El
siguiente fanfic ha sido traducido por el equipo de Xenacentro a partir de
su original en inglés. La autora ha dado su permiso para la traducción y
difusión de dicho fic en internet.
Esperamos
que disfrutes con su lectura. Si quieres darnos tu opinión, sugerir algún
fic para traducir, informarte acerca de las actividades que llevamos a cabo
o unirte a nuestro grupo de trabajo, envíanos un e-mail a xenacentro@hotmail.com
Descargos:
Los personajes de Xena: La Princesa Guerrera y todos los asociados a la serie de
televisión de igual nombre, son propiedad de MCA/Universal Pictures. Éste es
un trabajo de ficción hecho por fans y no busca infringir ninguna ley o derecho
de autor.
Subtexto:
Supongo que con lo que he escrito hasta ahora dejaremos de llamarlo subtexto y
lo llamaremos texto principal. Sí, están enamoradas la una de la otra.
Sexo:
Nada gráfico.
Violencia:
Únicamente si cierta guerrera no le presta atención a su yegua.
Lenguaje:
Argo tiene una actitud, y la boca, concretamente sus pensamientos, la acompañan.
Otro:
Vale, había estado más de 21 horas seguidas cuando obtuve la idea para este
genial título.
La
Intuición que los Dioses Dieran a un Caballo
(The
Sense the Gods Gave a Horse)
Por
T.Novan
TNovan@aol.com
Estás
aquí junto a mí, pasándome el cepillo una y otra vez por el mismo sitio. Miró
hacia atrás, oh dioses, estás pensando en ella otra vez. Terminaré en
carne viva si no hago algo. Voy a mover mis patas traseras, sólo un poco. Vale,
así está bien princesa, oh sí, justo ahí. Así está bien, así está muy
bien, ah, la felicidad, la felicidad par aun caballo. No...no..espera un minuto.
Oh no, no regreses al mismo lugar otra vez. Mover las patas delanteras no hará
ningún bien. De acuerdo princesa, tú te lo buscaste.
¡Zas!
—Hey Argo, cuida lo que haces con tu cola. Estoy aquí detrás y lo sabes.
Sí,
lo sé, ¿no has visto que empiezas a dejarme pelada ahí atrás? ¿Podrías por
lo menos mover tu maldita mano un poco hacia la izquierda, por favor? Miro
hacia atrás otra vez. ¡Chico! ¿Te has perdido o qué? Miró hacia el
campamento. Sí, sí...es linda pero no a costa de mi pelo. ¿Lo entiendes?
Muevo las patas traseras otra vez.
—Argo,
no te muevas—. Empuja hacia atrás contra mis cuartos. Bueno, al menos logré
que moviera su mano.
Oh
sí, así está bien. Así es. Una nueva y emocionante aventura de cómo
almohazar tu caballo sin que corra sangre, ya sea la mía o la tuya.
La miro por encima otra vez. Bueno, al menos el color de su piel es lindo
también. Sí que acertaste esta vez. ¿Recuerdas aquella morena malvada con
quien saliste? No me gustaba para nada. Al menos ésta me da manzanas y dulce
avena. A pesar de todo no está tan mal para ser una humana. Aunque a veces
habla demasiado. Hey, hey, te estás dirigiendo hacia ese lugar otra vez.
Detente ahí mismo. ¡Zas!
—Argo... te lo advierto, cuida tu cola. Te la trenzaré si no te
comportas.
Sí,
y entonces te golpearé hasta dejarte inconsciente con ella. Adelante. Eso es,
muévete al otro lado donde aún hay mucho pelo por peinar. Oh sí, justo ahí,
justo ahí donde la silla de montar me irrita. Sí, me estoy encalleciendo. ¿Sabes?,
algo de ungüento justo ahí seria de agradecer. No lo puedo creer. Me estás
dando la vuelta para poder mirarla. ¿Sabes?, creo que lo has perdido. ¿Por qué
no vas allá y le dices lo que sientes? Oh, lo olvidé. Ella te dejará. Sí,
como no. No te dejaría si te creciera un tercer brazo. Hey, un tercer brazo no
estaría tan mal. Tal vez un tercer brazo podría alcanzar algunos lugares que
tus otros dos parecen haber olvidado. Hey, hey,¿notas esos músculos
agarrotados encima del lomo? Es una invitación. Ya sabes, como las que te hace
cada vez que se quita la ropa para darse un baño o ir a nadar. ¿Creías que no
lo había notado? Si, lo noté, y tu también. Sin embargo no has notado los músculos
en mi lomo. No tienes remedio.
—Argo,
¿qué te pasa esta noche? No te muevas y cuidado con las pezuñas, casi
alcanzas mi pie.
Argo,
cuidado con esa cola. Argo, cuidado con las pezuñas. Argo, vigila a la bardo.
No, espera un segundo ¿no es ése tu trabajo? Parece ser tu pasatiempo
favorito. Recuerdo que hubo un tiempo que cepillarme era tu pasatiempo favorito. ¡Zas!
—¡Argo!
Ésa
fue por tu bien. Ya sabes lo que necesitas, princesa. Necesitas un revolcón.
Tal vez si vas allí y se lo pides bien, te echará una mano. Entonces quizá mañana
por la noche tenga un almohazar decente, porque tengo que decírtelo, estas últimas
lunas lo has estado haciendo a medias.
—¿Sabes, chica? Es que no sé qué hacer.
No
me digas. Bueno, sé lo que necesitas hacer. Necesitas ir allá, tomarla en tus
brazos y besarla hasta desmayaros.
—La amo tanto...
¿Bromeas? Ahora cuéntame algo que no sepa nadie en Grecia. Así que ve y
cuéntaselo a ella. No es tan difícil.
—Es tan difícil...
Oh, qué diantre. Sólo
estás poniendo excusas. Has hecho cosas mucho más difíciles que eso. Únicamente
necesitas acercarte a Gabrielle y decirle “te quiero”. Se tirará sobre ti
tan rápido que se derretirá tu armadura.
—No
quiero que se asuste.
¿Qué
se asuste? ¿Qué se asuste? No lo creo, si ha estado aferrada a ti todo este
tiempo, no se va a ir a ningún lugar. Tú no tuviste que escucharla todo el
maldito camino de subida al Monte Nessus, y todo el maldito camino de bajada al
Monte Nessus, y después todo el camino hasta llegar donde las amazonas. De
paso, dile a Auto que aumente un poquito el peso, pues tiene unas posaderas muy
huesudas, y dice Gabrielle que su
bigote hace cosquillas.
—Nunca
debí haberla besado.
Claro
que debiste, y deberías hacerlo de nuevo. Lo deberías repetir con más
frecuencia. Entonces quizá cepilles algo más aparte de mi lomo bajo. Eres algo
fetiche con los traseros, ¿lo sabías? Tocas el mío, vigilas el de ella Oye,
parece que tuviera sarna ahí atrás. Mejor nos movemos al siguiente punto donde
puedas cepillar hasta arrancarme todo el pelo. ¿Sabes?, si seguimos con esta
situación, el primer tipo que se acerque y me ofrezca una manzana, habrá
adquirido un nuevo caballo. Tú puedes cargar toda tu porquería de un lado a
otro de Grecia.
—Oye chica, ya terminé por esta noche.
Oh, claro, dejemos a medio terminar a la yegua. Entonces ve allí, siéntate
cerca de ella, mírala toda la larga noche sin decirle nada. Bueno, esta noche
no, princesa, y nunca más si yo pudiera decir algo al respecto. Sí, tienes razón,
te estoy siguiendo. Deja de mirarme como si estuviera loca. Soy la única que
está cuerda aquí.
—Argo,
quieta.
¿Perdona?
¿Me parezco a un perro? Hummm… no, tengo pelo cortito, una cola larga y una
enorme y tupida crin en mi cuello que no ha sido cepillada desde hace semanas.
Un rostro grande y largo con una nariz prominente. Pezuñas, una, dos, tres y
cuatro pezuñas, si todavía están ahí. No veo más que carne de caballo. Mira
cómo se levanta a recibirte cuando regresas. Mira la sonrisa en su cara, por el
amor de los dioses.
—¿Xena,
qué le sucede a Argo?
—No
sé. Ha estado actuando de forma extraña toda la noche, si no la conociera
bien, diría que está disgustada por algo.
Tienes
razón. Ahora acércate un poquito más a ella. Así es. Te gusta estar así de
cerca de ella, ¿verdad? Intenta esto como algo adicional. Un empujoncito. Justo
en el blanco. Derecha a los pequeños brazos de la bardo. Así es. Mírala
directamente a los ojos, ve lo que ella ve. Muy bien. Oh no, no lo harás. Un
toquecito. Deja de mirarme y dale un beso, ¿o deseas que lo haga por ti? Muy
bien princesa, así es. Ahora, eso no fue tan difícil. Parece que lo tienes todo bajo control. Voy a dar una vuelta
y observar un trébol que vi temprano.
Al
menos la luna me deja ver el trébol. Ah, tiene un poco de rocío. Parece que a
pesar de todo no será una mala noche. ¿Qué tal estáis ahí? Oh, lo tienes
todo bajo control. Ya te dije que ella te echaría una mano. Tal vez mañana
logre una buena cepillada.
—Oh, Xena…oh…sí… un poquito a la izquierda…oh si, así es.
Oh, claro, por ella te mueves más a la izquierda.
—¿Xena?
—¿Hmm?
—Recuérdame cuando lleguemos al pueblo mañana que le consigamos a Argo
una bolsa de avena dulce.
¡Oh, si! Un tanto para la yegua. Avena dulce, qué rica. Realmente no es
mala, para ser un humano.
—Sí, más una cesta entera de manzanas.
Tú sólo recuerda cómo usar el cepillo y deja los obsequios para la bardo.
FIN
Return to The Spanish Bard's Corner
Return to The Australian Xena Information Page