Guía Episodios

Introducción

Acto 1

Acto 2

Acto 3

Acto 4



SEGUNDO ACTO

 

ABRE DE NEGRO:

 

EXT. OASIS DEL DESIERTO - DIA – TIEMPO PRESENTE DE X&G

 

Es temprano por la mañana, y Xena y Gabrielle levantan el campamento.  Gabrielle le tira tierra a lo que queda del fuego de desayuno, mientras Xena esta a un  lado debajo de una palma, usando el truco del coco para  ganar la confianza de un bello caballo  blanco y gris.  Mientras le da de comer al caballo blanco, ella esta montada  en un caballo color chocolate con una estrella blanca en la frente.  Él está tranquilo mientras come  feliz su coco.

 

Gabrielle mira hacia ellos y mueve la cabeza negativamente, una pequeña sonrisa se forma en sus labios.  Mete los utensilios de cocinar en su mochila y camina hacia ellos,  deteniéndose unos metros antes. 

 

GABRIELLE

¿Vamos a ir montadas el resto del camino?

 

XENA

Es mejor que tener que caminar.

 

GABRIELLE

¿Estas segura que este va ser suficientemente

 gentil para que yo lo monte?

 

XENA

Este blanco es un caballo castrado ha

sido domesticado en algún tiempo. 

Será mucho más gentil que un semental, y sin

Las preocupaciones de los humores

de una yegua en celo.

 

GABRIELLE

¿Como en este mundo averiguaste que es un

caballo castrado y no un semental?

 

Xena simplemente la mira con aire conocedor.

 

GABRIELLE

(continúa)

Olvídalo.

 

 

XENA

Estos dos son un poquito mayores. Suficientemente

viejos que no serán demasiado briosos , pero no tan viejos

que el viaje los mate.

 

GABRIELLE

¿Cómo sabes lo

viejos que son?

 

Xena se desliza del caballo café.

 

XENA

Revisé sus dientes.

 

Gabrielle aparenta pensar acerca de esto, e inconscientemente abre su boca un poquito, y corre su lengua sobre sus dientes mientras contempla esto. Xena se ríe y se inclina, poniéndole un firme beso en los labios.

 

XENA

(continúa)

No es lo mismo en personas.

¿Ven, quieres un empujón?

 

Gabrielle mira al caballo con cautela.

 

GABRIELLE

¿Qué hago si comienza 

a encabriatarse?

 

XENA

Vas a estar sosteniéndote en su crin de

 todas maneras. Sostente bien fuerte, o hazlo pasar por

la hierba y tírate. La arena es profunda

y suave. Vas a estar bien. Haz persuadido

a varios caballos, si recuerdo bien.

 

GABRIELLE

Verdad. Muy bien. Dame un empujón.

 

Xena la toma de las caderas y la levanta. Ella cae solidamente en  el lomo del caballo. Él mira hacia atrás y aplana sus oídos, luego sale corriendo. El cocea sus talones un poquito, pero no se repara  o  levanta  completamente.

 

GABRIELLE

(continúa)

¡Oa! Despacio muchacho.

 

Ella se inclina y se sostiene, y le habla silenciosamente al caballo  el cual para sus  orejas y giran hacia atrás para escucharla hablar. Él relincha y reduce la velocidad, y finalmente comienza a caminar. Gabrielle continúa susurrándole y el caballo estira su cuello, caminando orgullosamente mientras Gabrielle lo guía de regreso a los árboles.

 

XENA

Bien hecho. ¿Qué en Hades

le dijiste para hacerlo

calmar tan rápido?

 

Gabrielle sonríe.

 

GABRIELLE

Le dije que si no se calmaba,

tu lo ibas a montar

en mi lugar.

 

Xena enrosca su labio, pero sus ojos centellean divertidos.

 

XENA

Ja Ja Ja. Bien.

Continuemos Susurradora de

caballos. La luz del día esta que arde.

 

Gabrielle mira hacia arriba al sol ardiente.

 

GABRIELLE

Buena cosa que tenemos esta

ropa, si no eso no seria lo

único que se estuviera ardiendo

 

Xena también mira hacia arriba.

 

XENA

Eso me recuerda. Revisé las estrellas

anoche, y tenemos que adaptar nuestra

dirección. Estábamos caminando demasiado hacia el este.

Tenemos que ir más hacia el norte.

 

GABRIELLE

Me parece bien. Fue algo molestos tener

que darle la cara al sol toda la mañana de ayer.

 

 Xena le regresa la bolsa a Gabrielle y se pone la de ella en su hombro, luego vuelve a montar el caballo café.

 

XENA

Si, la última vez que estuve aquí, estaba yendo

primordialmente hacia el este, tratando de llegar a la civilización,

pero honestamente, no estaba muy segura donde

estaba cuando me sacaron del barco. Las

mañanas eran  brutales también.

 

 

GABRIELLE

¿Dónde terminaste?

 

XENA

Finalmente llegue al Río de Eúfrates, y

lo seguí todo el camino al Golfo Pérsico.

Después viajé a la costa oeste por

un tiempo, hasta que llegué a una villa. Pero

tarde o temprano terminé en Gaza.

 

GABRIELLE

¿Gaza? Xena, eso es en la dirección

opuesta. Eso es muy lejos

del Golfo Pérsico, ¿Verdad?

 

 Xena mira fijamente a la distancia.

 

XENA

Mil millas.

 

GABRIELLE

¿Un…mil millas?

¿¡Mil millas!?

¿Como llegaste allá?

 

XENA

Monté a Argo.

 

 Gabrielle la mira fijamente con incredulidad.

 

GABRIELLE

¿Tu montaste a Argo mil millas

a través del desierto? Eso tiene

que haber sido un viaje largo y abrasador.

 

Xena la mira por un largo rato, con cara estoica.

 

XENA

Abrasador. Ah sí. Pero solo

me llevó cinco días.

 

GABRIELLE

¿Cinco días? Eso…

Xena, eso es imposible.

 

XENA

No, no lo es. Había

una carrera; verás...

 

CORTE A:

 

EXT. PUEBLO PORTUARIO EN EL GOLFO PERSICO - DÍA - 36 VERANOS ATRÁS

 

El pueblo es bullicioso con un puerto muy ocupado, con barcos de todos tamaños entrando y saliendo. Los esclavos cargan pesados bultos en sus espaldas y las calles muestran un pesado tráfico de hombres, mujeres y bestias.  Xena monta sobre Argo, manteniéndose en el lado de la calle con edificios. Sus ojos examinan todo mientras observa a la multitud y la actividad a su alrededor. Apenas pueden moverse en la atestada calle.

 

Sin previo aviso, se agacha y agarra una muñeca cuya mano está casi adentro del monedero en su cintura. Mira hacia abajo, a la cara de un muy sorprendido ladrón, cuyos obscuros ojos casi se salen mientras que ella retuerce fuertemente su brazo.

 

XENA

(gruñendo)

¿Ves algo que te guste?

 

El sacude la cabeza furiosamente mientras ella le tuerce un poco más el brazo.

 

LADRÓN

Augggghhhhh.

 

Xena continúa torciendo hasta que él abre el puño y una gran moneda de oro cae. Xena la atrapa y la regresa a su monedero, utilizando los lazos para cerrarlo.

 

XENA

Eso pensé.

 

Afloja un poco su agarre y se inclina, quedando cara a cara.

 

XENA

(continúa)

Vuelvo a atrapar tus dedos

cerca de mí nuevamente y te

los corto. ¿Entendiste?

 

El ladrón retrocede  y se masajea  la muñeca cuando ella lo suelta. Admira a Argo y sonríe ampliamente, gesticulando.

 

LADRÓN

¿Océano de fuego, no?

 

Xena lo mira a él, después a Argo y luego lo mira de regreso.

 

XENA

No. La última vez que revisé,

aún era una yegua.

 

Ella sacude la cabeza y se va.

 

XENA

(continúa)

Como mi Madre solía decir

los hay de todos tipos.

 

Sonríe tristemente y apresura a Argo para avanzar un poco más rápido, guiándola por el lado menos transitado. Encuentra una taberna y se acerca, después salta al piso y ata a Argo a un poste cercano a la puerta. Mientras camina por la entrada, alcanza a observar a un hombre acercándose a Argo por detrás.  Xena silva y Argo patea hacia atrás, arrojando al hombre por la calle, hacia un abrevadero con agua.

 

XENA

(continúa)

Buena chica.

 

 

Argo la mira y resopla.

 

XENA

(continúa)

Vigila ¿quieres? Solo estaré

aquí lo suficiente para

comer y beber algo.

 

Argo relincha y vuelve a resoplar.

 

CORTE A:

 

INT. TAVERA - DÍA - 36 VERANOS ANTES

 

Xena se agacha para entrar y se dirige al bar. El tabernero la espía y se encamina hacia ella, pasando un trapo sobre la superficie del bar mientras camina.

 

TABERNERO

¿Qué quieres?

 

XENA

Un trago fuerte y un plato

de lo que estés cocinando

allí sobre el fuego.

 

TABERNERO

La comida especial, enseguida.

 

Se da la vuelta y llena un plato y un tarro, luego los deja caer frente a ella.  Xena estudia la mezcla inidentificable de granos, vegetales y trozos de carne y luego olfatea la bebida y parpadea cuando el fuerte olor del alcohol asalta su nariz.

 

XENA

¿Qué es esto?

 

TABERNERO

Licor de datilera. Hará que

te crezca el vello en el pecho.

 

Mientras él habla, Xena está a medio sorbo y escupe el licor de regreso a la tasa. Se mira el pecho y luego al hombre, el cual enrojece al darse cuenta de lo que ha dicho. Xena sonríe malvadamente y luego bebe la poción de un solo trago. Ensarta la carne, separándola de la mezcla de granos, y la agita en frente de la cara del tabernero.

 

XENA

¿Qué es esto?

 

TABERNERO

Cabra.

 

XENA

¿Cabra? ¿Estás seguro?

¿No es camello? ¿Perro?

¿O caballo?

 

TABERNERO

Cabra.

 

Xena lo mira sospechosamente y huele el trozo antes de metérselo en la boca,  lo saborea con cuidado.

 

XENA

Cabra. No está mal.

 

 

El  tabernero sonríe y acepta graciosamente el cumplido.  Se inclina y pone un brazo sobre la barra del bar.

 

TABERNERO

Bonita yegua la de afuera.

Es tuya ¿verdad?

 

Xena mira tras de sí, desde donde puede ver a Argo a través de la puerta abierta.

 

XENA

Sí.

 

TABERNERO

¿Cuánto?

 

Aparentemente Argo lo escucha y relincha en protesta.

 

XENA

Je.  Como la dueña, la yegua.

No está en venta.

 

TABERNERO

Mira esas patas.

Apuesto a que puede correr por días.

No es árabe pura ¿verdad?

 

XENA

La encontré en el desierto.

No tengo idea de su linaje.

 

TABERNERO

Es demasiado grande para ser

de pura sangre.  Es una lástima.

 

XENA

¿Por qué?

 

TABERNERO

No calificaría para el

Océano de Fuego.

 

Xena se detiene a mitad del mordisco, y traga.

 

XENA

¿Perdón?

 

CORTE A:

 

EXT. MONTAÑAS EN EL DESIERTO – DIA – TIEMPO PRESENTE X&G

 

Xena y Gabrielle están cabalgando juntas en sus caballos.  Está soleado y relativamente calmado, un agradable respiro del día anterior lleno de arena.

 

GABRIELLE

Océano de Fuego.

¿Qué significa eso?

 

XENA

Esa era la carrera.

El Océano de Fuego.

 

GABRIELLE

Que nombre raro para llamarla.

 

XENA

En verdad no, Eran las mil millas,

Gabrielle. Una carrera a través del

desierto de Arabia, desde la ciudad de Hajar,

cerca al Golfo de Gaza, en el Mar

Mediterráneo.  Uno de los territorios

más áridos y abrasadores que nunca desee ver. 

El desierto, eso era…

 

GABRIELLE

Un océano de fuego.

 

Gabrielle mira sobre la arena, desde donde puede ver el calor elevándose en relucientes olas.

 

GABRIELLE

(continúa.)

Eso tiene que haber sido pura

tortura para la pobre de Argo.

No parece algo tuyo. Xena ¿por qué?

 

XENA

El premio.

 

GABRIELLE

Pero Argo… ¿No te importaba lo que

le podría pasar?

 

XENA

(tristemente)

En ese entonces, no.

 

GABRIELLE

Ella te salvó de

esos bandidos.

 

XENA

(suspirando)

No lo vi de esa manera, no en el inicio.

Te olvidas del ego. Estaba convencida de que podía

abrirme paso en el cañón, si es que Argo no hubiese estado ahí.

Las cosas cambiaron luego, pero

estoy adelantándome a los hechos.

 

 

GABRIELLE

Tiene que haber sido un gran premio.

 

XENA

Suficiente para poder vivir confortablemente

por el resto de mi vida. Y mi madre y Toris también,

si me hubiesen permitido…

 

Gabrielle guía a su caballo acercándolo y toca suavemente el brazo de Xena.

 

GABRIELLE

Tú querías ganar, para tratar de

obtener nuevamente la gracia

de tu familia.

 

XENA

En parte, pero no exactamente, no.

Tienes que recordar,  quién…

que… era yo.

 

GABRIELLE

¿Una señora de la guerra reformada?

 

XENA

Una señora de la guerra intentando reformarse sería

más exacto. Aparte de vender mi caballo antes de que

me contrataran en ese bote, no había ganado

honestamente un dinar en años. Había recompensas

por mi captura en toda Grecia y más allá. No tenía

idea de cómo Continuar o… cómo vivir mi vida. Todo

lo que sabía era cómo ser una guerrera, sin embargo

por un tiempo luego de haber conocido a Hércules,

casi cada vez que desenfundaba mi espada, me sentía

culpable, insegura sobre si era la opción correcta.

 

GABRIELLE

¿Incluso para defenderte?

 

XENA

Sentía que no merecía defenderme. Pero

esa bolsa, si hubiera tenido esa cantidad

de dinero, podría  haber viajado a algún lugar

muy lejos y empezar de nuevo y no preocuparme

acerca de qué iba a vivir. Era la salida fácil.

Me conoces; casi nunca tomo el camino fácil.

Pero es que estaba tan cansada…de todo.

 

Gabrielle extiende su mano y oprime su pierna.

 

GABRIELLE

¿Pero no pudiste participar en la carrera

porque Argo no era árabe pura sangre?

 

Xena sonríe, con un pequeño brillo travieso en sus ojos.

 

XENA

Era una carrera muy elitista, solo para los mejores

caballos árabes, manejada por un par de hermanos

gemelos. Uno vivía en Gaza y el otro en Hajar. Eran

jeques árabes y príncipes de la mayor jerarquía.

Me uní a una caravana para ir a Hajar

y seguir el rastro del hermano que vivía allí,

Galeel. Aprendí tanto como pude sobre él de

la gente que iba en la caravana, y hablé maravillas

de Argo a todos los que me escucharan.

 

GABRIELLE

Hiciste trampa para

entrar a la carrera ¿no?

 

 

XENA

Solo digamos que para cuando llegamos

a Hajar, creo que la caravana esperaba

que a Argo le salieran alas y volara.

 

GABRIELLE

¿Pero cómo superaste el hecho de

que Argo no fuera pura sangre?

 

XENA

Me enteré que Galeel tenía una debilidad.

Era un campeón de Tabula.

 

GABRIELLE

¿Tabula?

 

XENA

Es un juego de tablero de estrategia. Lo he

jugado bastante. Lanzas los dados y mueves las

piezas por una serie de líneas que forman una

cuadrícula. Durante las largas noches en la

caravana, miraba partidos de Tabula y jugaba hasta

que soñaba con esas condenadas cuadrículas.

 

CORTE A:

 

INT. TABERNA - ANOCHCER - 36 VERANOS ATRÁS

 

Xena se abre paso a través de una habitación llena de gente. Cada mesa está llena predominantemente de clientes de sexo masculino, y la atmósfera es de festejos. El Océano de Fuego es el tema de conversación en todas las mesas que pasa. Hermosas jóvenes en trajes de harem se deslizan entre las mesas, sirviendo comida y bebida. A un lado hay un acto de bailarinas de vientre, contoneándose al ritmo de hipnótica música. Es un lugar selecto, con elaborados tapices sobre las paredes y alfombras afelpadas sobre el piso. El aire  es denso con el empalagoso humo de opio, y Xena fuma un poco de una pipa cuando se la pasan.

 

En una esquina en la parte trasera, una multitud de hombres de aspecto acaudalado están reunidos alrededor de una mesa. Sentados a la mesa hay otros dos hombres engalanados con finas ropas. Ambos están fumando y bebiendo y cerniéndose sobre un tablero de juego. Xena está vestida de forma similar a las jóvenes de harem, y arregla su cabello antes de aproximarse a la mesa. Uno de los hombres sentados mira hacia arriba y sonríe con aprobación.

 

HOMBRE

Ah, justo a tiempo. Chica, tráenos

otra ronda de tragos.

 

XENA

No soy una moza.

 

Apoya una mano sobre la mesa y se inclina hacia delante para ver al hombre una mejor vista de sus encantos, y sonríe atractivamente.

 

XENA

(continúa)

¿Eres el Príncipe Galeel?

 

El hombre continúa sonriendo, examinándola mientras habla.

 

HOMBRE

Sí. ¿Y tú eres?

 

XENA

El nombre es Xena. Te traeré

esa ronda de tragos, pagándola

yo, con una condición.

 

GALEEL

(hipnotizado)

¿Y cuál sería?

 

XENA

Que me dejes jugar.

 

Galeel y todos los hombres que los rodean ríen sinceramente.

 

GALEEL

Este no es un juego para mujeres. ¿Estás

segura que sabes cómo jugar?

 

Xena se inclina hacia él aún más, quedando su rostro a pocas pulgadas del de él.

 

XENA

Tengo muchas habilidades.

 

Galeel traga saliva y se humedece los labios con la lengua.

 

GALEEL

Muy bien, entonces.  Será

un placer para mí.  Consigamos esas

bebidas, y jugaré.

 

Ella le pestañea y ronronea.

 

XENA

Tengo la seguridad de que el placer

será todo mío.

 

Desaparece y vuelve con una bandeja llena de bebidas y las pasa hacia fuera, después toma  al otro lado de la mesa frente a Galeel.  Despreocupadamente saca una moneda de oro de un monedero pequeño en su cinturón y lo coloca encima de la mesa.  Las cejas de Galeel se elevan sorprendido, rebusca en su bolsillo y lo iguala.

 

GALEEL

Ya veo. Quieres hacerlo

interesante.

 

XENA

(aún filtreando)

Yo hago todo interesante.

 

 

GALEEL

Apostaría a que sí.

 

Le da los dados.

 

GALEEL

(continúa)

Las damas primero.

 

XENA

No soy una dama.

 

Galeel está prácticamente jadeando mientras ella toma los dados, arrastrando las yemas de sus dedos a través de la palma de su mano en el proceso.  Los sacude en la mesa y hace un movimiento.  Él hace un movimiento rápidamente que obviamente la deja fuera de juego.  Xena lleva los dedos a sus labios.

 

XENA

(riendo tontamente)

Oops.

 

Ella los toma de nuevo, y van hacia adelante y hacia atrás en varios movimientos, mientras que los demás miran expectantes.  La mayoría de ellos miran a Xena más que al juego. Ella hace un juego limpio, pero finalmente, Galeel hace un movimiento y se sienta de espaldas cruzando los brazos en señal de triunfo.

 

GALEEL

Eso es. No tienes ninguna

otra parte donde mover. Gano.

 

Xena baja la mirada hacia el tablero y luego hacia él con una sensual mirada.

 

XENA

Lo intenté duro.

 

Tiende la mano y le toca la parte posterior de la mano.

 

XENA

(continúa)

Obviamente lo intentaste.... muy duro.

 

Sus dedos lo provocan yendo adelante y hacia atrás a través de su mano y su frente rompe en sudor.

 

XENA

(continúa)

¿Una partida más, por favor?

Lo compensaré generosamente.

 

GALEEL

(suspirando)

¿Una vez más? Claro.

¿Qué puedo perder?

 

Xena retira su mano y sonríe tímidamente, entonces coloca dos monedas de oro en la mesa, que Galeel iguala inmediatamente, sin apartar los ojos de Xena. Xena aprieta sus labios dirigiéndose a Galeel, entonces levanta los dados para arriba y sopla en ellos. Los sacude y hace un movimiento.

 

GALEEL

(continúa)

 Tus ojos son

del azul más asombroso. Tan diferente.

 

XENA

¿Diferente? Tienes razón.

 

Ella lo mira hacer su movimiento y después toma los dados. Sonríe encantadoramente, entonces sacude los dados y su sonrisa desaparece.  Mueve sus fichas, sacando de su posición algunas de Galeel. Él mira al tablero y luego a ella, sus rasgos desconcertados. Sus ojos brillan malévolamente, y entonces el juego se vuelve serio, los dados volando y las fichas moviéndose en rápida sucesión.  Una gran muchedumbre comienza a amontonarse alrededor de la mesa, mirando a una mujer que es mejor que el príncipe de la corona. Termina en una ráfaga, mientras Xena hace un movimiento final, recoge rápidamente las monedas y las guarda en su bolsa.

 

GALEEL

¡Me has engañado!

 

XENA

Hice un juego limpio.

 

GALEEL

(enojadamente)

¡Una más!   El que gane dos de tres.

 

 Xena lo mira, parece un conejo cogido en una trampa. Se inclina adelante, fijándose en su cara de nuevo, pero esta vez toda pretensión se va. 

 

XENA

(con una voz gutural)

De acuerdo. Pero dejame hacer

esto realmente interesante.

 

GALEEL

(tragando)

Cualquier cosa. Lo que sea.

 

XENA

(suspirando)

Te tengo.

 

XENA

(continúa)

Tengo un caballo.  Argo.

Está afuera.

 

GALEEL

¿Argo? He oído sobre ese caballo.

Tú estabas con la caravana

 que llegó ayer para la competición.

 

XENA

Eso es.  Este es el trato.

Yo pierdo, tú consigues a Argo.

 

GALEEL

Si ella es tan buena como he oído,

estoy impaciente por vencerte.

 

El se inclina acercándose, tirando de su bigote.

 

GALEEL

(continúa)

En el caso de que

ganes, ¿qué quieres conseguir?

 

XENA

Argo y yo conseguiremos

entrar en el Océano de Fuego.

 

GALEEL

Eres una mujer.

 

XENA

¡No me digas! 

¿Cuál es el problema?

 

 

La multitud ríe.

 

GALEEL

(precipitadamente)

No.  No, ningún problema. Pero Argo,

¿tendrás sus papeles?

¿puedes demostrar que es pura?

 

XENA

Ella es un potro salvaje del desierto.

No puedo demostrar ninguna maldita cosa,

excepto que puede correr como el viento.

 

GALEEL

¡Imposible! Sólo los más puros

caballos árabes pueden entrar en la carrera.

 

XENA

No dijiste nada.

¿No eres un hombre de

palabra? ¿Eh?

 

Ella permite que un intento de flirteo asome en su cara de nuevo.

 

XENA

(continúa)

¿Qué puedes perder? En el mejor de los casos,

consigues mi caballo.  En el peor, dejas

a una mujer y a una yegua mestiza

entrar en una carrera contra puros caballo árabes

Vamos, Galeel, ¿qué decides?

 

GALEEL

Muy bien, entonces. Un juego más.

Yo gano, consigo tu caballo. Yo pierdo,

tú entras en el Océano de Fuego.

 

Xena lo mira con firmeza y levanta los dados de nuevo. Esta vez, escupe en  ellos.

 

CORTE A:

 

EXT. COLINAS DEL DESIERTO - DE DÍA – EN EL PRESENTE X&G

 

Xena y Gabrielle continúan cabalgando a través del desierto.

 

GABRIELLE

¿Qué ocurrió?

Supongo que ganaste.

 

 

XENA

Gané justamente. Todos en la taberna

me llamaban la nueva campeona Tabula,

pero rehusé. Yo había conseguido lo que

quería, y no quería que Galeel

se enfadara conmigo más de lo que ya estaba.

 

GABRIELLE

Así que ¿entraste en la carrera?

 

Xena suspira y su mirada se pierde en la lejanía.

 

XENA

Bueno. Sí. Pensaba que lo había visto

todo en mis viajes, pero no tenía

Idea en dónde había conseguido meterme.

 

Ellas cabalgan en silencio, el sol azota desde arriba, mientras que....

 

FUNDIDO A NEGRO. 

FIN DEL SEGUNDO ACTO

TERCER ACTO