Guía Episodios

Introducción

Acto 1

Acto 2

Acto 3

Acto 4



ACTO PRIMERO

 

ABRE DE NEGRO:

 

EXT. CAMPAMENTO - NOCHE

 

El fuego es pequeño, y las pieles ya están colocadas. Xena está sentada sobre un tronco arrojando palos al fuego, mientras Gabrielle da los últimos toques a dos tazas de té. Levantándose, se aproxima a Xena y le alcanza una de las jarras; después se sienta a su lado.

 

GABRIELLE

¿Estás bien?

 

Xena toma un sorbo de té.

 

XENA

Sí.

 

Traga de nuevo.

 

XENA

(continúa)

¿Cariño?

 

GABRIELLE

(sonriendo)

¿Sí, querida?

 

 

Xena mueve los ojos.

 

XENA

Cariño. El té.

 

GABRIELLE

Mi madre siempre decía

que era bueno cuando algo te preocupaba.

 

XENA

¿Te preocupa algo?

 

Gabrielle lanza una mirada mordaz a Xena.

 

XENA

(continúa, con más énfasis)

Estoy bien.

 

GABRIELLE

Mmm.

 

XENA

Sí.

 

Gabrielle golpea a Xena con su hombro.

 

XENA

(continúa, en voz baja)

En la mayor parte.

 

Ocultando cuidadosamente su expresión triunfante, Gabrielle observa de cerca a Xena.

 

GABRIELLE

No creo que ese granjero se

riera de tu respuesta, Xena.

Simplemente estaba... sorprendido, supongo.

 

Xena lanza a Gabrielle una mirada del tipo “¿crees que no lo sé?”, y Gabrielle traga.  Xena suspira.

 

XENA

Hace ya mucho tiempo desde

que pensé en cómo llegué a esto.

 

Levanta su chakram y lo gira de lado a lado. Su resplandeciente metal toma la luz del fuego, arrojando diminutas chispas. Realmente es una hermosa arma, pero todo lo que puede ver Xena es horror.

 

XENA

(continúa)

No fue una época

muy agradable para mí.

 

Gabrielle coloca una mano sobre la de Xena y la aprieta dulcemente.  Xena le devuelve una media sonrisa y estira la mano. Gabrielle se acurruca.

 

GABRIELLE

¿Otra historia para compartir?

Te hará sentir mejor...

Sacarlo fuera, quiero decir.

 

XENA

Tal vez.

 

 

Mira fijamente al fuego.

 

CORTE A:

 

EXT. LLANURAS ESTEPARIAS - DÍA - PASADO

 

Xena, con su “sombrero de monedas", traje y pieles, y montando un caballo de manchas marrones y blancas, galopa por la llanura llena de hierba, seguida de alrededor de cincuenta hombres.

 

XENA

(presente – voz en off)

Fue en algún momento después de regresar

de China. Borias y yo habíamos reunido

otro ejército. Fue bastante sencillo, pero

teníamos otra diferencia de opiniones.

 

 

 CORTE A:

 

INT. YURT - ANOCHECER - PASADO

 

Xena y Borias discuten. Borias alza la mano para abofetear a Xena y Xena se la agarra torciéndosela por detrás de la espalda, lo sujeta contra ella y le susurra algo en el oído. Su cara enrojece de ira; trata de zafarse de Xena, pero no puede.

 

XENA

 (continúa, presente – voz en off)

Estaba cansado de viajar y quería quedarse

cerca de casa, atacando los mismos pueblos

que había atacado docenas de veces anteriormente.

Yo había oído de la existencia de varios pueblos más allá, al norte,

que sólo estaban esperando ser atacados. El no cedía,

y entonces, decidí dividir el ejercito: la mitad de ellos vinieron

conmigo y el resto se quedó con él. Podía saquear la

tierra si quería. Yo buscaba algo mucho más grande. 

 

 CORTE A:

 

EXT. LLANURAS ESTEPARIAS - ANOCHECER - PASADO

 

Xena y sus hombres cabalgan por las estepas. El terreno tiene más colinas y por aquí y allá, pequeños grupos de árboles parecen resguardarse del viento, siempre presente.

 

Repentinamente, sobre las colinas, un inmenso ejército montado, fácilmente cuatro veces más grande que el de Xena, aparece.  Los hombres usan armaduras idénticas con cascos de metal, y montan sobre grandes y rápidos caballos. Cada uno lleva una espada ligera y un arco pesado, y varios cargan lanzas con puntas crueles y portan banderas sedosas de guerra que ondean en la brisa.

 

Una vez que los hombres de Xena ven el ejército les entra pánico y sus caballos corcovean y giran.

 

SOLDADO

¡Es Khan!

 

SOLDADO #2

¡Huyan! ¡¡Huyan!!

 

SOLDADO #3

¡Salgamos de aquí!

¡Es Khan!

 

SOLDADO #4

¡Es el gran Khan!

¡Sálvanos Zeus!

 

Xena saca su espada y se alza sobre sus estribos.

 

XENA

 (gritando)

¡Mantengan la posición! ¡Cualquier

hombre que huya morirá por mi mano!

 

 

Esta amenaza convence aproximadamente a tres cuartas partes del ejército para quedarse al lado de Xena. Los demás, aterrorizados, tratan de huir y son despachados por el ejército que se aproxima.

 

CORTE A:

 

EXT. CAMPAMENTO - NOCHE - PRESENTE

 

Gabrielle mira a Xena interrogativamente.

 

GABRIELLE

¿Khan?

 

 

XENA

 (severamente)

Genghis Khan, de los Mongoles.  El

guerrero más poderoso que el mundo

haya visto. Sus hombres peleaban por

la oportunidad de servirlo y la cantidad de

terreno que había conquistado, hacía que Grecia

pareciese un estanque comparado al mar.

 

GABRIELLE

Uau.

 

XENA

Sí. Claro que él no estuvo allí ese día.

Sólo era una parte pequeña de su ejército,

pero era más que un simple combate para nosotros.

Bajaron de las colinas como una intensa ola

matando a más de la mitad de mí ejercito antes

de que nos pudiéramos defender.

 

CORTE A:

 

EXT. ESTEPAS - ANOCHECER - PASADO

 

El gran ejercito rodea los restos del ejército de Xena, con sus caballos cabalgando en vertiginosos círculos, a la par que lanzan flechas hacia el interior del mismo haciendo caer hombre tras hombre. 

 

Xena pelea lo mejor que puede, usando su espada para desarmar y luego matar a los soldados enemigos. Pero aún con toda su ferocidad sólo es una mujer, y apenas hace mella en la horda que la rodea. El círculo de caballos se cierra poco a poco y más de sus hombres caen.

 

Ella ve una lanza venir hacia ella y la agarra, desmonta a su propietario y usa la punta roma para barrer a más hombres de sus caballos. Esto produce una abertura en el círculo por la que insta a su caballo a pasar.

 

XENA

¡Síganme! ¡¡¡YAH!!!

 

Sólo quedan diez hombres de su ejército para poder huir. Docenas de flechas reducen ese número a la mitad antes de que puedan dar tres zancadas fuera del círculo que rápidamente se descompone.

 

Ella se da la vuelta y usa la lanza para esquivar la lluvia de flechas que se dirigen hacia ella; entonces la toma del otro lado y la lanza con todas sus fuerzas, empalando a un soldado y a su amigo que había saltado detrás de él.

 

Otro grupo de flechas se acerca, demasiado bajo para que pueda tratar de pararlo:   su caballo relincha y cae sobre ella herido mortalmente. Salta antes de ser aplastada y empieza a correr lo más rápido que puede, esperando en cualquier momento sentir las flechas penetrar su columna.

 

CORTE A:

 

EXT. CAMPAMENTO - NOCHE - PRESENTE

 

Gabrielle continúa mirando a Xena con los ojos muy abiertos.

 

GABRIELLE

Por los dioses…

¿Cómo? ¿Qué?

 

Xena sonríe débilmente  y  sostiene su taza vacía.

 

XENA

Toda esta charla es dura

para la garganta.

 

Gabrielle sonríe burlonamente, luego pone los ojos en blanco y mira hacia el cielo.

 

GABRIELLE

Ahora me cree.

 

Cuando comienza a levantarse, Xena le da un tironcillo hacia atrás.

 

XENA

Yo lo traeré.

 

Gabrielle, sonriendo, le arrebata la taza y se levanta.

 

GABRIELLE

Uh-uh.  Tú cuenta la historia que yo mantendré

aliviada tu garganta. Es un trato justo.

 

XENA

Si tú lo dices.

 

GABRIELLE

Yo lo digo

 

 

Gabrielle rápidamente prepara el té, le agrega una generosa porción de miel fresca y regresa con Xena que, mientras tanto, se ha levantado de su lugar en el tocón y ahora está sentada sobre las pieles con su espalda contra el ancho tronco de un árbol. Abre sus piernas, invitando en silencio a Gabrielle a que se siente entre ellas. Ella lo hace, y después de tomar un sorbo de té y dejar la taza a un lado, Xena la acerca envolviéndole la cintura con sus brazos, y apoya la barbilla sobre su suave cabello.

 

 

XENA

Creía que cada paso que daba sería el último.

Estaba enojada… Tan enojada. Borias había

intentado advertirme, pero... ¿lo escuché?

 

Ríe entre dientes con amargura.

 

XENA

(continúa)

No. Yo quería riqueza y poder. 

Él quería seguridad.

 

Disgustada consigo misma, sacude la cabeza y continúa mirando al fuego con los ojos entrecerrados. 

 

 

CORTE A:

 

EXT. ESTEPAS - ANOCHECER - PASADO

 

Xena corre para salvar la vida, moviéndose en zig-zag en un inútil esfuerzo por aumentar la distancia con sus perseguidores. Avista un bosquecillo en las cercanías y se dirige hacia él, esperando perder a su enemigo en el misterio de sus sombras.

 

No había dado más de tres pasos cuando una ancha cuerda con una piedra en cada extremo se enrolla en sus piernas haciéndola caer, y se encuentra con que está siendo arrastrada detrás del caballo de un enorme y sonriente mongol.

 

Forcejea para liberarse mientras el jinete la sube por las colinas, sobre las rocas y sobre el grueso pasto de la pradera, pero sus esfuerzos son inútiles.

 

Dando ruidosos gritos de guerra, el resto de la banda los adelanta, dirigiendo su paso hacia casa.

 

 

XENA

(continúa, presente-– voz en off)

Había perdido mi espada durante la lucha, pero todavía tenía

unas pocas dagas. Intenté incorporarme lo suficiente

para cortar la cuerda, pero cada vez que lo intentaba,

chocábamos contra una roca o un montículo, y caía de nuevo.

 

Luego olí agua y me arrastraron a través de un río antes de que pudiera prepararme para ello. Era profundo y rocoso, y me sentía rebotar de cantal en cantal. Sentí que mi hombro se dislocaba. Luego mi brazo se partió, pero me las arreglé para asirme a una gran roca y mantenerme aferrada a ella con todas mis fuerzas.

 

Quizá él estaba muy confiado de sí mismo o pensó que yo ya estaba muerta, pero de alguna manera la cuerda se soltó y súbitamente, yo estaba libre.

 

Xena levanta la cabeza e inhala profundamente, luego suelta la roca y deja que la fuerte corriente del río la lleve aguas abajo. Varias flechas perforan el agua a su alrededor, y una se las ingenia para alojarse en su pierna derecha, pero ella se mantiene debajo del agua todo lo que es capaz, contando con que la llegada de la noche la ayude a mantenerse a cubierto del enemigo.

 

XENA

(continúa, presente - voz en off)

Algún instinto me dijo que me dirigiera al banco

que acababa de cruzar, y así lo hice. Una rama de árbol

colgaba sobre el agua, me aferré a ella y

tiré de mí hacia la orilla. Las flechas volaban

a mi alrededor, pero me las arreglé para llegar detrás

del tronco de un árbol y recuperar mis fuerzas.

 

Apretando los dientes, Xena extrae la flecha de su pierna, y utiliza el tronco para levantarse sobre sus pies. Tropieza, debilitada por el dolor y la pérdida de sangre y mira a su alrededor; luego se adentra cojeando en el bosquecillo. 

 

 

XENA

(continúa, presente - voz en off)

Dejaba un rastro que hasta un ciego

podría haber seguido, pero no pensaba

en nada salvo en intentar escapar.

 

Llega al borde del bosque y se detiene detrás de otro árbol, mirando con cautela alrededor. La noche está serena y silenciosa, y ella yergue su cabeza olfateando el aire y escuchando. Haciendo acopio de sus fuerzas, que rápidamente se reducen, sale a campo abierto. Un soldado la ve, y ella rompe a correr, arrastrando los pies, hacia algo que apenas vislumbra al borde de su campo visual.

 

CORTE A:

 

EXT. TEMPLO - NOCHE - PASADO

 

Un pequeño templo color sangre se yergue en medio de un minúsculo claro. Xena lo mira sorprendida pues las estructuras permanentes son raras en ese área.  Se arrastra hacia el edificio y cae dentro del templo; luego repta rápidamente por los alrededores, intentando encontrar algún medio para defenderse de sus perseguidores. No hay nada más que pisos desnudos. Se apoya contra una columna y mira fijamente hacia fuera, hacia la oscura noche, esperando.

Veinte o más hombres montados entran a gran velocidad en el claro y se detienen abruptamente. Sus caballos protestan corcoveando y relinchando, pero no se acercan. Xena cree que puede ver miedo en los ojos de los hombres, pero descarta la idea como un truco de su extenuada imaginación.

Luego, para su completo asombro,  los hombres giran todos como uno y galopan alejándose del templo como si los sabuesos del Tártaro les pisaran los talones.

Xena se recuesta contra la columna de piedra, incapaz de creer su buena suerte.

 

 

 

Sus heridas pueden con ella y cae inconsciente al piso.

 

FUNDIDO A NEGRO.

 

FIN DE PRIMER ACTO

ACTO SEGUNDO