y de nuevo juntarse.  La mano de la mujer lentamente subió por el torso de Ryan y Jamie tuvo que sujetarse de algo para poder calmarse al mirar una pequeña mano oscura tomar firmemente el seno izquierdo de Ryan y empezar amasarlo.  La cabeza de Ryan se levanto lentamente para caer encima de sus hombros a la vez que una mirada de placer cruzo la cara hermosa. 

Cuando el libro de deslizo de sus dedos insensibles Jamie oyó una voz preguntar.  —¿Cómo estas nena?  —la pregunta, que venia directamente detrás de su hombro derecho, casi causa que gritara.  Uso toda su compostura para enfocar su atención en dirección de la voz.  Babs la dueña de la tienda, y amiga de Ryan, la miro con compasión—.  No te molestes con ella nena, —dijo—.  Ryan no es una mala chica solo que no puede estar atada a solo una mujer.  Simplemente no es el tipo.

—¿Qué?  —Jamie la miro en completa confusión—.  ¿Por que estaría en…?  ¿Que?  —Jamás en sus veinte años se había sentido tan completamente inarticulada. 

—Esta bien nena.  No eres la primera ni serás la ultima.  No dejes que te moleste.

—P…p…pero, no estamos…ella no…NI YO…No hice… —Jamie verdaderamente solo quería caer al piso y llorar.  Estaba tan frustrada con su inhabilidad de formar una frase coherente y sus sentimientos caóticos sobre Ryan que estaba verdaderamente perdida.  

—Solo estoy diciendo que hay muchas mujeres a quienes les encantaría salir con una chica bien parecida como tu.  Y la mayoría no te abandonarían tan fácilmente como lo hizo Ryan,  —en eso palmeo la espalda de Jamie y se regreso a la cafetería.

Jamie esta aun más sorprendida.  Como si estuviera en un trance sus ojos viajaron por su propia voluntad de nuevo al rincón oscuro.  Miro cuando Ryan y su pareja se desenredaron de una a la otra y se pararon sobre piernas temblorosas.  La mujer tenía su brazo alrededor de la cintura de Ryan y el brazo de Ryan estaba sobre los hombros de ella.  Sus cabezas muy cercas al tambalear afuera y  a la oscuridad.

En orden de tratar de calmar sus sentimientos Jamie recogió su libro y se sentó en una de las mesas chicas.  Se sentó sin moverse y aturdida por al menos quince minutos con su mente completamente embrollada.  Estaba enojada, perpleja y curiosa y aunque no quisiera admitirlo…totalmente excitada.

Finalmente, se sintió lo suficiente bajo control para poder manejar.  Camino hacia fuera y estaba sorprendida de ver la Harley aun en su espacio.  Le dio vuelta a la esquina y vio a Ryan y la mujer inclinadas sobre un carro, continuando lo que estaba haciendo en la casa de café.  El problema era que el carro estaba en frente del de Jamie.

¡Ahora Jamie podía entender sus sentimientos—estaba enojada!  ¡Me quiero ir por dios! Y no quiero que me vea.

Su problema fue solucionad  un momento después cuando la mujer abrió la puerta trasera, se inclino y deslizo tras el asiento.  Ryan se tiro y obviamente callo sobre ella.  Sus cabezas inmediatamente cayeron bajo la ventana y Jamie sintió que se podía ir y no ser vista.

Corrió hacia su auto y entro rápidamente.  Después de un momento de torpeza con las llaves empezó el motor y arranco tan rápido que sus pequeñas llantas Alemanas la podían llevar.

Una vez en casa, y segura en su cuarto, dejo que su mente rumiara.  No es como que si no supiera que tenía muchas mujeres.  Actualmente verla con una mujer era tan asombroso.  ¿Pero por que me sentía tan excitada?  Considero la pregunta por unos largos minutos.  Seguro solo es el asombro y la emoción de ver alguien hacer algo que es algo prohibido.  Yo seguro me excitaría de ver a Mia y su novio en serio hacerlo también.  Podía sentir su cuerpo ruborizarse al considerar justo que apasionada se veía Ryan con su pareja.  Dios si que estaba bien metida.  Se veía tan fuerte y poderosa.  Sus manos simplemente tomaron posesión de la mujer.  La beso con una ferocidad que jamás he sentido.  Se miraba tan intensa.  ¿Dios, que estarán haciendo ahora?  Su mente solo pauso un segundo antes de que recibiera el mensaje obvio.  ¿Que piensas Jamie? ¡Están teniendo sexo caliente en el asiento trasero de su auto!  ¿Oh,  dios, por que no tome psicología anormal como el resto del mundo?

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Jamie decidió que hablar con Ryan sobre haberla visto en la cafetería no tendría ningún caso.  No se hablaron el jueves pero después de clase el viernes llegaron por un jugo como habitualmente lo hacían pero como el día estaba tan lindo decidieron solo tomar una par de botellas de jugo e irse al claro de la facultad para relajarse en el sol.  Al acomodarse Jamie quedo perpleja al mirar que Ryan saco su lonche de su mochila y empezó a comerse su tentempié.

—¿Mmm, Ryan?—comenzó a decir.

—Mmrmfh?"

—¿Por qué estas comiendo pan queques fríos y secos?

—Están fríos porque fueron hechos anoche, y no tengo acceso a un microondas.  Están secos porque  el almíbar no viaja muy bien.  —Después de dar su explicación lógica se quedo mirando a Jamie con una mirada apacible en su rostro.  Este era una de las idiosincrasias que Jamie amaba y odiaba.  Invariablemente contestaba la pregunta—exactamente como fue preguntada.  El pensamiento pasó por la mente de Jamie que todos aquellos que la conocieran sabia que pensaba como un abogado.

—Tú sabes que esa no era la pregunta, —Jamie dijo al darle una palmada en el brazo.

—Okay, confieso.  No llame a casa a la 3 p.m. para decirle a mi papá que no llegaría a la casa para la cena.  Esto,  —dijo al sacudir el panqueque frió y seco—, es mi castigo.

—Mmm, bueno supongo que eso hace las cosas mas claras, —respondió con una mirada perpleja.

—Okay, mi padre espera que cada uno de nosotros estemos en casa par a las 6 p.m.  No es gran cosa si no puedes llegar.  Pero si no le avisas para las 3 p.m. cocina para ti.  Y si cocina para ti, vale más que te lo comas.  Así es que lo que no te comiste para la cena, te lo da para el almuerzo al día siguiente.

—Pero no te lo tienes que comer Ryan, —Jamie se rió.

—Claro que si, —Ryan entono seriamente—.  Es importante para mi padre.

—¿Qué quieres decir?  —pregunto, sin poder entender completamente como comiendo pan queques podría ser importante para alguien.

—Cuando mi madre murió el hacia lo mejor que podía para continuar que funcionáramos como una familia verdadera.  Teniendo nuestras comidas juntos es una gran parte de lo que hace esto funcionar.  Cuando yo quiebro una de las reglas de la familia debe de haber un precio que pagar.  Se trata de respeto.  —Sus ojos profundamente azules estaban serios al mirar a Jamie fijamente.

—Me encantaría conocer al hombre que quieres y respetas tanto Ryan, —Jamie digo al cubrir la mano de Ryan con la de ella.

Ryan se sonrojo un poco y le dio a Jamie una gran sonrisa.  —¿Por qué no vienes a mi casa el domingo para la cena y conoces a todos?

—Me encantaría,  —Jamie respondió con entusiasmo.

—El domingo a las 3 p.m.  No llegues tarde, —la amenazo siniestramente al darle a un panqueque otra sacudida en la cara de Jamie.

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Jamie salió de Palo Alto mas temprano de lo normal para asegurarse que llegaría a tiempo para la cena del domingo.  Siguió las instrucciones bien escritas de Ryan siguiendo la autopista 101 y bajando en la Boulevard Cesar Chávez.  Pensó para si misma que jamás había estado en esta sección de la cuidad.  Varias veces tomaba la autopista 101, pero normalmente solo para ir a visitar a su abuelo cerca de Nob Hill.  Al manejar por Chávez se le hizo aparente porque jamás había en esta vecindad.  Su familia estaba interesada en la alta cultura, finos restaurantes y eventos deportivos grandes.  Este barrio modesto parecía como un buen lugar para conseguir una buena comida Nicaragüense, pero eso era todo.  La vecindad no estaba muy decaída pero reflejaba muchísimo la cultura de sus más recientes inmigrantes de Centro América.  ¿Este es el barrio de Ryan?  Reflejo pensativamente.  Sé que su familia no tiene mucho dinero pero esto parece demasiado modesto.

Después de un par de kilómetros cruzo Dolores, una ancha calle dividida con una gran raya divisoria por el centro.  A la línea divisora imaginaria  la vecindad empezó a cambiar dramáticamente.  Las casas estaban bien cuidadas y las tiendas se miraban mas exclusivas.  Esto se ve muy lindo, reflejo al mirar la plétora de pequeñas casas Victorianas de dos o tres pisos que aparecían a cada cuadra.

Llego al domicilio indicado a las 2:40.  encontró  estacionamiento fácilmente y camino hacia la linda casita Victoriana.  Escucho música sonar del garaje pegado a ella y decidió investigar allí antes de subir los escalones exteriores que daba a la entrada principal.  Dos figuras oscuras estaban acostadas sobre el piso al costado de una Harley crema al acercarse.

Entrando al garaje tentativamente pregunto.  —¿Ryan? Aun no estando segura que una de las figuras fuera su amiga.

—Hola Jamie,  —respondió su amistosa voz —.  ¿Trajiste tu overol?  —Ryan se escabullo de abajo de la motocicleta y poniendo su 1.87 de estatura de pie.  Llevaba su cabello negro en una trenza que salía de bajo el pico de la gorra roja de béisbol puesta al revés.  Una camiseta sin mangas apretada mostraba cada uno de sus atributos de su torso.  Unos muy viejos y descoloridos jeans 501 cubrían sus piernas.  Los jeans tenían grandes rajones en cada rodilla y unas pequeñas bajo cada curva de su trasero.  Al ponerse de pie Jamie podía notar unas braguitas gris por las rasgaditas que parecía extender mas de lo normal.  ¿Que lleva puesto bajo esos jeans?  Pensó.  ¿Que usara bóxeres? Botas cafés con puntera de acero cubrían sus pies.

Jamie casi podía sentir su barbilla pegar contra su pecho cuando la otra figura se puso de pie.  Estaba casi segura que Ryan no era melliza.  Pero el hombre alto quien ahora estaba parado al lado de Ryan era claramente el clon repleto de testosterona.  Mirándolos juntos Jamie se maravillo del parecido.  Pero Ryan tenía curvas suaves, el hombre músculos tirantes.  Él era al menos 5 o 6 cm. más alto y los hombros más anchos, pero su cadera era angosta.  No tenía ni onza de grasa en ningún lado que no debería.  Su cabello era idéntico en color y textura, pero él lo usaba corto a los lados y mas largo arriba.  Sus ojos eran los mismos azul profundo y tenían la misma intensidad que los de Ryan.  Pero Jamie rápidamente noto que les faltaba la gentileza de los de Ryan.  Su mirada parecía intimidante, casi depredadora, mientras la de Ryan casi siempre estaba abierta e interesada.  Estaba vestido de modo parecido, pero su camiseta cubría sus hombros y sus jeans tenían menos agujeros.

Ryan se veía perpleja por la expresión en la cara de Jamie.  —¿Algo escalofriante no?  Dijo burlonamente.

—Que…Oh…si, —admitió—.  ¿No son mellizos, verdad?

El hombre estaba ocupado limpiándose las manos con una toalla.  Al terminar extendió la mano derecha en saludo.  —Como si  ella pudiera tener tanta suerte de poder compartir mis cromosomas, —el dijo con bravuconería

Jamie se rió a la vez que Ryan le pego fuertemente en el bíceps.  —Este es mi dulce, encantador hermano Conor.  Conor esta es mi amiga, Jamie.

—Gusto en conocerte, Conor.  —Jamie dijo finalmente, dándose cuenta que aun estaba mirando fijamente, pero sin poder dejar de hacerlo.

—Solo va empeorar, Jamie.  Prepárate.  —Ryan advirtió.

Los hermanos grasientos pasaron unos momentos guardando sus herramientas y arreglando su espacio de trabajo.  Jamie los miro trabajar, aun incapaz de superar su asombro sobre el parecido.  Después de terminar todos salieron por el frente del garaje dando vuelta a la izquierda para subir los escalones angostos que daban a la entrada principal.  Cuando llegaron al rellano noto que había una cubierta superior rodeada de flores que obviamente cubría los dos garajes.  —Lindo, —dijo apreciativa mente, tomando en cuenta el espacio bien arreglado.

—Si, —Ryan acordó—.  Tenemos la única cubierta superior en toda la cuadra.  Actualmente es una de las pocas en toda la vecindad.  Es un buen lugar para sentarse y recibir una  buena bronceada de neblina.  —Se rió entre dientes, reconociendo los pocos días claros con los que la ciudad era bendecida.  Dándole una mirada rápida a las casas alrededor noto que todas eran parecidas.  Todas eran bastante angostas y muy juntas una de la otra; actualmente casi todas se tocaban a los lados.

Conor detuvo la puerta para ella entrando antes que los hermanos.  —Tu casa es encantadora,  —dijo con entusiasmo.  Mientras Jamie echaba un vistazo a su alrededor pensó para si misma que parte de lo que lo hacia tan encantadora eran los cuartos pequeños.  La casa solo era del tamaño de dos cuartos de ancha y dos cuartos de profundo.  La pequeña entrada iba a una sala igualmente de pequeña.  La sala daba a un comedor formal que estaba idéntico a la sala en tamaño.  La sala consistía de dos sofás de dos plazas y una silla de piel que parecía estar muy cómoda.  Un sofá regular jamás hubiera cabido, y el cuarto aun así estaba algo apretado con el arreglo presente.  Había una pequeña chimenea con un mantel que estaba llena de fotos de la familia.  Pequeñas ventanas de vidrio emplomado a cada lado de la chimenea. Otras fotos y diplomas cubrían la pared bajo las ventanas.  La pared a la izquierda contenía una estantería de techo a piso llena de libros y más fotos.  La pared opuesta revelaba una puerta pero Jamie no podía adivinar que cuarto podría abrir de la sala.

Al mirar a su alrededor noto que lo mas atractivo del cuarto era toda la exquisita detallada carpintería.  El cielorraso estaba bordado por profundas molduras de corona con un ancho borde de cuadro directamente abajo.  Cada ventana y puerta adornada, igual la chimenea.  Jamie adivino que la casa tendría como 60 o 70 años, realmente muy nueva para tener carpintería original.  —Me encanta toda la moldura que tiene, —le dijo a Ryan.  

Conor le dio una gran sonrisa al inclinarse en agradecimiento.  —Gracias, Jamie, —le dijo.

Ryan explico, —Conor es carpintero.  Después de salir de un instituto profesional uso la casa como su pequeño proyecto.  Tenemos de todo tipo de molduras que puedas imaginarte.

Corrío su mano sobre la elaborada carpintería del mantel.  —Ciertamente haces buen trabajo, Conor.  —dijo con mucho aprecio.

—No lo animes tanto, —Ryan advirtió—.  ¡Sacara sus fotos y te monopolizara toda la noche!

—Hay gente que esta interesada en las artesanías, —inhalo—.  Jamie ciertamente parece poder reconocer la calidad cuando la ve.

—Mi madre le gusta mucho la decoración interior.  —Jamie explico—. Hicimos una remodelación grande hace un par de años y se instalo mucha moldura, así es que aprendí mucho sobre tu oficio Conor.

El comedor cómodo tenía una gran mesa de roble, rectangular.  Tenia campo para diez, pero solo había seis lugares puestos este día.  Mientras Jamie terminaba de investigar el cuarto  saludo a otro clon de Ryan.  Este se miraba un poco más maduro y mientras también tenia buen físico no dejaba la impresión de poder crudo esperando brotar de su piel como sus hermanos.  —¿Oh, Brendan, a que horas llegaste?  —Ryan pregunto al cruzar el cuarto para darle un gran abrazo y besar su mejilla.

—Vine hace como media hora, pero yo tengo ropa buena puesta y no iba a dejar que los monos grasosos me convencieran de arruinar un buen par de pantalones, —respondió sabiamente.

—Brendan, esta es mi amiga Jamie,  —Ryan de nuevo la introdujo, y fue forzada agregar—, Y este es Rory, —le dijo a Jamie al entrar el ultimo hermano.

Bueno menos mal que el no es clon, Jamie pensó.  Rory era mas bajo que Ryan por unos dos o tres centímetros.  Su cabello era rubio, y Jamie supuso que seria un rojo profundo a la luz del sol.  Sus ojos eran de un color verde bajo y brillaban cuando sonreía.  Su piel también era más blanca que sus hermanos, pero sus facciones eran muy parecidas.

—Estoy contenta de conocerlos, —Jamie dijo al tomarles la mano a cada uno.

Una voz se oyó desde la cocina, —La cena será servida en exactamente media hora.  Cualquier persona con alguna brizna de grasa sobre ellos no serán servidos.

Conor y Ryan se miraron uno al otro.  —te hecho a cara o cruz por la ducha,  —Ryan dijo.  Saco una moneda de diez centavos de sus jeans, pero Conor tuvo la suerte—.  Por favor déjame algo de agua caliente, —rogó Ryan. 

—¿Que te valdría?  —pregunto.

—Pues eres tú el que tienes más que ganar como yo soy la que me siento enseguida de ti en la mesa,  —razono.

—Buen punto, apestosa, —cedió—, me apurare.

—La voz retumbo de la cocina de nuevo.  —Shi’vawn, —pareció decir—, Usa algo de tus modales y trae a tu invitada aquí.

—¿Shi’vawn? —Jamie boqueo a su amiga.

Ryan se miro algo avergonzada.  —Es mi nombre verdadero, —admitió—.  Lo cambie hace mucho tiempo, pero mi papá no lo reconoce.

Caminaron por la sala y dieron vuelta dentro de una cocina muy grande.  El cuarto era rectangular y corría como quince metros hasta una puerta de tela metálica al fondo.  Era solo como diez metros de ancho, pero el cielorraso alto y la cerámica brillante la hacia ver mucho mas grande.  Pero la cocina no era lo que tenía a Jamie hipnotizada, esa distinción cayo sobre el clon mayor masculino que estaba meneando la hoya sobre la estufa.

Bueno, parece que no son adoptados, pensó Jamie.  Martín O’Flaherty claramente era el original de donde los pequeños O’Flaherty se habían copiado.  Él era al menos otros cuatro centímetros más alto que Ryan, con algo de gris en su sien.  Su físico se parecía al de Brendan y a la distancia podría haber pasado por 30 anos de edad.  Pero de cerca su cara tenía las líneas pequeñas y piel arrugada que portaba un hombre que trabajaba en una profesión peligrosa.  Sus ojos, en cambio, eran copias exactas de los de Ryan, azules profundos, cálidos y amistosos.

—Pa, este es mi amiga, Jamie,  —Ryan de nuevo hizo introducciones.

—Ahh Jamie, —dijo calurosamente con algo de acento Irlandés—.  Shi’vawn habla muy bien de ti y te menciona mucho.  Estoy muy contento de conocerte, pero hubiera querido que fuera mucho mas antes, —dijo al tirarle una mirada a su sonriente hija. 

—Si dices cosas buenas de mí mas, de la mitad como lo hace de usted Sr. O’Flaherty, entonces soy una mujer con mucha suerte.  —Jamie respondió con un brillo en los ojos.

—¿Shi’vawn estas segura que esta pequeña no es de nuestra tierra?  —Dijo con una carcajada—.  Parece que beso la pierda de Blarney hace poco.  Pero nada de Sr. O’Flaherty aquí cariño.  Me puedes llamar Martin o Marty, el que prefieras.

—¿Qué prefiere usted?  —pregunto..

—Pon atención, Shi’vawn, —le dijo con una sonrisa idéntica a la que Jamie había vistos cientos de veces en su amiga—.  Ella si tienes modales.  —volteo hacia Jamie mirándose algo pensativo y finalmente dijo—, Supongo que prefiero Martín.  Es el nombre que mis padres me dieron y no veo ninguna razón de cambiarlo.  —Esto ultimo dirigido a Ryan que tenia una mirada perpleja—.  Otra lección que podrías tomar de ella es como vestirte para la cena,  —dijo al mirar el conjunto de Jamie.  Vestía con un suéter de cachemira y un par de pantalones anchos de pana color crema.  Un par de zapatos de imitación lagarto completaba el conjunto.

—Lo intentare, Pa, —Ryan acordó—.  Pero no creo que ni Jamie podría hacer mucho por mi sentido de la moda.  —inclino la cabeza en profunda concentración—.  Parece que Conor ya salió de la ducha.  ¿Quieres venir a mi cuarto para darme algunas sugerencias, Jamie?

—Claro, Ryan, —respondió con un  poco de hesitación.  Aunque estaba muy interesada en ver lo que había bajo los jeans, sabia que no seria la mejor idea.  Pero hizo sus precauciones a un lado y siguió tras los talones de Ryan.  Caminaron hacia la pequeña entrada y abrieron una puerta que Jamie no había notado.  Al descender unos escalones bajos Ryan fue forzada a bajar su cabeza bastante.  Le pareció a Jamie que estaban en un cuarto que estaría localizado directamente tras los garajes.  El cuarto estaba sorprendentemente bien iluminado como si estuviera sobre la tierra aunque supuso que técnicamente seria el sótano.  Una ventana con bisagra grande estaba sobre la cama y daba al patio trasero.  Jamie podía ver un perro grande y negro mirando por la ventana con una mirada curiosa en su cara.

—Hola Duffy, —Ryan dijo al sentarse sobre la cama grande y abriendo la ventana—. Duff, esta es Jamie, —dijo al apuntar a su amiga entretenida—.  Es una muy buena amiga, y quiero que la saludes gentilmente.  —El perro ladeo su negra cabeza grande y la miro seriamente que parecía indicar estar de acuerdo— Pronto saldremos, sube a practicar, —dijo al cerrar la ventana y el perro se fue trotando.  

—Es muy lindo, Ryan, —Jamie dijo—.  ¿Que clase de perro es?

—Es mitad Labrador negro y mitad poodle standard.  Lo tome de un cliente hace como tres años.  La mejor sugerencia que jamás he recibido, —dijo con orgullo.

Ryan se levanto de la cama y cruzo el cuarto hacia un par de cajones y puertas bien hechas que empotraban la pared entera de un lado de su cuarto.  Empezó abrir las puertas y mirar su guardarropa.  Jamie se acerco enseguida de ella y maravillo de cómo estaba todo tan organizado.  Cada cajón estaba bien marcado.  Camisetas M/L; Camisetas M/C; Camisetas S/M; sudaderas; calcetas; ropa interior,  etc.

—¿Tienes suficientes camisetas?  —Jamie pregunto casualmente al abrir el cajón de S/M para confirmar que las camisas que estaban dentro ciertamente no tenían manga.

—Oye, soy una les, —dijo defensivamente—.  Camisetas forman parte del uniforme.

—¿Necesitas algo de ayuda Shi’vawn? —Jamie inocentemente dijo al ver que su amiga parecía estar perdida.

—No empieces, —la advirtió con una sonrisa.

—Por dios, Ryan, pienso que te conozco tan bien, pero ni si quiera conozco tu verdadero nombre.

—No he usado ese nombre desde que tenía siete años, —Ryan respondió—.  Solo Pa y mis abuelos lo usan, los muchachos pararon cuando les daba una paliza,  —admitió—. Y ya me conoces, Jamie.  —dijo sinceramente—. Me conoces muy bien.  No te hubiera invitado si no fuera así. 

Jamie recordó que la mamá de Ryan había muerto cuando tenía siete años.  Pensando que tal vez había una conexión decidió no seguir con el tema.  —Estoy segura que conozco todas las partes importantes, —admitió—, Además un toque de misterio te favorece.

Ryan se rió y regreso a su tarea.  —Mi gran problema es que no tengo pantalones buenos,  —se quejó—  Cada vez que decido comprarme algo bueno me encuentro unos shorts de bici o un conjunto de calentamiento que sé que usare como diez veces mas y resulto comprándome eso mejor.

Saco un par de pantalones de lana perfectamente adecuados y un suéter color crema.  Dejo su selección sobre la cama y se sentó a desatar sus botas.  Jamie se acobardo al considerar mirarla desvestir, sabia que se tenia que salirse cuanto antes—.  Creo que me ofreceré ayudarle a tu papá mientras te alistas, —ofreció.

—No permitirá que lo ayudes, pero estará agradecido por la oferta, —Ryan predijo.

Al darse vuelta para irse recordó algo que la había confundido.  —¿Por que le llamas Pa?

—Es el equivalente de Papá en Irlandés.  Muchos niños les llaman a sus papas por Ma y Pa en vez de Mamá y Papá.

—Es lindo,  —Jamie ofreció al empezar a subir por los escalones.

* * * * * * * * * * * *

Como Ryan había pronosticado, la oferta de Jamie fue rechazada por Martín.  —Tú ve y juega con los niños,  —dijo al dirigirla por la puerta ahora abierta que daba de la sala.  El dormitorio mas o menos grande daba hacia la calle estaba lleno por una cama king una silla bien usada y 3 hombres holgazaneando en varias posiciones al mirar a los 49 batallar contra los Rams de St. Louis en una televisión localizada en otro armario empotrado en la pared.

Jamie se sentó en el piso después de rechazar la oferta de la silla.  Rápidamente se unió en la discusión de la falta de los 49’s de un buen ala cerrada.  Tom Rathman y Brent Jones les daban unidad, —agrego con entendimiento.  Ryan se unió, recién bañada y sorprendentemente hermosa en su ropa de vestir, apenas que empezaba el medio tiempo.  Se sentó enseguida de Jamie en el piso y observo un pequeño reto que Conor obviamente tenia con Jamie.  Ambos pusieron $5 y Rory estaba actuando como juez.  Jamie hizo una mueca, pensando profundamente.  —¿Bueno tiene que haber una S, —dijo ella—, y una H? Pregunto con optimismo. 

—¡Dos de dos!  —Rory dijo.

—¿Qué tal una A?

—¡Tres de tres!

—¿Una W?

—No, una mala, —el respondió.

—S-I-O-B-H-A-N, —Ryan articulo al devolverle los cinco dólares a cada participante.

—No es justo Ryan,  —dijo Conor algo perturbado.

—No me gusta que la gente juegue con la ortografía de mi nombre, —digo seriamente—.  Me molesta, —dijo en voz baja al mirar el piso.

—Perdóname, Ryan, —Conor dijo rápidamente al levantarse de la cama y agacharse a darle un pequeño beso—.  No lo hubiera hecho si supiera que te molestaría.

—Bueno —admitió—, No me molesta tanto, pero si causo que te bajaras de la cama y cayeras en mis malvadas manos, —Se rió alegremente al empezar hacerle cosquillas a sus lados sin merced.  Él rápidamente perdió la habilidad de permanecer derecho pero ella siguió torturándolo, mientras rodaba por el piso.

—Por favor, por favor, no mas, ya no aguanto,  —rogó al reírse histéricamente—.  ¡Tu ganas, tu ganas!

—Yo siempre gano, —dijo orgullosamente al ayudarlo a enderezarse—.  Yo soy la hermanita.

—Que suerte tenemos muchachos, —se dirigió a sus hermanos que se reían—.  Tener una hermanita que puede ganarnos a todos. 

El juego empezó de nuevo justo cuando Martín los llamo para la cena.  Brendan se levanto y le dio al botón para grabar del VCR, y todos se dirigieron al comedor sin una sola queja.

Jamie no podía recordar alguna vez haberse divertido tanto en la cena.  Comidas en su casa siempre eran placenteras, pero no había nada de interés.  Cuando ella y su mama comían solas, por lo regular salían a cenar y la conversación se giraba sobre los intereses de su mama; ropa, viajes, arte y sus tantas obligaciones sociales.  Cuando su papá estaba en casa para una comida usualmente hablaban de su trabajo o su ultimo caso o política.

El clan O’Flaherty en cambio, pasaba su tiempo de comida en bullicioso juego de ver quien es mejor; cuentos graciosos; chistes y bromas constantes.  Jamie estaba contenta que parecían aceptarla sin problemas a su grupo.  La bromeaban sin merced pero con gentileza, pero ella noto que se lo hacían uno al otro.  Al final de la cena Jamie se había formado una tentativa impresión de cada uno de los hombres O’Flaherty.

Martín claramente estaba a cargo.  Todos sus hijos parecían respetarlo y admirarlo, pero ella no detectaba ninguna pisca de temor.  Cuando le dijo a uno de ellos que dejaran de bromear cuando parecía volverse hiriente, paraban inmediatamente.  Tenia una buena forma de contar cuentos y Jamie noto que cada uno de los hijos lo escuchaban intensamente aunque se imaginaba que ya había oído sus cuentos muchas veces.  Él numero de repeticiones fue obvio cuando terminaba uno, y todos los hijos se quejaban que el final había cambiado.  —¿Y como es que voy a mantener a todos ustedes alertas entonces?—  Explico con una risa.

Brendan era él mas serio de todos.  Era un abogado de una firma pequeña de interés publico, trabajando para asegurar los derechos de gente con discapacidades.  Los otros chicos y Ryan lo miraban como un arbitro también.  Era muy adepto a mantenerlos en línea, con su agudeza y su facilidad de reírse, pero sus bromas eran gentiles y dulces.

Conor claramente era el alborotador de los chicos.  Parecía que le gustaba meterse bajo la piel de todos.  Jamie se podía imaginar las bromas que les hacia a todos.  No le sorprendió cuando Martín dijo del numero de veces que había tenido que salir para sacar a Conor de la oficina del director cuando era joven.

Conor trabajaba como carpintero, un oficio que le gustaba muchísimo y obviamente era muy bueno.  El había construido el closet empotrado de pared a pared de Ryan y el librero de Martín y el trabajo era perfecto.  El trabajaba para un compañía que hacia trabajo de renovaciones en la cuidad, y tomaba mucho orgullo en hablar sobre el trabajo históricamente preciso que hacia su compañía en varios hogares Victorianos de la cuidad. 

Rory era juvenil y algo tímido.  Era músico y tocaba en un banda que seguido tocaba en varios clubes y tabernas de la cuidad.  Ryan explico que su banda  tocaba principalmente música tradicional Irlandesa.  Jamie no estaba segura que quería decir eso, pero esperaba saber pronto.  Viajaba bastante cuando su banda salía de gira con actos mas conocidos, pero estaba en casa por varios meses este invierno, tocando en lugares de la cuidad.  Ocasionalmente le salía un acento pronunciado Irlandés que uno de los otros lo hacia notar.  Ryan explico que el pasaba la mayor parte del verano en Irlanda cada año, tocando por todo el país.  Ryan parecía tenerle mucho cariño a Rory, y le presumió a Jamie sobre sus considerables talentos como músico.  El solo se ruborizaba y sacudía su cabeza ante los cumplidos, pero estaba claro que los agradecía.

Cuando la cena hubo terminado Jamie se quedo asombrada a lo que sucedió enseguida.  Sin ninguna palabra de Martín, o entre ellos mismos, cada hijo se levanto y empezó a hacer una tarea en particular.

Brendan entro a la cocina, se subió las mangas y se puso un delantal.  Empezó a correr el agua en el fregadero doble mientras limpiaba lo que estaba en la barra de la cocina.  Conor empezó a limpiar la mesa del comedor de una manera rápida pero eficiente.  Rory se unió con Brendan y  se preparo para secar los platos.  Ryan estaba encargada de quitar y doblar el mantel y servilletas.  Jamie se ofreció ayudar, pero Ryan rechazo su ayuda diciendo, —Una vez que empezamos te podrías lastimar si tratas de meter tu cuchara.

Conor se movió a la derecha de Rory y empezó a poner cada plato lavado y secado en su propio lugar.  Ryan tomo una escoba y empezó a barrer todo el comedor.  Tuvo que ahuyentar a Martín y Jamie de la mesa para poder poner las sillas boca abajo los asientos sobre la superficie de madera.  Jamie se movió a la entrada de la cocina para mirar los eventos desarrollarse con precisión.

Brendan había acabado de lavar y se puso a lavar la barra de la cocina con un blanqueador ligero que había preparado en el fregadero.  Rory y Conor terminaron y regresaron al comedor para preparar la mesa para la próxima comida.  Usaron un mantel para diario bonito y unos platos de piedra de hierro, poniendo cinco lugares.  Brendan limpio todos los electrodomésticos mientras Ryan barría la cocina.  después de que termino tomo una fregona y balde y limpio todo el cuarto.  Saliendo del cuarto de espalda hacia el porche cerrado y desapareció, apareciendo de nuevo minutos después, por la puerta de enfrente acompañada por Duffy.

Duffy hizo lo posible, pero gentil no era la palabra mas adecuada para el saludo inicial que le diera a Jamie.  Puso sus patas negras y grandes sobre su cintura y dio un quejido hasta que bajo su cara lo suficiente para ser completamente lamida.  —Supongo que debí preguntarte si te gustaban los perros, —Ryan dijo.

—Buena suerte para ti, me encantan, —Jamie dijo con entusiasmo.  Su familia jamás había tenido mascotas pero ella siempre había querido un perro.  Su abuelo tenía un lindo Chihuahua de pelo largo cuando ella era chica pero no lo había repuesto después de que el perro muriera de anciano. 

En cambio Duffy era un perro real.  Fue a cada de los hermanos en turno y lamió cada rostro.  Martín actuó como que no le gustaba la atención, pero se rió mientras Duffy seguía lamiéndolo  contra sus protestas.

Mientras Ryan se sentó en el sofá de dos plazas Duffy se subió enseguida sobre ella y recostó sus cabeza sobre su regazo.  —Duffy tenemos visita, —lo regaño— Sabes que solo hay suficientes asientos para los humanos.

La miro con ojos tristes, rogando por un aplazamiento.  Fue rescatado por Brendan quien recordó a todos que el juego seguro ya se había terminado.   Cuando la puerta del cuarto abrió Duffy salto del sofá y se dirigió directo hacia el medio de la cama.  Brendan reviso la televisión para asegurarse que el juego había terminado, y cuando todos se habían asegurado que no escucharían el resultado final todos entraron al cuarto.

Jamie se sorprendió ver a Ryan, Duffy, Conor y Rory todos caber en la cama.  Ryan había corrido abajo para ponerse un par de jeans y una sudadera con capucha azul marino de ‘Cal’, y Duffy se le acurruco enseguida de ella desde su posición horizontal al pie de la cama.  Conor y Rory sentaron contra la cabecera, viendo fácilmente sobre las cabezas oscuras de Ryan y Duffy.  Brendan trajo una silla del comedor para el solo después de que Jamie había rechazado una para ella.  Se sentó en el piso al pie de la cama, cerca de la cabeza de Ryan.  Martín se sentó en su silla tapizada pero bien usada, y empezó a actuar como si estuviera leyendo el periódico.

El juego estaba muy cerca, demasiado cerca para los fans de los cuareta y nueves reunidos.  Todos se quejaron y trataron de engatusar a su equipo de mejorar su ejecución.  Sin embargo cada boca se abrió en asombro cuando Jamie grito en frustración.  —¡Ay por favor!  Mi abuela podría haber leído el  pase del ala.  ¡Dale a la ranura, Steve, dale a la ranura!

Después de un momento de pausa se dio cuenta que todos los ojos estaban sobre ella.  —Este, miro mucho futbol, —admitió sonrojándose.

—¿Cuanto es mucho?  —Ryan pregunto una vez que había regresado sus ojos a su cabeza.

—Pues, he ido a todos los juegos de casa en Stanford desde que nací, y vamos casi a todos los juegos de los cuarenta y nueves, —admitió tímidamente.

—¿Tienes boletos?  —Conor y Rory gritado al mismo tiempo.

—Si, este, la firma de mi papá tiene boletos.

—¿Cual es la firma de tu papá?  —Brendan pregunto.

—Morris & Foster, —dijo calladamente.

—Oh, —fue lo único que dijo.

—Nadie más parecía estar interesados en hablar sobre bufetes de abogados después de que Young tiro una perfecta espiral a Hearst para terminar un juego hermoso desde las 45 yardas.

Charlaron sobre el juego por unos minutos hasta que Brendan se disculpo para irse a casa y ponerse al día con algo del trabajo.  Ryan encontró los ojos de Jamie indicandole que queria ir abajo.  Jamie se levanto y la siguió por la puerta y bajaron por los escalones.

—¿Y, que piensas?  —Ryan pregunto tirandose sobre su cama grande.  Jamie tomo asiento en la silla del escritorio de Ryan, jalándola enseguida de la cama y poniendo sus pies enfundado en calcetines sobre la colcha.

—¿Sobre que?  —pregunto inocentemente.

—¿Ya sabes de que-que pensaste de mi familia?  —Ryan indico lo obvio

Jamie le dio una gran sonrisa y admitió,  —No recuerdo cuando he conocido un grupo de gente tan amable.

—Seguro no haz de salir mucho,  —Ryan arrastro sus palabras, pero obviamente estaba contenta por el cumplido.

—Salgo bastante, Ryan, y créeme, tu eres una mujer muy afortunada.  Tus hermanos claramente te adoran y tú,  el rostro de tu papá se ilumina cada vez que te mira.

Ryan la miro contemplativamente en silencio por unos minutos.  —Si,  se que soy afortunada Jamie, —digo calladamente—.  Me pase un par de años sintiendo lastima por mi misma durante la pubertad.  Extrañaba a mi mama tanto y era aun mas difícil pasar por eso con un montón de hombres que no tenían ni la menor idea.  Pero una vez que crecí un poco y vi que poca gente comparte el amor que nosotros tenemos… —dejo ir un suspiro— Le doy gracias a Dios todos los días por todo lo que tengo.

—¿Lo haces en serio?  —Jamie pregunto, interesada en esta nueva faceta de su amiga—.  Nunca habías hablado de tu espiritualidad.

—Si, de versa lo hago,  —Ryan admitió.  Se miro algo avergonzada, pero continuo tentativamente—.  Yo te quiero decir algo que solo le he dicho a mi Pa.  —Fijo sus ojos claros sobre Jamie, obviamente esperando permiso. 

Jamie le regreso la Mirada y le dio una sonrisa de animo.  —Adelante.

Ryan aclaro su garganta nerviosamente al empezar.  —Como te he dicho antes, mi mama murió cuando tenia siete años.  Apenas estaba empezando el primer grado cuando paso y estábamos empezando instrucción religiosa.  Las monjas nos dijeron que deberíamos dejar a Jesús dentro nuestros corazones y todo lo religioso que creen que niños de 7 anos de edad pueden comprender.  Pero lo que me impacto mas fue cuando hablaron sobre la Virgen Maria.  La Hermana Kevin explico que podíamos hablar con Jesús directamente, pero que también podíamos pasarle un mensaje por su madre.  Nos dijo que Maria siempre vería por nosotros así como nuestras propias madres.  —Ryan miro sus manos entrelazadas y seco una lagrima de sus ojos.  Jamie tomo esta oportunidad de pararse y sentarse junto de ella, asegurándola con su presencia.

—Supuse que como mi mama ya estaba con Dios, no tenia que ir por la Virgen Maria, tenia alguien conectado directamente a mis suplicas que los dirigiera a la partido apropiado.  —Aquí, se rió un poco a la memoria de su infancia egoísta—.  Desde entonces le rezaba a mi madre en vez de Dios o Jesús.  Sabia que nadie podría quererme mas que ella, y sabia que ella siempre estaría allí para ver por mi.  Aún lo hago cada noche.  —admitió con la voz entrecortada a la vez que empezaron a caer las lagrimas en serio.  Jamie se acerco aun mas a ella y  envolvió su brazo fuertemente alrededor de los hombros de Ryan.

—Shhh, shhh.  —Jamie la consoló en su oído al mecerla gentilmente y acariciar su cabeza.

Se quedaron así por varios largos minutos, Ryan parecía estar tranquilamente revelándose completamente; Jamie emocionada mas allá de las palabras por la confianza que Ryan le mostraba con sus acciones.  después de poco Ryan se alejo para buscar a tientas la caja de Kleenex sobre su mesilla de noche.  Tomo varios para sí misma y se limpio los ojos y sonarse la nariz.  Miro al ver a Jamie hacer los mismo, claramente haber sido conmovida por la historia.

—¿Te molesta hablar de ella, Ryan?  —Por fin pregunto.

—No, no contigo ni con mi familia. —Ryan respondió—.  La extraño mas de lo que puedo expresar en palabras, pero me quiso tanto que aun puedo sentir su amor.  Claro que daría cualquier cosa por tenerla de nuevo, pero la tenia completamente cuando vivía, que siempre estaré agradecida por el corto tiempo que tuvimos.  Me gusta muchísimo hablar de ella con gente que comprenden lo que significa para mí.  Hace que vuelva a vivir para mí cuando hablo de ella.

Jamie estaba inmensamente contenta por esta revelación de los sentimientos de Ryan por su amistad.  Se inclino y gentilmente beso las mejillas rosadas y  húmedas de Ryan.  —Estoy segura que estaría muy orgullosa de la mujer en que te haz vuelto, Ryan.  —dijo sencillamente.

Ryan la miro con la sonrisa más adorable que Jamie jamás habiase visto en una persona.  Sus ojos estaban algo entrecerrados y se veía algo avergonzada al decir, —Gracias Jamie, eso significa mucho para mi, viniendo de ti.

Después de estar en silencio amistoso por unos minutos,  Jamie se levanto de la cama y camino por el cuarto, examinando todo de cerca.  El cuarto parecía mucho a Ryan.  Limpio, bien cuidado, organizado y bastante utilitario, pero con algo de color por aquí y por allá.  Un librero empotrado cubría la pared opuesta del guardarropa y estaba lleno de textos de ciencias, revistas, premios, trofeos por varios deportes y fotos.  Jamie se quedo sorprendida por uno de ellos después de mirarlo fijamente por unos momentos volteo hacia Ryan con lágrimas en los ojos de nuevo.  —¿Ya lo sabias, verdad?  —Le pregunto sencillamente.  Ryan se paro y se puso enseguida de ella.  Puso un brazo alrededor de los hombros de Jamie y miro la foto tan conocida.

La foto de color de 3x5 en un marco sencillo mostraba una mujer muy enferma sosteniendo una pequeña, y triste criatura.  Los grandes ojos azules de Ryan miraba a la cámara y revelaban todos sus temores.  La mujer, quien Jamie supuso había sido muy hermosa antes de que su enfermedad la acabara, también miraba directamente al lente.  Tenia una estoica y calmada mirada en sus ojos verdes y estaba claro que aun poseía un espíritu apasionado.  La pequeña Ryan la sostenía fuertemente, sus pequeños brazos envueltos alrededor de la cintura frágil.  La cabeza de Ryan reposaba contra un hombro huesudo y una mano dolorosamente delgada sostenía por detrás su pequeña cabeza.

—Si, ya sabia que estaba enferma.  Este fue mi séptimo cumpleaños.  —dijo melancólicamente—.  No entendía que era la muerte pero sabía que pronto se iría, y sabía que no regresaría.  Murió casi un mes después de que esta foto fue tomada,  —dijo con voz sin emoción.

—Oh, Ryan, siento mucho que tuviste que sentir tanto dolor,  —Jamie dijo al darse vuelta y ser envuelta en los brazos fuertes de Ryan.

—Todos sentimos esa clase de dolor si en realidad queremos a alguien, —susurro Ryan—.  Sabes que nadie se va sin vida,  —dijo al oído de Jamie.

—Lo sé, pero eras tan pequeña, Ryan.  Mira esa cara tan preciosa, —se lamento al volver a mirar la foto.

 

Nota del Traductor: 

1.-  WASP, de familias blancas pudientes, más probablemente de los colonizadores originales y normalmente de religión protestante o episcopal.

2.-  En la cristiandad, el término NO-DENOMINACIONAL, se refiere a aquellas iglesias que no están bajo la denominación formal de ninguna religión específica. Las iglesias no denominación ales tienen sus propias reglas y los que las atienden suelen considerarse simplemente cristianos (es decir creyentes en Cristo)

CONTINUARA