Encontré Mi Corazón en San Francisco
(I found my heart in San Francisco)
Libro 1: Despertares
(Awakenings)
Por: S X Meagher
Tercera parte
* * * * * * * * * * *
Se
fueron a la casa de Jamie y ambas se sintieron bastante aliviadas de
encontrar solo a Mia en casa. Converso con Ryan agradablemente por unos
momentos antes de subir a su habitación.
Jamie la siguió momentos después para darse una ducha y cambiarse. Ryan ofreció distraerse ella misma y Jamie
la dejo sola por unos minutos.
Jamie
se quedo en la ducha un largo rato para relajarse antes de salir. Se seco el cabello rápidamente y estaba
acabando de vestirse cuando Mia entró.
—¿Qué le hiciste a Ryan?— preguntó con un brillo
en los ojos.
—¿Qué
quieres decir?— la miró confundida Jamie.
—¿Quieres
ver algo tierno?—, pregunto Mia misteriosamente. Jamie asintió y le indico que la siguiera al pasillo. Las dos se asomaron sobre el barandal,
observando a Ryan, quién se había
sentado en el sofá, sólo que ahora se
había quitado los zapatos y estaba dormida, su delgada y larga figura acomodada
en el estrecho sofá, sus piernas largas colgaban del brazo de este. Sus manos dobladas pacíficamente sobre su
pecho y una sonrisa dulce, con una
expresión de satisfacción en su rostro.
Jamie se maravillo de lo
joven e inocente que se veía su amiga
al dormir.
Ambas
amigas regresaron al cuarto de Jamie y se soltaron a reír. —Me alegra mucho que se sienta cómoda aquí—,
dijo Jaime sin dejar de reír.
—Parece
ser una buena persona—, Mia admitió.
—No
puedo encontrar las palabras correctas que expresen con certeza lo buena es—,
Jamie respondió simplemente —. Es una
mujer extraordinaria.
—¿Sigue
coqueteando contigo?— Mia le preguntó
algo dudosa, sabiendo que ese era un punto algo delicado.
—No.
Para nada—, respondió Jamie sin dilación
—. De hecho ya hemos hablado de eso, aunque fue algo difícil para mí
mencionarlo. Admitió que si había
coqueteado conmigo pero que ahora ya no lo hacia porque ahora éramos amigas.
—¿Dios,
no te dio vergüenza? —. Exclamó Mia —¡No me imagino preguntándole eso!
—Eso
es lo es súper de Ryan. Le puedo decir
lo que sea. Nunca me juzga o actúa
sentida por lo que le digo. En realidad
me sentí muy cómoda hablando con ella acerca de eso. Desearía que pudieras conocerla mejor—, dijo —. Sé que te caería bien.
—Confió
totalmente en tu capacidad para juzgar a las personas, James. Estoy segura que me caerá bien. Tal vez podamos cenar juntas alguna otra
noche.
—Gracias
por intentarlo Mia. Quiero que te sientas a gusto con ella. Tu amistad vale mucho para mí—. Vacilo un
momento antes de mencionar el próximo tema.
—Sabes, sinceramente me enfado mucho que Cassie te dijera que Ryan
estaba coqueteando conmigo—, apunto.
Mia
abrió la boca para tratar de defenderse, pero Jamie la interrumpió. —Ya no
estoy enojada, en serio. Sé que no lo
hiciste con malicia. Pero Cassie
realmente la detesta. Ella ya tenía a
Jack predispuesto acerca de toda esta situación y tuvimos una gran pelea por
ello. Así que por favor, te suplico no hables de Ryan con ella, sólo haría peores las cosas.
—Ok,
Jamie. Jamás volveré hablar de eso con
ella. Me apena que te lastime. Fue estúpido de mí parte hablarle a Cassie
sobre ti. Sé que siempre trata de
meterse en medio de todo. A veces
desearía que se fuera a vivir con su novio—, respondió con desprecio.
—Si,
lo sé, pero hemos estado juntas tanto tiempo, creo que podremos sobrellevarlo—,
dijo esperanzada.
*
* * * * * * * * * * *
Después
de que Mia regresará a su cuarto, Jamie
se tomo su tiempo para arreglarse. Se
peinó cuidadosamente, se puso rubor y luego escogió un suéter de lana verde y
una camisa amarilla. Completando el
atuendo con un par de pantalones kaki y un par de zapatos negros. Examino su imagen en el espejo grande,
reprendiéndose a sí misma al hacerlo. —‘Solo es Ryan, sabes. No es una digamos, una cita’— Cuando volvió a bajar los escalones se quedo
sorprendida al ver que Ryan seguía
dormida.
Se
sentó en una silla tapizada junto al sofá y simplemente la miro por unos
momentos. Ryan era increíblemente
tranquila al dormir. De repente Jamie
cayo en cuenta que jamás la había en un
estado de inactividad por completo.
Ryan normalmente era muy activa, a veces algo hiperactiva. Aunque su cuerpo no estuviera en movimiento
Jamie casi podía ver a veloz mente
procesando algo. Nuevamente se
maravillo de lo tranquila y en paz que se veía reposando. Ryan rara vez se miraba de manera severa
pero si se veía muy segura de sí misma con una expresión calmada. Miró que su pecho subía y bajaba y observo
sus labios un poco abiertos en sueño.
De repente sintió un gran deseo de poner un beso sobre eso labios tan
suaves. Se resistió con una sacudida
violenta de la cabeza. —‘¡Controlate
por dios, Jamie! ¿De dónde demonios vino ese deseo? —Se quedó
sentada en la silla otros minutos meditando sobre los pensamientos
contradictorios que corrían por su mente.
—‘Tal vez solo sea que me siento que necesito
protegerla. Cuando duerme se parece a
una niña que perdió a su mama. Y esa
será la parte que me da por besarla. Se ve tan tierna, como una niña—,’ pensó con cariño. —Si claro y ¿a cuantas niñas haz querido
besar?— Finalmente decidiendo que no encontraría las respuestas a esos
embrollado pensamientos esa noche los hizo a un lado, quietamente se movió
hacia el sofá. Se inclino sobre Ryan y
gentilmente puso su mano sobre su hombro y le dio una pequeña sacudida.
Ryan
despertó inmediatamente e increíblemente muy alerta. Jamie se sorprendió ante esta reacción, y su rostro lo debió
demostrar. Ryan detecto le mirada sobresaltada
y preguntó, —¿Cuál es el problema? ¿Dormí demasiado?
—No,
no, yo me sorprendí por la forma tan rápida en como reaccionaste—, explico.
—Oh,
eso se debe a años de practica—, respondió fácilmente. —Necesito dormir como 8
horas pero solo duermo como 6. Me he
entrenado a misma a dormir en donde pueda cuando tengo unos minutos extras.
—Eso
es realmente asombroso—. Se maravillo Jamie.
—No
en realidad. Puedes entrenar tu cuerpo
para hacer muchas cosas si en realidad lo necesitas.
—Bueno
me alegro de que te sientas lo suficiente cómoda como para haberte dormido
aquí.
—Pues
si me siento muy cómoda contigo, pero verdaderamente, puedo dormir casi en
cualquier lugar. Hasta puedo dormir más
o menos bien sentada en una silla. Y
una vez tome una buena siestecita de 15 minutos inclinada contra una pared—,
dijo con orgullo.
—Ciertamente
tienes muchas habilidades, Ryan—, admitió al inclinarse sobre ella agitando su fleco.
—Y
eso que no haz visto ni la mitad de ellas—, sonrió segura de sí misma.
*
* * * * * * * * * * *
Después
de terminar su cena de Falafel y
ensalada griega, hablaron sobre el plan de los ejercicios para la semana. Jamie decidió que llevaría su bici con Jack
y hacer su paseo largo el sábado por la tarde mientras él estudiaba.
—OH
sábado—exclamo Ryan con mucho placer.
—No he tenido un sábado libre en años.
Este nuevo nivel de libertada, mmm, me
va a tomar tiempo acostumbrarme—. Dijo con una expresión de
alegría. Había decidido que en realidad
ya no tenía que trabajar los fines de semana.
Jamie tenía 10 horas de entrenamiento privado por semana ya organizado
para ella. Con $1,250 por mes era más
que suficiente para que sobreviviera, Ryan decidió tomarse los fines de semana
libres para relajarse. Pero
sinceramente no sabía que hacer con su tiempo libre. Había tenido algún trabajo u otro desde los 16 años y todos
habían ocupado sus fines de semana. —Es
el dilema mas alegre que he tenido en años—. Comento
—¿Porque
no vienes y paseas conmigo el sábado?—, Jamie ofreció. —Puedes ver la península y tal vez ayudarme
a escoger los mejores caminos.
—¿Será
eso una Buena idea, Jamie?— preguntó indecisa.
—¿No se molestará Jack?
—¿Porque
le molestaría? —Pregunto
confundida. —Él estará
estudiando y aparte no tiene bici.
—No,
este, quise decir—, tartamudeó, —Pensé que no estaba muy contento de que pase
tiempo contigo.
—No,
Ryan, eso no es verdad. Estaba enojado
conmigo por no haberle dicho algunas cosas que él pensó eran importantes. No creo que tuviera que ver contigo,
personalmente—, mintió.
—Si
estas segura—, respondió aun con cierta reserva, —Me encantaría ir. Seria bueno ver otra parte de la bahía. He oído de unos caminos grandiosos por allí.
—Entonces
es un hecho—, Jamie acordó. —¿Oh, pero
como te llevaras tu bici? ¿Paso por
ella el viernes?
—No,
yo puedo llevarla. Le pediré prestada
la camioneta a mi papa si es necesario. ¿ A que horas quieres
encontrarnos? —Pregunto al tomar su
siempre presente agenda.
*
* * * * * * * * * * *
Capitulo 4
—Centro
Deportivo“Castro”, habla Ally—, se escucho una voz de contralto.
—¿Hola
Ally, adivina quién es?—, pregunto.
—Mmm—,
pensó, —Es una morena ardiente de más de 1.70 de altura, e interminables
piernas.
—Sí—, ronroneó.
—No,
no conozco a nadie así, ¿quien demonio eres?— pregunto tratando de ocultar su
risa.
—Solo
soy una mujer solitaria buscando compañía—, dijo inocentemente. —Conoces a alguien que pueda estar libre el
viernes por la noche.
—¿La
noche del viernes? ¿En serio me quieres ver este viernes?—pregunto incrédula—. Pensé
que solo te daban permiso de salir de casa por las tardes.
—He
tenido un cambio de horario—, dijo felizmente. —Los fines de semana ahora son míos.
—¿En
serio? Jamás haz tomado un fin de semana libre en todo el tiempo que te he
conocido. ¿Tienes alguna idea de cómo
llenar un fin de semana?
—Estaba
esperando que tu me pudieras ayudar con eso—, pregunto esperanzada. —¿Que dices
del viernes entonces?
—La
mejor oferta que he tenido en todo el día—, respondió. —¿Quieres salir o
quedarte en casa?
—Puedo
salir con quien sea—, dijo esto con un tono bajo y peligrosamente sensual.
—Quiero quedarme adentro contigo.
—Estaré
en casa para las 6. Trae algo para
cenar contigo, cosita ardiente, porque no te iras hasta el sábado.
*
* * * * * * * * * * *
Ryan
condujo hacia Castro el viernes por la noche, pensando en Ally. Se habían conocido poco después de que Ryan
se graduara de preparatoria. Empezo a tomar clases para volverse entrenadora
personal certificada y por suerte consiguió trabajo en Castro Fitness. Ally siendo dos años mayor había empezado en Castro unos meses antes de
Ryan.
Ryan
estaba segura de que Ally casi no había tomado nota de ella y se sorprendió
cuando la casi desconocida se aproximo un día para discutir el sexo
seguro. Ryan apenas se estaba sintiendo
cómoda con su identidad lesbica. Había
pasado el año anterior con un comportamiento bastante peligroso pero Ally la
sentó y le dijo las cosas con crudeza.
“Escucha Ryan —le dijo— No puedes continuar danzando salvajemente con
cada chica que conoces. Tienes que practicar sexo seguro cada vez que estés con
alguien”.
—Pero
el riesgo de contraer SIDA no es tan alto para las mujeres que tienen sexo con
mujeres—, Ryan dijo defensivamente.
—No,
no es tan alto, pero cualquier riesgo es demasiado. Tienes 17 años, Ryan. No
arriesgues acortando tu vida de por sí corta por algo de acción. Aparte SIDA no es lo único por lo que te
tienes que preocupar. Te garantizo que
contrataras una enfermedad venérea dentro de 6 meses sí acaso no lo haz hecho
aún. Herpes y chnodyloma son
permanentes, Ryan. Y no importa que
atractiva eres, tu popularidad caerá al piso si tienes lesiones o verrugas en
tus partes divertidas.
—Pero
no se como tener sexo seguro—, admitió sonrojándose.
—Ven
esta noche después de las 8 y yo te enseñaré todo lo que necesitas saber—, Ally
ofreció.
Ryan
se rió al pensar que fácilmente había sucumbido a los encantos de Ally. Habían pasado la primera noche en ‘Good
Vibrations’, una tienda de juguetes sexuales orientada hacia las mujeres en el
distrito de Misión. Ally le explico
sobre todos los juguetes y barreras de látex que Ryan podía usar como
protección. Y después, para asegurarse
de que su estudiante entendía todo perfectamente se habían regresado al
departamento de Ally y probado cada objeto en su bolso de trucos. Para el día siguiente Ryan estaba muy rosada
pero bien entrenada en la ciencia de sexo seguro.
Después
de su iniciación, se hicieron muy amigas.
Las dos les gustaba hacer ejercicio, montar bici, y tener sexo, mucho
sexo, con muchas mujeres. Ryan se
encontró cayendo por su nueva amiga.
Pero Ally le dijo claramente que ella no estaba interesada en tener una
novia. Continuo saliendo con cada mujer
que llamaba su atención y jamás hizo un intento de esconder sus conquistas de
Ryan. Después de un tiempo, logro entender que Ally no le iba a regresar
sus afectos y empezó a pensar de ella como otra pareja para sexo
ocasional. Y mientras se mantuviera en
esa línea casual, Ally siempre estaría
dispuesta a pasar uno o dos días con ella.
Su
rutina normal era verse varias veces durante un periodo de 2 o 3 semanas. Pero en cuanto las cosas empezaban a ponerse
demasiado intensas una u otra dejaban de llamar. Dejaban que 3 o 4 meses pasaran y regresaban para otra intensa
revolca en el heno.
Ryan
muchas veces sentía que le gustaría tener algo mas serio con Ally, sin embargo
sabía que eran demasiado parecidas para poder tolerarse por mucho tiempo. Pero tenia que admitir que era normalmente
Ally quien le ponía un alto a sus encuentros.
A
veces iban a un club o bar, y un año fueron al festival del “Orgullo Gay”
juntas. Pero generalmente solo se
reunían para tener sexo increíble. Ryan jamás había conocido alguien que la
conociera como Ally. Tal vez era porque
habían dormido juntas tantas veces.
Ally tenía algo que simplemente la volvía loca, lo chistoso era que Ally
no era precisamente su tipo de mujer físicamente hablando. De hecho, era la única mujer que en realidad había
ligado a Ryan y no en viceversa, lo
cual seguía haciendo, a veces solo para mostrarle quien era el jefe ahí. Ally
sólo era un poquito más alta que ella, pero definitivamente más fuerte que
Ryan. Ally competía en concursos de físico constructivismo y usualmente lo
hacia bastante bien, siempre y cuando fueran competiciones sin sustancias
prohibidas. Ally estaba realmente en contra del uso de esteroides y se rehusaba
a competir si las atletas antes no eran sometidas a análisis.
Ally
era atractiva, pero en un modo andrógino.
Su cabello era castaño oscuro y muy corto, poco más de un centímetro y
medio. La mayoría de tiempo se le
paraba hacia arriba como tipo corte militar, pero Ryan le gustaba como se
sentía el cabello erizado contra su cuerpo desnudo. Sus ojos eran entre azul y gris dependiendo en de la luz, pero
había un fuego en ellos que atraía fuertemente a Ryan.
Por
lo regular a Ryan le atraían las mujeres altas, siempre y cuando no fueran tan
altas como lo era ella; Como 1.70 m más o menos era perfecto. Adoraba a las morenas con cabello largo y le
encantaban los ojos marrones. Le
gustaban en particular las mujeres delgadas, ágiles y atléticas pero no muy
musculosas. Siempre la dejaba
sorprendida que encontrara a Ally
increíblemente atractiva.
Llego
a Hamburger Mary’s para recoger unas hamburguesas y malteadas, la comida
chatarra favorita de Ally. La mayor
parte del tiempo, las dos trataban de comer saludable, pero cuando no estaba
preparándose para una competición Ally era flexible. Como a Ryan no le importaba mucho la variación de su peso, se
podía permitir ser tentada por cierta comida chatarra y ella tenía que admitir
que las hamburguesas eran unas de sus favoritas indulgencias.
Mientras
estacionaba su moto como a una cuadra del edificio de Ally sintió a su pulso
acelerarse. No era su costumbre ponerse
nerviosa cuando tenia una cita, había aprendido hacia tiempo que una mujer
hermosa podía resultar ser un fracaso al pasar un atardecer con ella. Pero conocía a Ally bien, y sabía que
esperar—todo el sexo que pudiese aguantar.
Ryan siempre pensó de sí misma como la pareja dominante en casi todas
las relaciones que había tenido. Le
gustaba; no—necesitaba—controlar la acción.
Pero jamás lo pudo hacer con Ally.
Aunque solo era dos años mayor, Ally siempre trataba a Ryan como una
jovencita sin experiencia. Controlaba toda la noche, y Ryan había aprendido que si
quería mantener la conexión tenía que permitir que su amiga estuviera a cargo
de la situación.
Ryan
troto por las escaleras hacia el apartamento de Ally en el tercer piso. Timbro a la puerta y espero pacientemente
oír los pasosen el interio. Abrió la
puerta con el teléfono inalámbrico en la mano y sonrió ampliamente a la par que
indicaba a Ryan que debería entrar a la
cocina para organizar la cena.
Al
terminar de poner todo sobre platos, Ally se le escabullo por detrás y la
envolvió en un abrazo de oso. Acurruco
su cabeza entre el cuello de Ryan al detenerla fuertemente de la cintura. —Te he extrañado dulzura—, susurro en su
oído.
Ryan
sintió un escalofrió empezando en su oído y recorrerla hasta los dedos de los pies. Se rió un poco al sentir el calido aliento
cosquillar a su oído. Le gustaba el
suave acento sureño que su amiga no había logrado perder aunque se había movido
a San Francisco de Chapel Hill, Carolina del Norte hacía mas de 8 años. Estaba lista para que la soltara pero Ally
la retuvo un poco mas para indicarle que ella seguía arriba. Ryan se dio la vuelta dentro del abrazo y
levanto su cabeza para ponerle un beso contra los labios sedosos y suaves de su
amiga.
Una
de las cosas que Ryan amaba era el contraste entre la conducta y apariencia
exterior y la suave, calida curvas de mujer que normalmente estaban escondidas
bajo su ropa de ejercicio. Ally tenía
un pecho medio grande para su tamaño y las curvas encantadoras de sus caderas
por las que Ryan le gustaba correr sus manos.
Su exterior duro simplemente acentuaba los tesoros escondidos que Ryan
adoraba encontrar. —Te he extrañado
también Ally—, dijo sinceramente.
—¿Cuánto
tiempo a pasado?— Ally pregunto al alejarse del abrazo de Ryan y estirar la
mano para tomar una papita frita y echársela
a su boca.
—Estaba
pensando en ello en el camino hacia acá—, admitió. —creo que fue un poco
después de la Carrera del SIDA.
Recuerdo que mis piernas estaban entumecidas cuando vine y que siguieron
igual por toda una semana ¡gracias a ti!
—Ya
sabes que nunca garantizo no mallugar la mercancía—, ronroneo antes de empujar
a Ryan contra la mesa. Ryan deslizo sus brazos alrededor del cuello de
Ally y se dejo besar completamente.
Esas manos tan fuertes y grandes la apretaron de la cintura mientras
Ally trabajaba en su boca con intensidad metódica. Se retiro lentamente riéndose un poco mientras Ryan dejo sus
brazos alrededor de su cuello, sus ojos bien cerrados. —¿No tienes hambre, dulzura?— Le pregunto
suavemente.
Ryan
con los ojos aún cerrados asintió.
—Parece
que tienes hambre para algo de amor—, Ally ronroneo al inclinarse para darle
una ronda de besos prodigiosos y acalorados sobre la boca hambrienta de Ryan.
Ryan
no pudo evitar dejar escapar un suave gemido antes de que su boca fuera
reclamada por su amiga. Muchas veces se sentía impotente cuando estaba con Ally
y tenia que admitir que le gustaba mucho.
Había algo muy tranquilizante en sentir que otra persona estaba al cargo
de vez en cuando y era lo que le atraía
a Ryan. No creía que le gustaría sentir
eso todo el tiempo, pero era un cambio
bienvenido del que había llegado a depender y anhelar durante los pasados 5
años.
—Vamos
mi dulce nena—, Ally dijo suavemente al sacarse del abrazo. —Necesito mantener mis fuerzas para poder
aguantarte toda la noche—. Tomo los platos cargándolos hacia la sala. Ryan tomo las malteadas y un puño de
servilletas. Se sentaron en la cómoda
sala, Ryan en el sofá, Ally en una silla de piel color caramelo. Hablaron sobre la última competición de
levantamiento de pesas en que estuvo Ally en San José. Ryan conocía algunos de los competidores y
uno o dos de los jueces y Ally le dijo quienes estaban de verdad de buena
forma. Ryan se dio cuenta que sus
conversaciones generalmente se centraban en rutinas de ejercicios,
levantamiento de pesas y conocidos que
tenían en común. Ally normalmente le
hacia algunas preguntas sobre la escuela, pero era claro que solo lo hacia por ser amable. Casi no compartían intereses mutuos, pensó
Ryan. Un CD de Wynona Judd tocaba
tranquilamente en el trasfondo para iluminar otro punto de diferencia. Ryan
gustaba de música étnica, de todas partes del mundo, particularmente Pop
Africano o artistas Irlandeses contemporáneos, mientras Ally no variaba de
Wynona, Shania, Reba y Faith. Su
departamento no tenía ningún libro, lo único que había para leer eran revistas
de Deportes y Salud.
Ally
venia de una familia grande, pero se había ido de casa casi inmediatamente
después de graduarse de la preparatoria.
Había tenido sexo con mujeres desde los 15 años pero una hermano mayor
la pillo con otra chica cuando era mayor en la escuela y hizo que su vida
familiar casi insoportable por ese ultimo año.
Después de irse de Norte Carolina mantuvo una relación con una de sus
hermanas que también se había ido de casa para siempre por su propio bien, pero
eso era todo. Ryan no estaba segura que
sus padres supieran donde vivía. Sabia
de seguro que había mucho dolor
oculto tras el alegre comportamiento de
su amiga pero nunca hablaban de ello.
Ally prefería pasar solo el tiempo en asuntos corrientes y Ryan había
decidido hacía tiempo que debía respetar su necesidad de privacidad si esperaba
mantener la relación. Tal vez por su
situación familiar Ally nunca preguntaba mucho sobre la vida familiar de
Ryan. Sabia que Ryan vivía en casa,
como jamás podían ir allí para una cita, raramente preguntaba por los demás de
la familia O’Flaherty. Su relación
parecía existir fuera de sus vidas normales.
Era incorrupta por los hechos de día a día que pudieran causar tensión. Claramente había un solo enfoque y ambas parecía que lo preferían
así.
—¿Dime
que es lo que a causado el cambio en tu horario? Ally pregunto al recoger el plato de Ryan ya vacío y llevarlo a la
cocina.
—Conseguí
un nuevo trabajo—, Ryan empezó a la vez que Ally regreso a la habitación y se sentó enseguida de ella en el
sofá. Su amiga casualmente colgó su
brazo sobre sus hombros y la jalo cerca y Ryan sonrió modestamente a la vez
acurrucándose contra el lado de Ally.
—Bueno en realidad una amiga me consiguió un nuevo trabajo—, admitió
para aclarar. Aunque habían trabajado
en el mismo gimnasio por casi 5 años casi nunca se veían en el trabajo. Ryan trabajaba por las noches y fin de
semanas casi exclusivamente mientras Ally acomodo su horario de 9-5. No hacia sus ejercicios en Castro, así es
que pasaba la mayoría de sus noches entrenando en un lugar de Pesas libres en
el distrito de Misión.
—¿Te
vas de Castro? —Preguntó
sorprendida
—Pues
si—, Ryan admitió. —Mi nuevo lugar esta
en Berkeley. Es muy bueno, Ally. Solo son mujeres y esta lleno de gente que
quiere trabajar y no posar—. Era una broma vieja entre ellas como poca gente en
Castro en realidad quería trabajar en serio, especialmente en las noches; el
tiempo perfecto para ligar. —Tengo a
dos clientes que no quieren moverse conmigo, pero creo que los tendré que dejar
ir. No vale la pena pagar $250 al mes y
tener que venir hasta acá para solo ganar $375. Eso solo me haría perder mas que ganar. ¿ Los quieres tomar tú?
—¿A
que hora los vez?
—Veo
a Mark los miércoles a las 9 y domingo a medio día, y Vanessa a las 4. Pero creo que preferirían venir durante la
semana. Mark es un escritor, así es que
puede tener cualquier horario y Vanessa o es una mujerzuela o una bailarina. Jamás hemos hablado de eso pero tiene mucho mas silicona de lo
que yo pienso se necesita para usos
normales—, dijo riendo.
—Me
gustaría tener otro par de clientes regulares—, Ally dijo. —¿Quieres entregarlos o debería llamarles?
—Mi
cuota esta pagada hasta Octubre, así es que estaba planeando terminar el mes
con ellos. ¿Estarías dispuesta a venir
el domingo y conocerlos?
—Seguro. ¿Porque no vienes mañana por la noche y
podemos desayunar el domingo por la mañana antes de ir?
Ryan
le dio una sonrisa ladeada al hacer una
pequeña suplica por algo de moderación.
—Eso funcionaria para mí, pero tendrás que prometerme no agotarme esta
noche. Tengo un paseo largo programado
para mañana y no lo podré hacer de pie.
Aparte tengo que reservar algo de energía si quieres que regrese mañana
por la noche.
—Okay—,
Ally respondió suavemente al inclinarse a besar el cuello de Ryan. —Seré gentil contigo esta noche, pero mañana
no abra apuestas—, dijo al mordisquearle el cuello bruscamente en anticipación.
Ryan
trago audiblemente al considerar que es lo que esperaba. Ally nunca la lastimaba o trataba de
dominarla físicamente. Pero parecía
tomar mucho placer en extraer todo el deseo que podía del cuerpo de Ryan. No usaba parafernalia de dominatrix pero si le
gustaba dominar a Ryan, normalmente con sus manos o muchas veces simplemente
con su personalidad. Ryan sabia
exactamente como era estar en los zapatos de Ally, como su comportamiento era igual
cuando ella estaba con otras mujeres.
Pero era muy excitante ser el objeto de sus deseos cuando estaban
juntas. Cuando Ally decía que no habría
apuestas quería decir que seria cosa de toda la noche, entregándose
completamente a su amiga. Ally rara vez
la dejaba con solo un orgasmo. Y como
Ryan no era multiorgásmica necesitaba descansar por lo menos una hora o más
entre turnos. Algunas de sus citas se
volvían largas sesiones de maratón, con cortas siestas o salidas a un
restaurante de 24 horas por algo de estamina para poder seguir.
Ryan
inclino su cabeza al cerrar sus ojos para darle acceso completo de su sensitivo
cuello a su amiga. Ally le gustaba que
Ryan se viera algo butch por fuera, así
que se había puesto una camiseta ajustada negra con mangas cortas
enrolladas un poco y unos pantalones estilo carpintero. Pero también le dio satisfacción al deseo de
su amiga por ropa íntima sexy. Bajo su
ropa de mujer dura Ryan llevaba puesto un brassière casi transparente de encaje
y un par de bikinis negros pequeños.
Ally empezó a trabajar su camisa fuera de sus pantalones y Ryan recordó
que jamás se desvestía ella misma cuando estaban juntas. Ally tenia una necesidad de controlar toda
la escena; del principio hasta el final, y desvistiendo a su pareja era una
parte importante en este escenario.
Después
de haber halado libre la camiseta de Ryan,
regreso a su cuello empezando a besarla bajando por el cuello de la
camisa. No le gusto el ángulo que tenia
y deslizo sus brazos de tras la espalda y rodillas de Ryan y fácilmente la
subió sobre sus piernas. Ryan sonrió
serenamente al sentirse levantada tan fácilmente. Ella siempre era la que acurrucaba a las mujeres en sus rodillas
y le gustaba el cambio de papel. Había
algo liberador en dejarse ir y permitir que Ally tomara las decisiones. Brevemente pensó que si Ally tenia alguien
con quien cambiar de papel, pero esos pensamientos volaron de su mente al
sentir su camiseta subir por su cuerpo.
—OH, me encanta esto—, la voz de Ally zumbo contra su oreja a la vez que
corría sus manos fuertes sobre los senos de Ryan.
Sintió
sus pezones repentinamente ponerse atentos al ser provocados por entre el
encaje medio áspero. No le había
advertido a Ally que fuera gentil con sus senos y tembló un poco al imaginar
que bien serian amados. Ally
definitivamente era una mujer de senos.
Parecía que la mayor parte de su excitación resultaba por acariciar los
senos de Ryan y volvía a ellos una y otra vez al hacerle el amor.
Ryan lánguidamente se inclino contra el cuello de Ally mientras continuaba a acariciando sus senos entre el brassière. Un gemido pequeño se escapo de entre sus labios al sentir las manos fuertes apretar y jugar con sus senos más y más excitados pero sabia que Ally iría a su propio pasó, no importaba que excitada estuviera ella. Ally claramente quería darle placer a Ryan pero su propio deseo era al enfoque de su interacción. Se espero a que estuviera preparada para moverse adelante con su amor, y Ryan sabia que mejor debería de relajarse y disfrutar del paseo. Ally estaba manejando y ella no tenía ningún control de la ruta o el destino.
Deslizo
la mano hacia abajo para tomar el seno de Ally pero sintió su mano ser agarrada
firmemente al oír a su amiga susurrar, —Concéntrate dulzura. Solo siente lo que te estoy haciendo. —Ryan sumisamente obedeció las instrucciones al preguntarse si le seria
permitida tocar a Ally esta vez.
Usualmente era permitido darle placer a su amiga, pero normalmente tenia
que esperar hasta que Ally le había hecho el amor al menos dos veces. Parecía haber una barrera que tenían que
cruzar en orden de que ella pudiera ser receptiva. Algunas veces se quedaban juntas por dos días sin que a Ryan le
fuera permitido siquiera besarle los senos.
Pero Ally obviamente no quería hablar de sus deseos o necesidades. Ryan supuso que había sido violada de niña
pues había ciertos modos en que no toleraba ser tocada. También había ciertas posiciones que Ryan
había aprendido a jamás ponerla. Ally
no podía tolerar estar de espaldas con Ryan encima de ella. La única vez que había tratado se encontró
casi aventada de la cama, así es que tenia cuidado de jamás repetir ese
movimiento. Pero a veces llegaban a un
nivel de intimidad que permitía que Ally bajara sus barreras y acoger el toque
de Ryan sin restricciones. Ryan
claramente amaba esos momentos mas que nada.
Así como le gustaba ser tocada, poder tocar a Ally parecía un
regalo. Concentraba toda su energía en
darle placer a su amiga y a veces hacían el amor tan frenéticamente que era
sinceramente abrumador para ambas. Pero
cada vez que eso pasaba Ally se distanciaba al día siguiente y se mantenía
alejada por al menos tres o cuarto meses.
Ryan reflexiono que la vez pasada que se habían visto se había puesto
muy intimas. Ally estaba más vulnerable
de lo que se podía acordar anteriormente, y en este caso había llorado después
de que Ryan le había hecho el amor.
Pero la experiencia obviamente había sido incomoda pues no volvió a oír
de ella desde ese día de Junio.
Estaba
claro que esta noche Ally no quería que las manos de Ryan vagaran por lugares
prohibidos. Lentamente desenganchó el
cinto de Ryan mientras mantenía su mirada aferrada a ella. Lo jalo de la cintura y rápidamente lo
enredo alrededor de las manos de Ryan y lo apretó fuertemente. Restringiendo
complemente su habilidad de mover las manos independientemente. Gentilmente la aventó a su espalda y amarro
el cinto sobre el brazo de madera del sofá, causando que los brazos de Ryan se
estrecharan completamente sobre su cabeza.
Ryan
suspiro profundamente al sentir que era arrebatada de sus manos cualquier
control que hubiera podido tener con ellas.
Confiaba plenamente en Ally y sabía que esta la tomaba en consideración,
por lo que de pedirle que se detuviera lo haría. No restringía a Ryan del placer que pudiera sentir, sino más bien
quería que se relajara para que lo disfrutara y no sintiera deseos de tener el
control. Y Ryan tenía que admitir que
funcionaba perfectamente. Se abría a
los deseos de Ally y dejaba que su amiga usara su cuerpo para traerlas a ambas
el placer que buscaban.
Ally
se movió hacia abajo para quitarle las botas negras de ferrocarrilero y sus
gruesos calcetines blancos. Paso un
buen tiempo masajeando sus píes, haciendo que oleadas de placer recorrieran su
espina. Ryan estaba tan relajada que sus
extremos se sentían pesados y débiles.
Ally decidió excitarla un poco y levanto el pie de Ryan y empezó a
chupar sensualmente sobre sus dedos limpios y rosados. La sensación de esa cálida y suave boca en
su pie la regresó a su nivel de excitación anterior. Empezó lentamente mover las caderas al esperar que su amiga
hiciera su próxima movida. Sinceramente
esperaba que este tuviera que ver con su vulva, pero tenia un presentimiento
que estaba muy lejos de recibir gratificación.
Pero sorprendentemente Ally empezó a bajarle el cierre a sus jeans. Metió la mano y le hizo cosquillas a su
monte de venus con solo las puntas de sus dedos. Las caderas de Ryan saltaron del sofá y trato de aumentar la
presión pero Ally conocía todos sus trucos.
Suavizo su toque cada vez que Ryan empujaba hacia ella hasta que solo
estaba tocando sus panties.
Se
inclino sobre Ryan y le susurro al oído enrojado, —¿Estas lista para mi,
dulzura?
Ryan
cerró los ojos y empujo las caderas en giros pequeños a la vez que lentamente
asintió.
—Háblame
dulzura. Dime lo que quieres —. Susurró
suavemente
Ryan
suspiro profundamente varias veces antes de poder expresar sus necesidades —. Quiero que me toques Ally. Quiero sentir tus manos sobre mí y quiero
tus dedos profundamente dentro de mí.
—Mmm,
yo también quiero eso dulzura, —murmuró
al capturar el labio hinchado de Ryan chupándolo dentro de su boca
gentilmente. Mordisqueo la tierna carne
por un momento antes moverse a explorar la boca de Ryan con su lengua. Después de algunos momentos tormentosos se
retiro y miro a los ojos de Ryan llenos de deseo. —Te prometo que te daré todo lo que puedas aguantar,
dulzura. Pero no creo que aún estés
lista, —le informo con una nota de
remordimiento en voz profunda — Cuando
deberás estés preparada, me estarás
rogando que te acaricie.
Se
subió encima de Ryan y empezó a besarla de nuevo. La boca de Ryan se abrió
dándole la bienvenida a la lengua cálida de Ally al empezar a explorar la
superficie. Al intensificar los besos
Ryan le dio un irresistible deseo de envolver sus brazos alrededor de la
espalda de Ally y colocarse sobre ella.
Quería satisfacer su repentino deseo salvaje de estar arriba pero sus
manos atadas constantemente la recordaban que este día ella iba debajo, y
permanecería así por el resto de esa noche.
Después
de haberla besado tanto que sus labios se sentían mallugados Ally volvió a
bajar. Se fue al fondo del sofá y tomo
los dobladillos de los pantalones de Ryan y les dio un fuerte jalón. Los jeans volaron de su cuerpo y fueron
rápidamente descartados. Sus bragas se
habían bajado involuntariamente y Ally gentilmente se los volvió a subir
dándole una palmada al estomago de Ryan.
Luego se volvió a subir sobre ella y empezó a besar los pezones de Ryan
a través de su sostén. La presión de su
lengua firme hizo que el material se sintiera áspero sobre la piel delicada de
Ryan. Sus pezones se arrugaron tan
fuertemente que sus areolas casi desaparecieron. Las manos de Ally en ningún momento dejaron de moverse a la vez
que su boca seguía trabajando. Corrió
sus manos por arriba y por abajo del torso de Ryan, tocándola ligeramente,
juguetonamente.
Después
de un buen tiempo se sentó y miro a Ryan un momento. Alcanzo y desato sus manos, rápidamente sentándola. —Baila conmigo, —dijo simplemente al extenderle su mano. Ryan obedientemente la tomo al ser halada a
sus pies. Ally seguía vestida. Llevaba puesto un par de jeans negros y una
media camiseta que tenia un logotipo que leía ‘chica’. Ryan supuso que también traería puesto un sostén
deportivo como no se le veía nada de escote esa noche. Ella solo esperaba fervientemente que antes
de que terminara la noche, ella pudiera averiguar que había debajo de esas
ropas.
Una
melodía lenta y llena de pasión estaba sonando y Ally envolvió sus brazos
alrededor de la cintura de Ryan al tomarle la mano y sostenerla a tu
pecho. Empezó a moverse lentamente
sobre el piso de madera, en perfecto compás a la música. Ryan se sentía mas desnuda que si en
realidad lo hubiera estado. Algo acerca de bailar en tu ropa interior cuando
tu pareja estaba completamente vestida hacia que una chica se sintiera así,
completamente desnuda.
Los
zapatos negros Doc. Martin’s de Ally le aumentaban al menos 8 cm. sobre
la altura de su pareja, pero la diferencia de estatura solo permitió que Ryan
quedara a una altura perfecta para colocar sus propios senos justo por debajo
de los de Ally. La cabeza de Ryan cayo para descansar sobre el hombro ancho de
Ally y suspiro al sentir la cabeza de su pareja reposar gentilmente contra la
de ella. Había algo tan intimo en este
baile tierno que Ryan sintió un gran nudo de emoción en su garganta. Continuaron moviéndose una contra la otra
hasta que se termino el disco compacto.
Al terminar la música se quedaron moviéndose de un lado para otro por
unos largos minutos. Ally finalmente
levanto la cabeza y beso a Ryan tiernamente,
apenas frotando sus labios juntos.
Su mano se levanto de la espalda de Ryan y gentilmente tomo su cabeza
por detrás al lentamente aumentar la intensidad del beso hasta poder sentir las
rodillas de su pareja se debilitaban.
Con
un poderoso movimiento levanto a Ryan entre sus brazos y la cargo hacia el
dormitorio. Ryan alzo las manos para
agarrarse del cuello de Ally al inclinarse para atrás y disfrutar del
paseo. No había sido cargada a su cama
desde que era pequeña y sonrió dulcemente al pensar en todas las mujeres a
quien se lo había hecho. Cuando
llegaron la acostó gentilmente sobre la cama bien tendida y se empezó a
desvestir. Ryan la miro con ojos pesados
y llenos de deseo. Estaba claro que
apreciaba el cuerpo esculpido y trato de demostrar su apreciación con los
ojos. Su mirada fue encontrada con una
sonrisa de suficiencia mientras Ally se exhibió un poco. Se quito la camiseta y se jalo el sostén
sobre su cabeza. Parada allí en sus
jeans se estrecho y arqueo la espalda lánguidamente. Ryan se quedo mirando sus músculos tensos de su espalda y hombros
al sentir que su boca se seco con el instantáneo deseo que pulsaba por su
cuerpo. Le encantaban pocas cosas más
que la sensación de esos músculos flexionando al tocarlos con sus manos y su
boca.
Ally
se dio vuelta para quitarse los jeans.
Su única motivación era exhibir su trasero un poco más pero Ryan le
encantaba la parte exhibicionista de su amiga.
Apreciaba cuerpos magníficos y pensó que era justo que su dueña
apreciara su propio cuerpo también. Se
quito los jeans lentamente al desnudarse completamente. Enseguida paso sus bragas por sus piernas
duras como pierdas y salió de ellos.
Algunos estirones más para el beneficio de Ryan y se metió a la cama.
—Dios
pero si que te vez bien. —Ryan aspiro
al correr sus dedos por las piernas de Ally —.
Jamás he visto tus piernas tan grandes.
—Ally no la detuvo mientras continuaba pasando sus manos sobre los
músculos bien definidos—. Mmm, tus
cuadriceps están como acero —, dijo asombrada al empujar sus pulgares entre los
músculos grandes. Estaba por mover las
manos para sentir la parte trasera de las piernas de Ally cuando bruscamente se
encontró sobre su espalda de nuevo.
—Ya
termino el descanso, dulzura, a regresar al trabajo, —Ally dijo con una mirada
salvaje en los ojos a la vez que se volvió a subir encima de ella. Regreso sus atenciones a los senos
adoloridos de Ryan. Una vez mas sus
pezones se endurecieron rápidamente y Ally soltó una risita entre
dientes—. Al parecer le gusto a
alguien, —dijo al soplar aire fresco
sobre los pezones tiernos.
—Mmm,
les gustas muchísimo. —Ryan ronroneo al
sentir las sensaciones empezar a radiar de sus senos. Ally continuo jugando con los pezones duros a través del sostén
de encaje hasta que Ryan una vez más empezó a girar sus caderas de una manera
llamativa.
Ally
la rodó hacia un lado y desengancho su
sostén y lo levanto de su cuerpo. La
volvió a poner sobre su espalda al inclinarse sobre sus pezones rojos rubí y
les hablo como si estuvieran concientes.
—Se veían tan rojos e inflamados,
—dijo con compasión—. ¿Apuesto
que les encantaría que alguien las aliviara con una bien cálida boca, ¿no es
cierto?
Ryan
respondió por sus pezones al tratar de tomar la cabeza de Ally y jalarla sobre
una de las puntas inflamadas. Pero Ally
era demasiado rápida para ella. Tomo
las manos de Ryan en un firme agarre y las coloco sobre dos de los postes de la
cabecera. Se inclino hasta tocar su
nariz casi contra la de Ryan.
—Mantenlas allí, —gruño.
Ryan
odiaba tener que controlarse a si misma y aunque jamás había revelado este dato
a Ally tenia un presentimiento de que la mujer mas grande lo sabia y la forzaba
hacer eso mismo simplemente para establecer un punto. Era más fácil para ella si Ally simplemente ataba sus manos. Pero a Ally le causaba mucho placer la batalla interna que Ryan luchaba para
obedecer esta orden sencilla, así es que hacia lo posible para obedecer. Agarro los postes firmemente y cerro los
ojos a la vez que Ally bajo la cabeza para cubrir uno de sus pezones adoloridos
dentro de su boca. La lengua cálida y
húmeda era muy tranquilizante y Ryan se
deleito en la sensación. Ally
volvió a soplarles y Ryan sintió algo del calor dejar las tiernas puntas al
sentir el aire fresco pasar por ellas.
Sintió
sus caderas empujar a l vez que su amiga empezó a chupar mas y más de su seno
dentro de su boca. Quería tomar la
cabeza de Ally y empujar su boca más firmemente contra su seno pero estaba
incapaz de hacer por sus manos atadas.
El hecho de que ella misma se estaba restringiendo solo hacia la
sensación aun más deliciosamente frustrante.
Solo deseaba que Ally resbalara uno de esos muslos de piedra entre sus
piernas para poder tener algo de presión sobre su vulva. Era tan exasperante tener a sus caderas
empujar contra nada mas que aire, pero no podía lograr mantenerlas inmóviles,
no importaba cuanto tratara.
Ally
tiro su pierna por arriba de las caderas de Ryan y se sentó, montando sus
muslos. Ryan sonrió a si misma al
sentir esos vellos café oscuro dejar un rastro húmedo al pasar sobre su
pierna. Ally abrió sus brazos y le hizo
un gesto, —Ven acá, dulzura.
Ryan
soltó los postes y se sentó rápidamente, sintiéndose envuelta en los brazos
fuertes de su amiga. —Te juro que eres
más hermosa cada vez que te veo, —susurro al oído al darle un fuerte
apretón. Ryan levanto la cabeza y Ally
empezó a besarla de nuevo, esta vez con un toque tierno, suave y lleno de
emoción. Trajo sus manos al frente para
acurrucar los senos de Ryan y darles un apretón gentil a la vez que sus besos
se profundizaban. Ryan subió las manos
para reposar sobre las de Ally y las presiono más fuerte contra ella misma al
empezar a moverse en un círculo—.
Tienes los senos más perfectos que jamás he tocado, —murmuro
reverentemente al continuar moviendo la carne torturada lentamente entre sus
manos.
Finalmente
movió una de sus manos y la coloco
detrás de la cabeza de Ryan. Levanto su
propio seno con su mano hacia la boca dispuesta de Ryan. —Por favor, —le rogó en voz temblorosa. Ryan agradecida abrió la boca y chupo a Ally
dentro. Soltaron gemidos simultáneos
cuando ambas sintieron el golpe de placer al contacto. La excitación de Ryan subió sumamente al
chupar el seno de Ally con un hambre feroz.
Su clítoris latió al apretar sus muslos juntos lo mas fuerte que
podía. Fue recompensada con los gemidos
suaves de Ally al trabajar con sus senos generosos con sus manos y su
boca. Pero después de muy poco tiempo
Ally le quito su seno y se inclino a besar a Ryan por varios minutos más.
La
cabeza de Ryan estaba dando vueltas del
insaciable deseo al sentir que Ally se rodó de encima de ella. Le dio una sonrisa malvada al lentamente
quitarle las bragas. Ally la volvió
sobre su estomago y Ryan la sintió moverse para tomar algo de la
mesilla. De repente sintió algo frió y
mojado chorrear sobre su trasero, la segunda parte favorita del cuerpo para
Ally. Sus manos fuertes empezaron a
masajear el gel frío en su piel, Ryan ronroneo mientras sus glúteos eran
firmemente manipulados. Al desaparecer
el gel Ryan se sorprendió al sentir el calor empezar aumentar cuando Ally soplo
sobre sus glúteos. El calor siguió
aumentando hasta que Ryan se sintió que había sido palmeada del trasero. Pero tan pronto como se había producido se
empezó a disipar hasta que se volvió a sentir fresco una vez más.
Ahora
Ally goteo más gel sobre Ryan, desde los hombros, por su espalda, sobre sus
caderas y por cada pierna. Uso las manos
para untarla hasta que cada centímetro de piel pero no la froto. En vez, Ryan sintió subirse encima de ella y
empezó a deslizarse sobre su cuerpo con un ritmo increíblemente sensual. Cada vez que Ally retiraba alguna parte de
su cuerpo del de Ryan la brisa fresca que circulaba por el cuarto le calentaba
la piel causando que se retorciera.
Ryan rápidamente se estaba excitando que estaba a punto de deslizar su
mano entre sus piernas y de provocarse el orgasmo. Pero Ally parecía presentir
esto y agarro las manos de Ryan y las extendió bajo sus propios brazos
fuertes. Continuo a moverse contra la
piel hipersensitiva de Ryan, mientras Ryan empujaba sus caderas contra el
colchón.
Finalmente
Ryan no pudo tomar otro minuto de frustración.
Gimió dentro del colchón y rogó ser liberada. —Por favor, Ally, —le suplico—.
Por favor tócame. Te necesito
ya.
—¿Estas
segura que estas lista, Ryan? — Le susurro al oído.
—¡SI!!
—grito—. ¡POR FAVOR!! ¡Te suplico, Ally, déjame venir!
—Esta
bien dulzura, —acordó—. Haz sido muy
obediente esta noche. —Recogió una
toalla chica y rápidamente limpio el exceso de gel de la espalda de Ryan y su
propio pecho y piernas. Ambas temblaron
al sentir el aire fresco y luego caliente al pasar sobre su piel
sensibilizada. Volteo a Ryan sobre su
espalda y sus piernas inmediatamente se abrieron al poner los pies sobre la
cama esperando el toque de Ally.
Ally
subió sobre su cintura, orientada al pie de la cama. Estaba tan húmeda que Ryan podía sentir su humedad extendida por su
estomago. Ryan obviamente tenía
suficiente lubricación pero Ally no podía resistir poniendo un toque de gel
sabor a canela sobre su clítoris. Ryan
casi salta de la cama cuando sintió el líquido fresco tocar su clítoris
ardiente. Pero cuando Ally se inclino y
empezó a soplarle casi salta el techo.
Sus caderas volaron de la cama tan violentamente que por poco le pega a
Ally en la cara con su pelvis. Grito
algunas palabras desconocidas al empujar contra el aire impotentemente. Ally se escabullo mas abajo para mantenerla
quieta y deslizo los dedos sobre la tierna vulva al soltar un gemido de
satisfacción. Apenas había empezado a
mover los dedos para arriba y abajo contra sus labios interiores cuando Ryan
grito su orgasmo. Corcoveo y se sacudió
tan violentamente que Ally tuvo que asegurarse con las manos para poder
permanecer arriba de ella. Pero como
estaba medio inclinada decidió que otro buen soplo no dolería. Miro la vulva de Ryan expandirse por un
momento y justo cuando empezó a tranquilizarse Ally dio otro largo soplido que
paso por lo largo del centro sensible de Ryan.
— Aaaahhhh! AAAAHHHH! —grito al sentir el calor aumentar de nuevo. Cerró las piernas rápidamente y se dio
vueltas hasta desplazar a su torturadora.
Tiro
sus brazos alrededor de Ally y empezaron a luchar en la cama. —¿Qué estas tratando de matarme!!? —jadeo al inmovilizarla temporalmente.
Ally
fácilmente se salió del agarre y volvió aventarla sobre su espalda. Cubrió su cuerpo con el de ella y se bajo
para besar a Ryan varias veces. —Sólo
estoy tratando de complacerte dulzura, —ronroneo—. ¿Qué tal lo hice?
—preguntó con una sonrisita.
Ryan
le sonrió ampliamente al envolver sus brazos alrededor de su cuello. —Estuviste estupenda —, dijo sinceramente al
empezar a besarla por atrás. Estaba
sorprendida de sentir a Ally empezar a someterse a ella y rápidamente redoblo
su ataque. Sus besos se intensificaron
rápidamente al apretar los senos que estaban suspendidos arriba de ella.
—Tocame
ya, —Ally le suplico y Ryan inmediatamente la complació. Ally jamás le había pedido algo que
necesitaba y Ryan ciertamente no se lo iba a negar. La volteo hacia su espalda y se acurruco enseguida de ella. Simplemente por retribución se puso unas
gotas de gel en sus dedos antes de deslizarlos por la vulva empapada de
Ally. Sus piernas se abrieron
rápidamente al agarrar la mano de Ryan y empujar contra ella misma
bruscamente. En solo segundos de
presión firme y empezó a temblar a la vez que su orgasmo le pego. Continúo temblando al mantener la mano de
Ryan, empujándose contra ella otros segundos más. Se quedo muy quieta por unos momentos, finalmente mirando a Ryan
con una sonrisa chueca. —Te hecho una
carrera a la ducha, —dijo al saltar de la cama y corriendo frente su pareja
riente. Se empujaron y dieron codazos
por unos momentos pero Ally le gano como siempre.
Luego
lucharon por la regadera de mano por unos minutos para quitarse los residuos
del gel. —¿Que es esto? —Ryan pregunto con una mirada de éxtasis en
su cara mientras los últimos rasgos fueron lavados de su vulva.
—Es
una loción de moción sabor canela, —Ally respondió—. Sabe a ‘Red Hots’. (Unas gomitas de canela).
—Eres
verdaderamente diabólica, —Ryan la embromo al inclinarse a darle otro beso.
—Y
tu de veras sabes como voltear la cabeza de esta chica, —Ally respondió con una
dulce sonrisa al regresarle el beso.
De
aquí a que se secaron y pararon en la cocina para darse de comer una a la otra
con helado ya eran casi las diez de la noche.
Se volvieron a meter a la cama acurrucándose para dormir. Ryan siempre se sorprendía de lo cariñosa y
acomedida era Ally cuando dormían juntas.
Tenia cada parte de su cuerpo tocando alguna parte de su pareja al
encontrar una posición cómoda. —Buenas
noches, Ryan, —susurro a la vez que Ryan se sintió empezar a relajarse en el
abrazo cálido.
—Buenas
noches Ally, —respondió al voltear la
cabeza para darle un ultimo beso.
Momentos después podía sentirla relajarse y inclinarse contra ella
pesadamente. Ryan suspiro profundamente
y dentro de minutos la siguió al sueño.
*
* * * * * * * * * * *
Jack
entro a su apartamento el viernes por la noche y sonrió al oler pollo asado
desde la cocina. No hay nada mejor que llegar a casa de la escuela y tener a Jamie aquí
preparando la cena para nosotros, pensó alegremente. Se detuvo en seco, cuando se encontró con
una obviamente nueva bicicleta naranja fuerte inclinada contra la pared del
pasillo.
—¿Jamie,
estas aquí? —pregunto.
—Si,
cariño. Estoy aquí. —le respondió desde la cocina—. Entra.
Hizo
lo que le pidieron, pero su mirada confusa permaneció. —¿De quién es esa bicicleta? —pregunto al indicar al pasillo.
—Es
mía tonto, —le respondió al acercarse
para darle la bienvenida—. ¿De quien
más podría ser?
—No
lo sé, —retrucó—. No sabia que te
gustaba andar, y no sabia que tenias una bicicleta, así es que…
—Pues,
si y si, —dijo sencillamente, al envolver sus brazos alrededor de su cuello y
silencio cualquier respuesta potencial manteniendo sus labios ocupados por
varios momentos.
Pero
eso no lo iba a detener. Cuando ella se
retiró, el camino hacia el pasillo y
miro la bicicleta más de cerca. —Parece
ser muy buena, —dijo—. ¿Es nueva?
—Si,
la acabo de comprar esta semana.
—¿Por
qué? —le pregunto al regresar a la
cocina con la correspondencia.
—¿Por
qué, qué? —respondió ella, aunque en
realidad sabia cual era la pregunta.
—¿Por
qué compraste una nueva bicicleta tan
cara? —dijo pacientemente.
—Quiero
empezar andar en bici, —dijo, como si
eso explicara todo.
Pero
Jack en su manera siempre tenaz, presentía algo mas bajo la superficie. —¿Por qué?
—le pregunto firmemente al encontrar la vista de ella, dándole una clara
señal que esperaba una respuesta completa.
—He
decidido que quiero correr en el AIDS Ride en Junio. Eso
deberá de satisfacerlo, —pensó.
—¿Y
por qué harías eso? —pregunto su voz
alzándose un poco—. ¿Y por qué estas
evadiendo la pregunta?
—¿Qué
es tan extraño en el que quiera hacer algo para ayudar una causa buena,
Jack? —respondió—. Hemos tenido suerte de que hemos sido
indemnes de esa enfermedad. Lo menos
que puedo hacer es mostrar mi apoyo haciendo la carrera.
—Jamie,
ambos sabemos que si quisieras apoyar esta causa podrías escribir un cheque que
les causaría desmayos. Esa no puede ser
la razón para hacer algo tan estúpido. —En
cuanto lo dijo sinceramente deseo que las ultimas palabras regresaran a su
boca. Ese deseo aumento cuando vio la
mirada herida en sus ojos—. Perdóname,
Jamie. No quise decir eso, —dijo al acercarse y tratar de abrazarla.
Pero
Jamie no quería nada con él. Le dio la
espalda y lucho para tratar de no llorar.
repetidamente trato de no
hacerle caso a sus atentos a tocarla al tratar de controlar sus emociones. Finalmente se dio la vuelta y lo miro con
ojos tristes. —¿Por qué dirías algo
así, Jack? ¿Estas tratando de
lastimarme?
—No,
claro que no, cariño, —dijo a la vez
que su intento a tocarla fue rechazada una vez mas—. Es que solo parece que hay mas y mas cosas que no me dices. Supongo que me siento abandonado. —refunfuño con una mirada desalentada en su
atractivo rostro.
Jamie
no pudo resistir la mirada triste y admitió que tenía razón. Lo estaba dejando fuera de algunas
decisiones, así es que cedió y lo tomo entre sus brazos. —Perdóname Jack. No es mi intención dejarte fuera. Esto es algo que decidí hacer últimamente. Es importante para mí y quiero tu
apoyo. Supongo que a veces se me olvida
decirte algunas cosas, pero tratare de hacerlo mejor en el futuro.
La
envolvió en un fuerte abrazo y la detuvo por varios minutos. Froto su cabeza entre su cuello y quebró el
hielo preguntando, —¿Quieres volver a contentarnos como lo hicimos la ultima
vez?
Se
rió un poco al inclinar su cabeza para atrás y dándole un beso tierno. —Me encantaría, pero la cena casi esta
lista. Comeremos y luego nos acostaremos
temprano, esta bien?
*
* * * * * * * * * * *
Durante
la cena explico el evento con más detalle.
Estaba reticente de explicar como estaba Ryan intrínsicamente
involucrada, pero decidió tratar de cumplir su promesa a Jack. El nombre de su amiga no fue mencionado
desde su pelea y se sintió algo culpable que su relación con Ryan estuviera
creciendo sin el conocimiento de Jack.
Esta vez menciono el nombre de Ryan y Jack pauso a media mordida, pero
no comento nada. Jamie obedientemente
le dijo todo. Le dijo de su decisión de
hacer el evento, de comprar la bicicleta, del entrenamiento en el
gimnasio. Estaba disgustada consigo
misma por oírse mencionar el nombre cada cinco segundos, pero estaba
determinada de ser completamente honesta.
Jack
hizo algunas preguntas, pero básicamente la dejo hablar. Cuando hubo terminado se inclino hacia atrás
en su silla y la miro por un largo momento.
—Quiero conocer a esta mujer, —dijo sencillamente—. Obviamente se ha convertido en una buena
amiga y parece que están pasando mucho tiempo juntas, así es que me gustaría
pasar algo de tiempo con ella también.
—¿Qué
te parece mañana? —pregunto con una sonrisa—.
Va a traer su bici y vamos ir de paseo.
—Mañana
será, —dijo con una pequeña sonrisa.
*
* * * * * * * * * * *
Se
acostaron tarde esa noche. Jack estaba
profundamente dormido y Jaime lo observo mientras dormía en tranquilo
agotamiento. Habían hecho el amor, y
mientras Jaime no quedó físicamente satisfecha se sentía tranquila acostada
junto a su prometido. Amaba la cercanía
y calidez que le proveía el hacer el amor con él. Muchas veces pensaba que su tiempo más favorito era después de
que Jack había terminado y reposaba entre sus brazos desplomado. Se sentía tan cerca de él, le beso la frente
y abrazándolo fuerte susurró palabras de amor dentro su oído. Se acurruco por atrás de él y descanso su
cabeza contra su espalda al voltearlo a su lado, y lentamente se durmió.
*
* * * * * * * * * * *
Jamie se puso sus nuevos shorts de bici y una
delgada camiseta de manga larga que estaba diseñada para que el sudor no se quede en el cuerpo. Trotó por la sala en sus zapatillas de bici
y hizo algunos estirones ligeros para aflojarse los tendones y cuadriceps. Ryan estaba al llegar dentro de unos minutos
y sabía que estaría a tiempo, como siempre.
Jamie estaba algo nerviosa y Jack parecía estar algo callado. Espero que esto vaya bien. Sé que le caerá bien, si tan solo le
da una oportunidad.
En
eso el timbre de la puerta sonó y fue a dejar entrar a su huésped. Bien,
por fin se cumple mi deseo, suspiro entre si al mirar la alta figura de
Ryan, Me he estado muriendo por ver sus músculos y me los tenia que mostrar
cuando Jack esta aquí. Pero aunque estaba
algo disgustada estaba contenta de ser capaz al fin de poder darle un vistazo
completo. Y tenia que admitir que la
espera valió la pena. La mujer
verdaderamente era una vista asombrosa.
Llevaba puesto un par de calzas de ciclista negros que pronunciaban cada
firme músculo de sus piernas, y una jersey roja y apretada de manga corta
cubierta con logotipos. Su bicicleta
roja grande estaba colgada casualmente de su ancho hombro, su casco negro
colgaba del manillar. Su cabello negro
estaba peinado hacia atrás, dejando libre su cara, y su cara estaba sonrojada
del esfuerzo de haber tenido que cargar le bici por tres pisos de
escalones. Llevaba una sonrisa
deslumbrante en su hermoso rostro al mirar hacia Jamie, —Hola, —dijo
simplemente.
—Es..es..este
¿montaste hasta acá? —Jamie pregunto
incrédula al tratar de resistir el deseo de agarrar la gota de sudor que bajaba
por el lado de la mejilla de Ryan.
—Aja,
supuse que como tenía que meter cien
millas más o menos los fines de semana, este seria una buena y fácil manera de
hacerlo.
—Pásate
y te traeré algo de beber. Parece que
lo necesitas, —dijo riéndose—. Cariño, aquí esta Ryan, —dijo hacia la
pequeña oficina de Jack.
Salió
con una mirada confusa en su rostro.
Miro a la figura frente de él y sacudió la cabeza un poco, —¿Montaste
hasta aquí? —le pregunto con una
sonrisa al extender su mano.
Ryan
lucho por un momento para quitarse el guante rellenado, pero finalmente logro
quitárselo y tomo la mano aun extendida.
—Dispensa, estoy algo sudada, —dijo al tomarla.
Jamie
salió de la cocina con una botella de agua fría, que fue aceptada con
agradecimiento. Ryan le quito la tapa
y se llevo la botella a su boca. Al inclinar su cabeza hacia atrás para
tragarse el agua fría Jack le dio un vistazo a escondidas. WOW, se
maravillo, podría ser una modelo, o
algo. Bueno una modelo para una revista
de estado físico, no podría pasar como una cosita delicada para nada, reconsidero
mientras Ryan dejo caer la botella vacía contra su muslo y resoplo con
satisfacción. —Vaya esto si que cayo
bien, Jamie. Gracias.
—Por
nada, —Jamie sonrió—. Me sorprende que no trajiste para el paseo.
—Oh,
si traje, —Ryan admitió—. Pero me la
tome a medio camino. A veces no pongo
atención al cambio de clima entre la ciudad y la península. Estaba frió y neblinoso cuando salí de la
casa esta mañana y no comprobé el clima antes de salir. Seguro esta 10 grados más caliente aquí que
en casa.
—Dame
tus botellas de agua y te las volveré a llenar. —Jamie ofreció.
Ryan
le paso dos botellas vacías de las jaulas de su bici. —¿Puedo hacer una paradita antes de volver a salir? —pregunto.
—Claro. Esta por el pasillo, enseguida de la
oficina, —Jack respondió. Jamie se
retiro hacia la cocina para completar su tarea y Jack la siguió pegadado a sus
talones.
—Dios
Jamie, no había notado antes que hermosa es, —susurro entre su oído mientras
ella estaba inclinada sobre el fregadero.
—Tal
ves solo sea que te guste verlas todas sudadas, —dijo riéndose entre
dientes. Yo se que a mi me gusta, pensó sarcásticamente—. Tienes ese sentido de obligación común de
los hombres de tratar de convertirla para tu equipo? —le pregunto con una risita entre su oído.
—No,
yo no, pero muchos hombres seguro que si.
—¿Por
qué tu no? —le pregunto, su frente fruncida.
—Uno,
porque no es mi tipo. Dos, porque tengo
mis manos llenas contigo. No puedo
tomar trabajos extras, —dijo al inclinarse un poco para darle un beso en su
boca sonriente. Jamie se quedo algo
sorprendida cuando empezó a besarla en serio.
Una mano se subió por su torso mientras la otra bajo para acunar su
trasero vestido en licra. Estaba por
empujarlo de su lado cuando miro a Ryan en la entrada.
*
* * * * * * * * * * *
Jamie
pensó en el beso por un momento mientras terminaba de rellenar las botellas y Jack
regresaba a la sala para charlar con Ryan.
Eso fue raro. Normalmente él es tan reservado alrededor de otras personas. Casi
parecía como que él quería que ella lo viera, como si estuviera marcando su
propiedad sobre mí. Se reprendió brevemente: no tienes que analizar todo Jamie. A lo mejor sólo sintió ganas de
besarte en ese momento. Y de meterte mano en frente de tu amiga lesbiana,
le advirtió su lado desconfiado. Ryan alzó su bicicleta hasta su ancho hombro
mientras Jack hacía lo mismo con la de Jamie.
¾Jack, la traje aquí yo sola ¾discutió¾. Estoy segura que puedo bajarla
de la misma manera.
¾Estoy seguro de que puedes, amor
¾acordó él¾, pero yo estoy acá y quiero
ayudar ¾afirmó galantemente.
Cuando
Jamie se acomodó sobre la bicicleta, él se inclinó hacia ella y le dio un beso
de despedida.
¾Realmente podría necesitar tu
ayuda cuando vuelva ¾admitió ella¾. ¿Si toco el timbre bajarás?
¾Absolutamente ¾él accedió¾. Ahora tengan cuidado ustedes
dos. Hay mucho tránsito los sábados.
¾OK padre ¾bromeó Jamie.
¾Yo la cuidaré Jack ¾dijo Ryan en el mismo tono de broma. Jamie
creyó ver un pequeño destello de irritación cruzar el apuesto rostro de Jack,
pero decidió ignorarlo.
*
* * * * * * * * * * *
Se pusieron en camino y empezaron su corto
recorrido al campus de Stanford. —¿Haz
venido mucho por aquí? —Le pregunto a
Ryan.
—No,
en realidad no, —Ryan revelo—. He ido
algunos eventos atléticos pero eso es todo.
De hecho no estoy segura que haber estado aquí durante el día.
—Pues
tienes suerte porque conozco este lugar como la palma de mi mano,
—admitió. Al poner su computadora de
distancia a cero le pregunto—. ¿Así es
que pasearemos 25km hoy, entrenadora?
—Si
crees que eres capaz, —Ryan respondió—.
Sé que torture tus piernas ayer y quiero que pongas mucha atención a
como te sientes, —la advirtió.
—Pues
mi trasero se siente bien y si permanecemos sobre terreno llano creo que estaré
bien.
—Bueno. Este es exactamente el tipo de paseo que
quiero que hagas los sábados. Es bueno
que vengas a la península los fines de semana.
Es el lugar ideal para que hagas las largas distancias. Berkeley tiene demasiadas colinas, solo si
te quedas cerca del campus y eso parece como si estuvieras chupando una pipa de
gases de combustión.
—Esa
es una imagen muy linda. Estoy segura
que lo tendré en mente cuando monte a clases el lunes, —se río.
Pasearon
por las calles alineadas de palmeras del campus que estaba relativamente
silencioso. Nunca había mucha actividad
los sábados cuando los Cardenales jugaban un juego fuera y como el juego de hoy
era contra UCLA parecía que una parte sustancial de los estudiantes
universitarios había viajado a Los Ángeles o estaban viendo el juego desde sus
dormitorios. Ryan siempre había pensado
que era demasiado precioso que la mascota de la universidad fuera un
color. Pero suponía que eso era parte
la mística de Stanford. El lema de la
universidad podría haber sido ‘Se completamente único’, pensó. —¿Oye tu sabes por que el mascota es un
color? Ryan pregunto, esperando que su
amiga supiera algo de la historia.
—Oh,
no siempre fue un color. Hace como
veinte años había un montón de protestas sobre el tratamiento de los Indios
Nativos en la región de la Bahía. Un
grupo de protestantes hasta tomo mando de la isla de Alcatraz y la tuvo por un
buen tiempo. Así es que el tema de los
Indios Nativos era muy caliente. La
mascota de Stanford era un indio en aquellos tiempos y después de mucha
discusión y muchos argumentos grandes decidieron en mantener algo sencillo y
decidieron en un color.
—¿Cómo
sabes eso si fue hace veinte anos?
—Aún
escucho sobre eso de algunos de mis parientes.
Un tío tatarabuelo en particular piensa que eso era el principio del
ocaso de la civilización occidental, —dijo con una risa irónica.
—¿Como
es que conoces tanto de Stanford? —Ryan
pregunto mientras paseaban.
—Bueno,
ambos de mis padres vinieron aquí y la familia de mi madre tiene conexiones muy
fuertes.
—Mmm,
—dijo Ryan con una sonrisa de complicidad—.
Dado a lo que me haz contado de tu familia debo de suponer que eso
significa que algunos de estos edificios llevan tu nombre.
Jamie
le dio una mirada rápida pero luego se rió un poco al admitir,
—Sorprendentemente no. Mi familia es
más aficionada a patrocinar decanos en varias disciplinas. Creo que se sentía que tener un edificio
nombrado por ti estaba bien pero solo personas en el campus conocerian tu
nombre. Pero cuando un profesor es
recipiente de la silla directiva de ‘Putnam Barreto Smith de Humanidades’ él o
ella usa ese titulo en todas las publicaciones profesionales. Mucho más notoriedad, —le informo a Ryan con
un giro de los ojos.
—¿Smith
eh? —Ryan dijo al acercarse—. ¿Podrías ser más WASP (White Anglo Saxon
Protestant)*NT
—No
lo creo, —Jamie admitió.
—¿Qué
no tienes algún Sepnoski o Liebowitz o Hudek o Anonioni o hasta algún Murphy en
tu familia?
—No,
la familia de mi madre vino de Inglaterra en 1650 y se han quedado con su
propia gente exclusivamente, por lo que he podido ver. La familia de mi padre también vino de
Inglaterra poco después de la guerra Revolucionaria.
—Eso
es increíble, —Comento Ryan con interés—.
¿Cómo sabes tanto de tu familia?
—
A los Wasps les encanta investigar su genealogía, —dijo con una
risa—. La madre de mi madre contrato
alguien que investigara nuestro árbol genealógico. Esta todo encuadernado en un libro tapizado con cuero.
—Eso
es genial. —Ryan dijo—. Bueno muéstrame algo con el nombre de tu
familia.
—Esta
bien, —respondió. Pedalearon por el
patio principal y bajaron de las bicis.
Caminando hacia un arco de piedra muy impresionante por donde Jamie guió
a su amiga curiosa hasta llegar a un grande conmemorativo que estaba localizado
en el interior de la arcada—. Aquí
tienes, —dijo al apuntar al conmemorativo con un gesto dramático.
La
inscripción decía que el arco fue sustancialmente remodernizado y reparado
después del terremoto de Loma Prieta con la ayuda de los contribuyentes
generosos listados. Ryan ojeo los
nombres buscando Smith e indico un ‘Roger B. Smith’. —¿Este es de tu familia?
—Aja. Ese es un primo. Pero no era eso lo que te quería mostrar. —Ryan le dio una mirada perpleja e indico el
principio del alfabeto. Después de unos
segundos de ojear Ryan volteo hacia ella con una sonrisita linda—. ¿Son Estos
tus padres?
—Aja.
—¿Por
que están listados separados? —Ryan
pregunto al considerar los nombres de James S. Evans y Catherine D. S. Evans.
—Mmm,
no estoy segura, —admitió—. Supongo que
cada uno hizo su contribución de sus fondos separados y no querían compartir la
fama.
Ryan
le tiro una mirada par ver si estaba bromeando, pero era obvio que su amiga no
solo hablaba en serio, sino que no pensaba que esa actitud fuera extraña. Era una lucha tratar de no comparar lo
modelos de su propia familia a la familia de los Evans pero Ryan no podía
comprender por que no hubiera querido listar su nombre junto con el de su
esposo. Parecía terriblemente extraño
para ella pero no quería darle mucha importancia, así es que reservo su opinión
a si misma. —Este es un arco bastante bonito,
—dijo al mirar a su alrededor.
—Si
lo es, —Jamie acordó—. Tal vez ya lo
sepas la Universidad fue fundada por Leland Stanford y su esposa, Jane Lathrop
Stanford. Solo tuvieron a un hijo,
Leland Junior. El murió poco antes de
sus 16 anos y decidieron crear y dedicar la Universidad a el. El nombre verdadero es Universidad de Leland Stanford Júnior.
—No
sabía eso, —dijo Ryan —. Ese si que es
un monumento.
—Si. La Sra. Stanford era una mujer muy
impresionante. El arco era uno de sus
toques personales. —Jamie guió a su
amiga al frente de la estructura.
Indico las esculturas de piedra que se alineaban en el arco, e indico
que cada uno llevaba un pequeño corazón en su centro. —En realidad dedico el resto de su vida para hacer la universidad
una de las mejores en el país. Seguro
extraño a su hijo muchísimo, pero en realidad la admiro por hacer algo positivo
en su nombre más que si hubiera estado de luto por él.
Ryan
estaba estudiando el arco y Jamie la observo mientras sus dedos elegantes
suavemente acariciaba uno de los corazones esculpidos. Su compañera estaba muy callada al
contemplar la estructura. Finalmente
dijo, —¿Así de difícil que fue perder a mi mama es la orden natural de las
cosas, cierto? —Pregunto al encarar a
Jamie—. Un hijo debe de sobrevivir a
sus padres. Pero no me puedo imaginar
que devastador seria perder tu única criatura a tan joven edad, —dijo calladamente.
La
triste nostalgia en esos ojos azules claros causo que Jamie inconscientemente
pusiera su mano en la parte baja de la espalda de Ryan en un intento de
consolar a su amiga. Ryan puso su brazo
sobre sus hombros y le dio un abrazo gentil.
—Gracias por haberme enseñado esto, —dijo suavemente.
—¿Te
gustaría visitar la Iglesia Conmemorativa?
—le pregunto—. Es donde mis
padres se casaron.
—Claro, —Ryan contesto alegremente al mover su brazo
de sus hombros.
—Esta
por atrás de este patio interior,
—Jamie le informo mientras caminaban.
Momentos después estaban paradas dentro de la hermosa iglesia sin-denominación*
NT2. La cabeza de Ryan estaba
inclinada hacia atrás mirando las magnificas vidrieras de colores que la
rodeaban.
—¡Esas
son excepcionales! — susurro al
acercarse Jamie.
—Si,
este lugar es muy especial. —Acordó en
voz baja, aunque eran las únicas en el edificio—. Las inscripciones en las paredes son de los escritos de la Sra.
Stanford, —le informo a Ryan—. Algunas
son muy hermosas.
Ryan
estaba obviamente fascinada por la iglesia y Jamie la dejo vagar. Se sentó en una de las bancas para descansar
sus piernas pero se encontró mirando a Ryan sigilosamente al parar frente cada
inscripción. Cuando miro a su amiga
parada frente una inscripción en particular por un buen tiempo Jamie finalmente
camino hacia ella y lo leyó.
—Ryan
volteo hacia ella lentamente y leyó en voz alta —Estas son las palabras de alguien que conoce el dolor... pero
se negó a que la poseyera.
Jamie
le dio una pequeña sonrisa y reflexiono sobre las palabras de nuevo:
Hay muy pocos en este mundo
libres de preocupaciones, ninguno, pero cargan con el dolor. Y si a todos se les pidiera que
hicieran un paquete de sus problemas, y
tirar el paquete sobre una pila común, y luego se les solicitara ir y escoger un paquete que estuvieran
dispuestos a cargar, todos seleccionarían su mismo paquete de nuevo.
¿Tus penas serán grandes, cargas
pesadas, pero mira a tu alrededor y con quien cambiarias?
Estaba
pensando profundamente cuando sintió la mano cálida de Ryan en su hombro. —¿Estas bien? —pregunto gentilmente.
—Si,
si, —dijo al sacudir la cabeza un poco—.
Estaba pensando de qué suerte he tenido. Quiero decir, me siento como que si nunca he sufrido una pena tan
terrible o conocido problemas serios.
Ryan
le dio un abrazo gentil, al inclinarse y susurrar, —No te apures, Jamie. Si vives lo suficiente ya conocerás tu parte
—. Alzo la mirada hacia su amiga y reposo su cabeza contra el hombro ancho por
un segundo. Repentinamente le pego—no
estaba comentando tanto de su vida encantada, estaba deseando fervorosamente que pudiera quitarle la mirada
triste y perdida de los ojos azules de su amiga cuando pensaba en sus
perdidas. Pero no se sentía segura de
compartir estos pensamientos con Ryan, así que solo le dio un suave apretón y
se sentó a esperar hasta que su amiga hubiera terminado de explorar la iglesia
Cuando
salieron afuera, el sol estaba brillante.
Jamie indico algunos lugares que tenían que ver con la historia de su
familia, incluyendo un lugar bajo un hermoso secoya donde su padre había pedido
el matrimonio a su madre—. Eso es estupendo Jamie, —se maravillo—. ¿Que edad tenían tus padres cuando se
casaron?
—Mi
madre solo tenia veinte años cuando me tuvo a mi, así es que supongo que tenia
diecinueve cuando se casaron. El tenía
veinticuatro.
—¿Qué
edad tiene Jack? —Ryan pregunto
pensativamente.
—Tiene
veinticuatro, —Jamie respondió.
—¿Y
para cuando se casan?
—Durante
el verano después de que me gradué, —Jamie respondió—. Quiero tener toda la experiencia
universitaria de mujer soltera. Y
quiero que Jack tenga al menos un año de trabajo bajo su cinto.
—¿Ya
sabe donde va estar trabajando? Ryan
pregunto.
—Si,
mas o menos. Lo que en realidad quiere
es trabajar como Secretario del Tribunal Supremo después de graduación este
verano. Pero eso lo puede llevar a cualquier lugar. No puede ser muy melindroso en cuanto al lugar. Quiere el Juzgado Federal de Apelaciones del
Noveno Circuito. Esto lo tendría en la
región occidental, pero puede ser en Montana o hasta Hawai. Es por eso que no me quise casar después de
su graduación.
—¿Wow,
no será eso difícil sí esta tan lejos?
Al
parecer por primera vez Jamie considero esto.
—Mmm, supongo que si pero es lo que él quiere y le ayudara a la larga en
cuanto a sus perspectivas para su carrera.
Por
la segunda vez ese día Ryan se mordió la lengua en vez de comentar sobre los
modos raros de esta gente de la Península.
—¿Cuales son sus planes después de que termine el servicio social? —Ryan pregunto.
—Es
bastante obvio que le ofrecerán trabajo con Morris & Foster, —Jamie respondió.
—¿Para
cual buffet trabaja tu papá? —Ryan
pregunto casualmente.
—Ese
seria Morris & Foster, —Jamie admitió sonrojándose.
—¿No
estoy de entrometida, verdad? —Ryan
pregunto algo preocupada.
—No
para nada. Sé que Jack tiene mucha
aptitud. Solo parece como una
oportunidad por nepotismo aunque sepa que no lo es. Supongo que soy sensible a lo que la gente percibirá de mí de
cierta manera.
—Yo
ciertamente no te percibo como nada mas que una mujer que trabaja duro, quien
estoy segura jamás se casaría con un hombre que no trabajara duro, ni tuviera
aptitud, —Ryan dijo con seguridad.
—Aparte de la sencilla razón que tu papá trabaja para el buffet no es
gran cosa. ¿Digo es un lugar muy
grande, no?
Jamie
giro los ojos un poco al revelar.
—Sí, ciertamente es muy
grande…pero mi papá no solo trabaja allí.
Él es el socio administrador. Es
como ser el Director de un negocio.
—Oh…este…pues,
seguro que de alguna manera eso será más difícil para Jack. Lo último que tu papá quiere es contratar un
estúpido y pensar que es simplemente nepotismo.
—Gracias,
Ryan. —Jamie respondió con alivio—Es
solo que sé que la gente piensa que todo me viene tan fácilmente, y que mis
padres me dan todo lo que yo quiero. —admitió—. Me preocupo de que la gente
piense que Jack consiguió el trabajo porque yo lo exigí.
—Yo
sé que eso no es cierto, —Ryan respondió seriamente—. El dinero no puede comprar todo, Jamie. No te puede comprar grandes cuadriceps! —Esta ultima frase vino
de sobre su hombro al dar salir a toda velocidad dejando a Jamie en el polvo,
una risa suave siguiéndola.
—¡Pensé
que la clave de este lento paseo era larga distancia! —Jamie jadeo al finalmente alcanzar la forma de Ryan que había
disminuido el paso.
—Lo
es Jamie, —dijo seriamente—. ¿Por que querrías ir rápido? —Pregunto con una cara de inocencia.
—Es
obvio que creciste con hermanos, Ryan O’Flaherty, —enfurruño.
—Si.
¡A veces es extremadamente obvio! —Ryan
la embromó antes de salir disparada como relámpago.
*
* * * * * * * * * * *
Completaron
los 25 kilómetros programados con otras pocas carreras. De aquí a que regresaron al apartamento
Jamie definitivamente se estaban empezando a endurecer sus músculos —, no creo
que podría ir otro kilómetro — gimió. Ryan se miraba fresca como una flor,
claro, y esto irritaba a Jamie un poco—.
Sabes, al menos podrías tratar de no verte como si te la hubieras pasado
tirada en la playa toda la tarde.
Ryan
se rió y hizo lo posible para mirarse agotada y sucia. Se arrastro hacia el timbre y lo pulso
varias veces. —Parece que Jack salió,
—dijo finalmente después de tres intentos—.
Y yo que lo iba a sobornar a que me cargara arriba, —Jamie gimoteo.
—Pues,
eres demasiado pesada para una pobre y cansada mujer como yo. —Ryan embromo—. Pero te puedo ayudar con
esto. —En eso se inclino y tomo el
cuadro de la bici en un fuerte brazo y la levanto sobre su hombro. Agarro la llanta con su mano para
balancearla y luego repitió lo mismo con su propia bici. Volteo y sonrió a la sorprendida
Jamie—. Adelante princesa. Jamie subió los escalones rápidamente,
extrayendo una llave de un pequeño, bolso oculto en sus shorts de bici. Mantuvo la puerta completamente abierta para
que Ryan pudiera entrar con su carga.
Cuidadosamente se agacho y puso las cuatro llantas sobre el piso a la
vez que Jamie delante de ella y los balanceos de los manillares.
—Gracias,
Oh poderosa, —dijo al inclinarse en elogio.
—Oh,
eso no es nada. —Ryan respondió
casualmente—. Seguro te podría haber llevado encima, pero hubiera trastornado
mi centro de gravedad.
—¡Si
como no! —Jamie la embromo junto con un
pequeño codazo en la barriga—. Oye,
—dijo seriamente al volver a darle un codazo y encontrarse contra firme
resistencia—. Puede que tengas razón,
—maravillo—. Pensé que habías dicho que tu estomago estaba fofo, —la reprendió.
—Estoy
segura que jamás dije eso, —Ryan la aseguro con una risita—. Lo que dije fue
que yo tenía una capa mas gruesa de grasa abdominal de la que tú tienes pero
mis abdominales están en estado perfecto aunque lo diga yo misma. Manteniéndolos en buen estado ayuda
muchísimo para montar bici.
Jamie
estrecho la mano para volver a palmearla de nuevo. —Pues si están firmes,
—admitió, deseando que Ryan se subiera la camiseta para darle un vistazo—. ¿Como conseguiste estar tan firme? ¿Haces las mismas abdominales que me
enseñaste?
—Si,
algunas veces, —aconsejo—. Pero me
gusta retarme a mi misma un poco y he ideado algunas torturillas que no creo
que te gusten, —dijo con una sonrisa.
Jamie
cruzo los brazos sobre su pecho y la miro con el ceno fruncido. —¿Como que,
Srta. Soy la hermana gemela de
Superman?
—Bueno,
mi nueva favorita es yacer sobre una banca inclinada y hacer algunas flexiones.
—Eso
no se oye tan difícil, —Jamie dijo burlonamente.
—No,
esa parte no es difícil. Pero tengo a
alguien que me tira una pelota medicinal al estomago mientras las estoy
haciendo, —dijo con una mirada casual.
—¡QUE!? ¿Una de esas, pesadas, llenas de arena,
pelotas de cuero?
—Aja,
—dijo alegremente asegurándose de nuevo la cola de caballo, tratando de sofocar
una sonrisa a la expresión de asombro de Jamie.
—No
creo que te lo creo, —por fin murmuro.
Ryan
jamás podía resistir un reto. Se
enderezo y miro a su amiga con una mirada atrevida.
—Pegame.
—¿¡Que!?
—Pegame,
—repitió—. Pégame en el estomago—lo mas fuerte que puedas.
—¡Ryan!
¡No puedo hacer eso! ¡Te lastimaría!
Ryan
le dio una sonrisa maligna al burlarse, —No lo creo.
—¿No crees que te pueda lastimar? —pregunto incrédulamente—. ¡No soy tan débil como me veo!
—Pruébalo,
—demando, sus ojos azules chispeando.
—¡Bien! Jamie echo humo, completamente insultada con
su amiga por tratarla como una enclenque.
Ryan tenso su abdomen y saco la barbilla en desafío. Jamie jalo su brazo para atrás y le dio un
golpe a media capacidad. Había cerrado
sus ojos al dar el golpe para no ver el dolor en el rostro de su amiga. Pero cuando abrió los ojos Ryan no solo no
estaba adolorida sino que estaba
riéndose de ella.
—¿Eso
es todo lo que tienes? —se burlo.
—¡Quieres
mas? ¡Te daré más! —Esta vez mantuvo los ojos abiertos al
hacerse para atrás y mandar su puño justo al estomago con toda la fuerza que
podía generar. Pero a su impacto sintió
como si le hubiera pegado con la mano a una pared de ladrillos. Solo que esta pared le estaba sonriendo
malignamente.
—Eso
estuvo mejor, —dijo—. ¿Quieres cambiar?
—¡Estas
sinceramente loca! —dijo irritada, o
más bien indignada de que no fuera capaz de lastimar el cuerpo de Ryan ni su
actitud. Pero así como ese pensamiento
le dio se pego la cabeza—. ¡Hiciste que
quisiera lastimarte! —con una
bocanada—. ¡Jamás le he pegado a nadie
con intención!
Ryan
tiro su brazo sobre sus hombros y le dio un fuerte abrazo. —¡Vaya si que te perdiste de mucho no haber
tenido hermanos! ¡Si alguno de nosotros
no estaba sangrando o llorando al final del día nos sentíamos incompletos!
—Pues,
yo ya he tenido suficiente, —refunfuño—.
¡No quiero que vuelvas a mofarte de mí ni quiero volver a pegarte
jamás! ¿Estas segura que no te lastime?
—Para
nada, —declaró. Alcanzo y tomo la mano
derecha de Jamie y examino cuidadosamente su muñeca—. ¿No te lastimaste tu verdad?
—le pregunto solícitamente.
La
mujer más pequeña sacudió su mano fuertemente un par de veces. —No, pero si pica un poco. ¿Y como es que lograste hacer que tus
abdominales estén tan duro?
—Nada,
más que trabajo duro, amiga. —Ryan le
dio una mirada al pequeño temblor en los muslos de Jamie—, Es tiempo para un
masajito, Buffy. —ordeno—.
—Oh,
la parte favorita de cualquier ejercicio, —Jamie dijo entusiasmada.
*
* * * * * * * * * * *
Jack
entró al apartamento cuando Ryan estaba terminando de masajear los tendones de
Jamie. Su cara se miraba amistosa, pero
algo impasible, en la opinión de Jamie.
Por favor que esto no le
moleste. —Hola cariño. ¿A donde fuiste? —pregunto alegremente.
—Tuve
que correr a la librería por unos minutos.
Siento que no estuve aquí para ayudarte subir la bici.
—Deberías
estarlo, si que necesitaba que me dieras una mano, —mintió. Miro hacia Ryan a ver si su mentira causaba
una reacción, pero la cabeza de Ryan estaba bajada concentrando en su tarea—.
Ryan es una terapeuta de masajes, —Jamie agrego,
aunque Jack no había comentado sobre sus actividades.
Se
esforzó a expulsar los pensamientos de Ryan dándole a una mujer un masaje
intimo desnudo, y dijo débilmente, —Ah,
que bien.
Jamie
estaba contenta de que el contacto tan íntimo con Ryan no pareciera molestar a
Jack. Tal vez si sé este acostumbrando a ella, pensó con esperanzas.
*
* * * * * * * * * * *
Mas
tarde por la noche Jack estaba encima de ella, reclamándola con una urgencia
que se sentía extraña en su intimidad, Jamie se pregunto si Ryan seria la
causa. Cualquier sea la causa, pensó ella, esto es algo muy bueno.
*
* * * * * * * * * * *
Temprano
al día siguiente mientras Ryan estaba estremecida entre los brazos de Ally le
dio gracias a los dioses que había
pedido que fuera tratada gentilmente el viernes por la noche. Por
dios, si me hubiera hecho esto el viernes hubiera tenido que cancelar nuestro paseo. Ni estoy segura que podré montar mi Harley a
casa. Ni modo, pensó al dejarse
llevar por el sueño, se que no podría
escoger cual de tantos orgasmos regresar, así es que me quedare con todos!
* * * * * * * * * * * *
No
solo no tuvieron un desayuno tardío antes de su cita con Mark, apenas lograron
llegar al gimnasio a medio día. Ryan
hizo su trabajo automáticamente y al término de la hora no estaba seguro si le
gustaba Ally o no. Pero felizmente
acordó cambiar y le dio a Ryan un gran
beso de despedida y le deseo buena suerte.
Ryan
miro a Ally entre ojos enrojecidos y gimió, —¡Si no le doy de comer a este
pobre cuerpo abusado me voy a desmayar!
—Tenemos
tres horas antes de nuestra próxima cita.
Te disparo el almuerzo, dulzura.
¿Qué te gustaría comer?
—Cualquier
cosa mientras sea rápido, —respondió.
—Ally
no la tomo en serio. Sabía que Ryan
necesitaba nutrientes para poder durar todo el día y la llevo a un café pequeño
en Market que se especializaba en comida vegetariana. Ryan ojeo el menú y trato de encontrar algo que no le
apetecería. No tuvo éxito y ordeno un
omelet de queso y champiñones con una ensalada de fruta. También pidió un vaso grande de jugo de
naranja y café. Ally pidió un omelet de
clara de huevo y avena, su desayunó normal.
Ally
corrió a usar el baño y Ryan se distrajo pensando sobre su relación. Se le ocurrió que no habían compartido una comida juntas en un restaurante en años. Ally
fue la que sugirió que comiéramos juntas, reflexiono. Y
ambas noches me dejo tocarla mucho mas pronto de lo normal. ¿Me pregunto que esta pasando? Y simplemente supuso que me quedaría todo el
fin de semana. Normalmente no extiende
ese tipo de invitación. ¿Estará
cambiando las reglas? ¿Y lo más importante, quieres que las cambie?
Fue
jalada de su ensueño por un beso ligero en su mejilla de Ally al pasar para
tomar su asiento. —¿Me extrañaste? —pregunto con parpadeo en sus ojos.
Ryan
le dio una sonrisa dulce y alcanzo para tomar su mano ligeramente al
honestamente responder, —Siempre.
Ally
inclino su cabeza y parecía que iba preguntar que quería decir eso pero
obviamente decidió no seguir el tema.
—Cuéntame más sobre este nuevo trabajo.
Ryan
le dio un poco mas de información sobre ‘Women Power’ y le dijo como fue
que le llego la oportunidad.
—¿Es
esa la misma mujer con la que fuiste de paseo?
—Le pregunto.
Ryan
estaba sorprendida que se hubiera dado cuenta de ese detalle. —Si, si lo es. Es una mujer de mi clase de ‘Sexualidad Lesbica’ en la
universidad.
Ally
solo sacudió la cabeza al oír eso. —¿Tu
crees que ofrecen esa clase en escuelas normales o solo en Berserkely?
—pregunto, usando el apodo juguetón para el campus ultra-liberal.
—Creo
que probablemente sea común en la grandes universidades liberales, pero no creo
que es lo normal de ninguna manera, —admitió.
—Se
oye como una Buena manera de ligar a mujeres, —dijo con un gruñido—. ¿Haz tenido suerte aparte de esta tal Jamie?
—Si,
he tenido un par de noches buenas con algunas compañeras, —admitió—. Pero no con Jamie. En realidad no es gay.
Esta comprometida con un tipo que va a Stanford. Por eso es que estamos paseando en Palo
Alto. Ella va allá los fines de semana
para quedarse con él.
—Aja,
—Ally dijo con sonrisa cómplice—. Todas
las chicas hetero toman clases sobre Sexualidad Lesbica. Y sobre todo quieren
pasar tiempo contigo.
—No,
en serio, Ally, es hetero, —Ryan pacientemente explico.
—¿Cuantas
mujeres hetero son amigas tuyas, Ryan?
—le pregunto directamente.
—Mmm…—Ryan
frunció el ceño al repasar la lista de amigas.
Se miraba disgustada cuando al final admitió—. Ninguna.
—Exacto. Y estoy suponiendo que no es porque no te
gustan mujeres hetero. Pero la mayoría
de mujeres hetero se sienten incomodas al sentirse cerca de una lesbiana
solamente si quieren cambiar—al menos temporalmente. Te garantizo que quiere más de ti que tu amistad, —pronostico.
—Mmm,
no se como me sentiría sobre eso, —Ryan reflexiono—. Creo que me gusta
demasiado como para tener una aventura con ella. Creo que destruiría nuestra amistad.
—¿Es
atractiva?
—Oh,
si, —Ryan dijo con una risa juguetona—.
Es completamente linda. Mas o
menos 1.64 m, delgada pero esta empezando a formar buena musculatura, rubia,
ojos verdes claro, una boquita de puchero…
—Esta
bien, esta bien, —Ally dijo con una risa al subir las manos—, ¡Ya
entiendo! —Miro a Ryan por otro largo
minuto y agrego—, Si algún día la secuestran espero que los policías te
pregunten a ti por su descripción.
Ryan
se sonrojo un poco ante la implicación.
—Simplemente soy observadora, —dijo algo defensiva.
—Oye,
no me tienes que convencer a mí, —Ally le recordó—. Pero si yo fuera su novio la mantendría lejos de ti, —dijo
firmemente al palmear la mano de Ryan—.
La Madre Teresa cambiaria por ti, dulzura, —dijo con cariño.
—Esta
muerta, Ally, —Ryan le recordó.
—No
importaría bebe. ¡Tú lograrías revivir muertos!
*
* * * * * * * * * * *
El
lunes por la mañana se encontró Ryan bajo el cuerpo extendido de Ally. Después de la cita de las 4 PM, Ryan había regresado a su casa para la cena
pero en cuanto los platos estuvieron limpios, empaco sus cosas en su mochila y
se dirigió a la casa de Ally. Se habían
pasado la noche haciendo el amor con casi la misma pasión que las había poseído
el sábado por la noche y Ryan casi estaba por apagar su alarma de reloj y
simplemente quedarse allí acurrucada.
La
alarma insistente las despertó a ambas y Ally gateo sobre ella para ir al baño
mientras Ryan peleaba una pequeña guerra con su bien escondido lado
perezoso. Al regresar se acerco a Ryan
y empezó a acariciarle el estomago en una manera acogedora. Ryan sabia que si empezaban de nuevo
perdería todo el día, le dio un beso y gentilmente palmeo su mejilla. —Me tengo que ir nena, —murmuro
calladamente, forzándose a salir de la
cama evitando las manos de Ally. Se
tropezó hacia la ducha y cuando salió su amiga estaba dormida de nuevo. Ryan reviso el despertador del reloj para
asegurarse que timbrara a las 8 pues
suponía que Ally necesitaba estar en el trabajo para las 9 y luego
camino hacia la mesa de la cocina y dejo una nota.
Gracias por la lección maravillosa en como llenar un fin de
semana. ¡Pensare en ti a
diario—especialmente cada vez que me tenga que sentar!
Con amor,
Ryan
Se subió a su Harley con una mueca yendo
directamente a la estación del MUNI para agarrar un aventón a la escuela. Me sentiré mucho mas cómoda parada todo
el viaje, pensó con una mueca. ¿Por
que es que tuvimos que probar cada nuevo juguete que compro desde la última vez
que la vi? ¿Que jamás aprenderé?
* * * * * * * * * * * *
Entro rápidamente a clase como 5 minutos tarde y
tomo asiento cerca de la puerta. Jamie
capto la mueca al sentarse y se pregunto si Ryan se había herido en su paseo de
bicicleta. Pero cuando la miro de nuevo
se dio cuenta que mal se veía. Estaba
pálida y sus ojos se veían rojos y apagados.
Su cabello estaba jalado en una cola de caballo y estaba metida bajo su
cachucha de cualquier modo. Mientras Jamie la miraba de nuevo la cabeza
de Ryan pego contra su pecho y se sacudió en su asiento al despertar
bruscamente. Si se mira muy herida, sonrió
maliciosa. Pero no por montar la
bicicleta.
Después
de clase Ryan la espero fuera de la puerta.
Estaba inclinada contra la pared y parecía que se quedaría dormida allí
donde estaba. —No quisiera mencionar algo
obvio, pero te vez como que si necesitaras un café, —Jamie bromeo cuando Ryan
tuvo que forzar sus ojos para que abrieran.
—No
creo que café me ayude, —gimió—. Creo
que buscare un lugar quieto y sombreado para tomarme una siesta hasta que tenga
que ir al trabajo.
—¿Que
no tienes tu laboratorio de biología?
—Si
pero no hay modo de que pueda hacer experimentos sin incidentes hoy. No quiero poner en peligro a mis compañeros.
—Anda
vamos—, le dijo al pasar su brazo por la cintura de Ryan—. Yo te puedo ayudar.
Después
de una caminada lenta y silenciosa subieron por los escalones de la casa de
Jamie.
—Debo de suponer que te diste cuenta de cómo
llenar tu fin de semana, —Jamie pregunto casualmente al guiar a su amiga hacia
su cama para que pudiera dormir.
—Oh, que si lo llene, —Ryan dijo pensando para si,
—Junto con cada orificio en mi cuerpo.
*
* * * * * * * * * * *
El
régimen de ejercicios el cual habían acordado era excelente para cumplir
con sus necesidades perfectamente. Permitía que Jamie pusiera a prueba sus
piernas 4 veces por semana, que seguía un día lleno de descansos entre
ejercicios. Jamie hacia las largas
distancias los lunes y miércoles. La
escala del monte los sábados o domingos, dependiendo de sus planes los fines de
semanas. Encontró un par de buenos
montes cerca del apartamento de Jack, así es que estaba lista. Trabajaron su espalda y hombros los lunes,
sus brazos y espalda los miércoles y sus piernas y pecho los viernes.
Después
de dos semanas de este régimen Ryan decidió dejar su bicicleta de Montaña con
Jamie para poder pasear juntas los lunes y miércoles. A pesar de que a Ryan le gustaba su nuevo gimnasio ya no podía ir
en sus paseos por la mañana, así es que tenia que usar el tiempo que tenia por
las tardes. Empezó a manejar su moto al
trabajo, y después a clases. Cassie no
estaba muy contenta de ser despertada cada mañana a las cinco de la mañana por
la escandalera del motor de la Harley, pero eventualmente dejo de quejarse
cuando Ryan acordó apagar el motor en
el bordillo y caminar la moto por el camino de entrada.
Cassie
no estaba muy contenta que digamos cuando Jamie le dio a Ryan una llave de la
casa.
—Jamie,
no quiero que esta mujer pueda entrar aquí cuando ella quiera, —le dijo de mal
humor.
—Okay
Cassie, —Jamie acordo—. Tiene que
entrar a cambiarse sus botas y chaqueta pesada antes de poder andar en bici,
así es que le diré que timbre la campana cada mañana. ¿Como duermes tan ligeramente, puedes bajar a dejarla
entrar? —Le pregunto dulcemente.
—Esta
bien Jamie, dale a todas las lesbianas pervertidas sexuales en la cuidad una
llave a nuestra casa. —dijo enfadada—.
Sabes algo, hable con unas personas que la conocen y dicen que es una verdadera
puta. No puedo creer que te guste
asociarte con ese tipo de persona.
Frunció
los labios y miro fijamente a su compañera por un largo momento. —Cassie si todas mis amistades fueran tan
amables, generosas y honestas como Ryan, seria una mujer muy contenta. —Dijo con los ojos estrechados, al volverse
sobre sus talones; esperando que Cassie entendiera el verdadero significado de
su burla.
*
* * * * * * * * * * *
Mientras
el trimestre progresaba las demandas sobre el tiempo de Jamie aumentaban hasta
sentir que no tenia ningún momento para si misma. Pasaba la mayor parte de su tiempo leyendo para su clase de
Ingles 4 (clase de literatura) y ocasionalmente se pateaba mentalmente por
haber tomado tantas clases que requerían tanta lectura. Cuando su cara no estaba metida en un libro
estaba en el gimnasio o paseando por los montes en su bicicleta. Pero encontraba que no importaba cuanto
tiempo dedicaba a sus ejercicios jamás lamentaba ni un solo minuto. Cuando andaba en su bici podía liberar su
mente de las preocupaciones de sus clases y del futuro. No se preocupaba de su relación con Jack o
pensaba de sus vidas juntos.
Simplemente ponía en pausa sus pensamientos y dejaba el viento pasar por
su rostro al pedalear por los montes empinados de Berkeley. Al no haber paseado en bicicleta por varios
años se dio cuenta que se había olvidado la libertad que dos llantas le
daban. No importaba que mal estaba el
trafico ella podía meterse entre los autos parados y estar en casa en pocos
minutos.
Pero
los ejercicios con Ryan era lo que de veras la motivaba. Trabajaban juntas 3 horas por semana pero
tenia que admitir que eran las horas más agradables de su semana atareada. Aunque pasaban mucho tiempo juntas tomando
café o una comida rápida los ejercicios eran cuando Jamie se sentía muy
especial.
Cuando
se permitía pensar de ello, Jamie era la que normalmente se pasaba el tiempo
tratando que otros se sintieran
especial. Muchas veces parecía que se
pasaba toda su relación con Jack asegurándose que tenia todas sus necesidades
cubiertas: asegurándose que tenia preparado su almuerzo o cena; estando con él
mientras estudiaba; nunca demandando salir a cenar o a una película; y estando
a su disposición sexualmente. Pero por
3 horas de la semana el mundo giraba alrededor de Jamie y en el desarrollo de
su cuerpo.
Una
de las cosas que había llegado a valorar de Ryan era su habilidad de enfocarse
intensamente en su tarea. Al pasar de
las semanas se dio cuenta que su enfoque era mas que bienvenido cuando estaba centrado en ella únicamente.
Jamie
había observado a muchos otros entrenadores durante sus semanas en el gimnasio
pero jamás había observado a alguien que se concentrara tan ferozmente en sus
clientes. Sin ninguna palabra de
Jamie, Ryan automáticamente quitaba 5
libras de las pesas si estaba pesada demás por un poquitito, le ordenaba parar
en 9 repeticiones en vez de 10 si notaba demasiado agotamiento; se pasaba
cierto ejercicio si uno relacionado estaba muy pesado para hacer en cualquier
día. De todo a todo estaba tan
sintonizada a Jamie y su cuerpo que después de un tiempo apenas cruzaban
palabras durante una sesión.
Normalmente
después de las sesiones se paseaban a casa de Jamie en sus bicicletas. Ryan siempre estaba vigilante de que los
músculos de Jamie estaban lo suficiente calientes para permitir el viaje corto
y una vez que llegaban invariablemente enviaba a su cliente a la ducha. Ryan pacientemente esperaba a Jamie y
después le daba un buen masaje en la parte del cuerpo que había sido más
estresada. Durante el masaje Ryan
normalmente pasaba al menos 10 minutos alabando su ejecución de los ejercicios
en el gimnasio. Jamie sabia que parte
de la razón que Ryan la elogiaba era para mantenerla motivada; pero sin
embargo, se devoraba los comentarios con deleite. Se sentía tan única y especial cuando pasaban tiempo juntas que
empezaba a despertar en de muy buen humor los días que tenia su rutina de
entrenamiento.
*
* * * * * * * * * * *
En
un fresco y nublado miércoles Jamie llego al gimnasio para su cita de las
4:00. Busco a Ryan pero no la vio
esperando junto del escritorio del frente como era su costumbre. Dejo sus cosas en su casillero y entro a la
parte principal del gimnasio buscando a su amiga. Al casi darse por vencida y
estar a punto de enviarle un mensaje a su busca, la vio en la
esquina del fondo del gimnasio.
Jamie
nunca había notado el equipo de box situado sobre una plataforma poco elevada
en la esquina. Pero Ryan estaba parada
frente una bolsa pesada cubierta en cuero, pegándole como si quisiera sacarle el relleno con sus manos
que estaban cubiertas con guantes rojos de boxeo. Se quedo observando a su amiga, viendo el sudor volar de su cara
al dar golpe tras golpe. Jamie pensó
que ella no podría darle a la bolsa como su amiga lo estaba haciendo. Pero al verla más de cerca podía ver que la
técnica de Ryan era la adecuada. Pegaba
desde su hombro, usando la fuerza de su torso entero detrás de cada golpe. Jamie noto que casi estaba de puntas sobre
los dedos de los pies, mientras
golpeaba la bolsa y que su cuerpo seguía su brazo, hasta sus caderas ayudaban
con el empujón. Le sorprendía que
pudiera quedarse mirando a su amiga por tanto tiempo sin que notara su
escrutinio, pero Ryan estaba tan concentrada que obviamente estaba inconsciente
de cualquier cosa más que de su asalto furioso a la bolsa pesada. —¿Um..estas enojada con alguien? —por fin pregunto quebrando el encanto.
Ryan
se giro para enfrentarla, el sudor volando de su cabello y dándole a Jamie un ligero roció. —¿Cuando te…que hora es?
—pregunto al mirar su reloj—.
¡Dios mío! —jadeo—. ¡Son las
4:15!
—Lo
sé, —Jamie dijo con una sonrisa—. Te he
estado mirando los últimos 15 minutos.
—¿En
serio? —Ryan pregunto con una mirada
perpleja en su rostro.
Al
decir eso Jamie se dio cuenta de que extraño se oía decir que solo la estaba mirando
y le explico, —Jamás he visto a nadie trabajar una bolsa así. Siempre me ha fascinado el boxeo.
—¿De
verdad? —Ryan le pregunto dudosamente
al tomar una toalla chica de una pila y limpiar su cara y cuello.
—Si,
es cierto. Por cierto, eso fue bastante
impresionante. —elogio con una sonrisa.
—Gracias,
—dijo Ryan al ruborizarse un poco—. Mi
cliente de las 3 cancelo y quería hacer algo aeróbico por unos minutos. Pensé que esto seria algo que podría hacer y
no sudar demasiado, —dijo al mirarse a
ella misma en vano. Sudor aún corriendo
por su cara y bajo su camisa negra. El
sudor corría por sus brazos y hasta la camisa gruesa de golf se veía empapada.
—¿Mmm…estabas
equivocada? —Jamie atino.
—Bueno,
empecé jugando con la pera. —Ryan
admitió—. Pero cuando termine con eso
aun me sentía un poco nerviosa y pensé que la bolsa pesada me cansaría.
—¿Nerviosa?
—Si,
—dijo a la vez que su cuello y cara se sonrojaban—. A veces tengo necesidad de…no se…desahogarme.
—Creo
que tuviste éxito, —Jamie observo sarcásticamente.
—No
me vi tan mal después de la pera, —Ryan insistió.
—Bueno
ya que estas dando demostraciones déjame verte en ella unos minutos. —le rogó, verdaderamente interesada en ver a
su amiga trabajar su magia.
Ryan
la dio una sonrisa estrafalaria.
—¿Estas segura? —pregunto
dudosamente.
—Positivo,
—Jamie insistió. Ryan encogió sus
anchos hombros y extendió sus manos.
después de un segundo Jamie se dio cuenta que no se podía quitar los
guantes ella sola—. Wow, estos hubieran
sido una buena manera para que mis padres pudieran hacer que me dejara de
chupar el pulgar en la noche, —se rió.
—Mmm,
yo no me chupe el pulgar pero los podría haber usado para mantener un poco de
autocontrol, —Ryan medito mientras Jamie palmeo firmemente su estomago.
—Algunas
de tus citas probablemente desearían que las tuvieras ahora, —Jamie reprendió.
—Uuuuhu,
eso es frió, —Ryan murmuró. Se quito los guantes que Jamie había
desenlazado y se puso un par de ligeros guantes protectores. Enfrentando la pera centro su pesó y alzo
los puños casi al nivel de sus ojos—.
Mi hermano Conor puso una pera en la cochera cuando yo tenía como 10
años, —revelo al empezar lentamente a
pegarle la pera con cada mano en secuencia—.
Me tenia que parar sobre una caja para poder pegarle a esa cosa pero era
mucho mas dedicada de lo que él fue.
Claro, él tenia 14 y empezando a
interesarle las chicas así es que su atención estaba desviada. —sonrió burlonamente—. En fin, me gustaba muchísimo trabajar con la
pera y me ayudo inmensamente con mi coordinación de mano/ojo y con mi
concentración. Era tan delgada que esa
bolsa me podría tumbar de la caja si no ponía atención.
De
aquí a que termino de contar algo de su juventud su velocidad había aumentado a
tal medida que la pera solo era una imagen borrosa mientras la manipulaba
fácilmente con sus puños apenas moviéndose.
Era verdaderamente hipnotizante verla y Jamie medito que podía quedarse
allí todo el día simplemente mirando a Ryan pegarle a la pera. Pero después de unos minutos desminuyo el paso
y eventualmente paro la pera tomándola en sus manos. —¿Se ve divertido?
—pregunto con un centelleo en los ojos.
—Claro,
cuando lo haces tú, —dijo con una risa—.
¿Por qué es que nadie usa este equipo?
—Bueno
es que es mucho más duro de lo que se mira y la mayoría de las mujeres no
crecen con ello y no saben por donde empezar.
Pero me gustaría enseñarte si quieres.
Seria bueno para tu cuerpo superior.
—Hay
que quedarnos con las maquinas por un tiempo, amiga. No quiero morder más de lo que puedo mascar—. Miro a su amiga por un momento y pregunto—,
¿Tienes otra camisa? Esa esta hecha un
desastre.
—Buen
punto, —acordó al darle un jalón a su camisa mojada—. Creo que puedo tomar otra de la oficina. Ya regreso.
Después
de unos minutos regreso a su lado en una camisa demasiado chica. Jamie suponía que normalmente usaba un extra
grande y que esta no podría haber sido mas que una mediana. Pero no tenía quejas y tampoco ninguna de
las dos mujeres en las escaladoras que seguían el progreso de Ryan al cruzar el
gimnasio. —La única que tenían era de
alguien que se fue este año, —agrego
frunciendo el ceño—. Seguro solo tenia
9 años.
—Te
ves bien —Jamie le aseguro—. Ahora vamos empezando, entrenadora. ¡No será fácil si es que voy a tratar de
mantener tu ritmo!
Después
de los ejercicios agotadores Jamie pregunto, —¿Tienes tiempo para cenar? ¿podría preparar algo rápido?
Ryan
pareció considerar la oferta por un momento, pero al final dijo, —Me encantaría
Jamie, pero no tengo tiempo. Mi papá me
preparo un bolsa de cena, así que mejor
me voy a estudiar.
—Esta
bien, —Jamie respondió, tratando de no parecer que le importaba. En realidad le importaba muchísimo. Aunque le gustaban las sesiones mucho igual
le gustaba el masaje después de la ducha y los elogios. Pero no se sentía
cómoda admitiendo cuan especial era para ella ese tiempo con Ryan, así que
trato de parecer casual.
Ryan
noto la pequeña mirada de decepción en su rostro. —Si quieres algo de compañía esta noche, puedo hacer tiempo para
ti, —Dijo amablemente.
Jamie
se sintió un poco avergonzada, y trato de cubrir su comentario descuidado. —No,
yo también debería de estudiar.
Solo estoy buscando una excusa para no hacerlo.
—Si
estas segura Jamie, —Ryan dijo con una mirada intensa al agacharse un poco para
mira sus ojos.
—Positivo,
—respondió, inmensamente contenta que Ryan se preocupara lo suficiente por
ella.
*
* * * * * * * * * * *
Cuatro
horas después Jamie estaba trabajando duro en un articulo para ‘The Lesbian Experience’
(‘La Experiencia Lesbica’) cuando se dio cuenta que no tenia un libro
importante, Demonios, seguro lo deje con
Jack. El articulo no tenía que
estar listo hasta el viernes, pero tenia planes de estudiar para la clase de
‘Poetas Románticos’ al día siguiente.
Esta noche era la mejor para escribir el articulo, pero eran las 9 de la
noche y aun no sabia donde lo podía comprar.
Llamo algunos lugares y encontró que ‘Mama Bear’s’ tenia la única
copia en la zona, subiendo al Porsche se dirigió a Oakland.
Al
ir al rededor de la cuadra buscando un estacionamiento, noto un vehículo
inconfundible. Un Harley azul
turquesa y crema. Mmm, que esta haciendo ella por aquí, ¿‘La pequeña señorita tengo que
estudiar’? Estaba algo molesta
cuando entro a la librería pero no vio a Ryan por ningún lado. Bueno
supongo que pude haber dos mujeres que montan esa Harley. Esta dentro del reino de posibilidades. encontró su libro, paro en el mostrador
para pagar y estaba lista para irse cuando se detuvo para volver a dar una
rápida mirada por la cafetería.
El
lugar estaba un poco más oscuro que la última vez que había ido. Una mujer estaba sobre la pequeña plataforma
cantando algunas baladas contemporáneas más o menos adecuadamente. Jamie escudriño la muchedumbre en la luz
baja y noto que solo 3 de las pequeñas mesas estaban ocupadas—ninguna de ellas
por Ryan. Al girar la cabeza
lentamente, tratando de ajustar entre la luz de los dos cuartos capto lo que
parecía una forma conocida en el rincón más oscuro y lejano. Dos mujeres ocupaban el pequeño sofá en el
rincón mus oscuro. En realidad no se
podía decir que estaban sentadas, porque ninguna de las dos estaba
vertical. Una mujer negra con cabello
muy cortito estaba media inclinada en el sofá y Ryan prácticamente estaba
acostada sobre ella.
Jamie
se quedo con la boca abierta en la luz brillante de la librería, mirando con
asombro al par. Ryan estaba besando la
mujer profundamente a la vez que se movía gentilmente contra el cuerpo de la
mujer. Jamie pensó que jamás había
visto algo tan erótico pero cada fibra de su ser quería correr de la tienda y
jamás volver a mirar eso. Miro a Ryan
tomar la cara de la mujer y besarla con más pasión. Estaba incompletamente inmóvil pero igualmente no podía dejar de
mirar.
Ryan
empezó a enderezarse y la mujer la siguió, pegada a su boca como una
anguila. Cuando las dos estaban
verticales Ryan puso un brazo alrededor de los hombros y la otra bajo sus
rodillas y la jalo sobre su falda.
Jamie miro esas manos bronceadas y fuertes empezar acariciar le mujer
por todo su cuerpo. Sabía que se
desmayaría si no alejaba la vista, pero se sentía enraizada en su lugar. Miro las manos de Ryan se volvieron a los
lados de la cabeza de la mujer y detenerla quieta al empezar otra ronda de
besos profundos. Jamie miro lenguas
pasar entre bocas al alejarse un poco y de nuevo juntarse. La mano de la mujer lentamente subió por el
torso de Ryan y Jamie tuvo que sujetarse de algo para poder calmarse al mirar
una pequeña mano oscura tomar firmemente el seno izquierdo de Ryan y empezar
amasarlo. La cabeza de Ryan se levanto
lentamente para caer encima de sus hombros a la vez que una mirada de placer
cruzo la cara hermosa.
Cuando
el libro de deslizo de sus dedos insensibles Jamie oyó una voz preguntar. —¿Cómo estas nena? —la pregunta, que venia directamente detrás de su hombro derecho,
casi causa que gritara. Uso toda su
compostura para enfocar su atención en dirección de la voz. Babs la dueña de la tienda, y amiga de Ryan,
la miro con compasión—. No te molestes
con ella nena, —dijo—. Ryan no es una
mala chica solo que no puede estar atada a solo una mujer. Simplemente no es el tipo.
—¿Qué? —Jamie la miro en completa confusión—. ¿Por que estaría en…? ¿Que?
—Jamás en sus veinte años se había sentido tan completamente
inarticulada.
—Esta
bien nena. No eres la primera ni serás
la ultima. No dejes que te moleste.
—P…p…pero,
no estamos…ella no…NI YO…No hice… —Jamie verdaderamente solo quería caer al
piso y llorar. Estaba tan frustrada con
su inhabilidad de formar una frase coherente y sus sentimientos caóticos sobre
Ryan que estaba verdaderamente perdida.
—Solo
estoy diciendo que hay muchas mujeres a quienes les encantaría salir con una
chica bien parecida como tu. Y la
mayoría no te abandonarían tan fácilmente como lo hizo Ryan, —en eso palmeo la espalda de Jamie y se
regreso a la cafetería.
Jamie
esta aun más sorprendida. Como si
estuviera en un trance sus ojos viajaron por su propia voluntad de nuevo al
rincón oscuro. Miro cuando Ryan y su pareja
se desenredaron de una a la otra y se pararon sobre piernas temblorosas. La mujer tenía su brazo alrededor de la
cintura de Ryan y el brazo de Ryan estaba sobre los hombros de ella. Sus cabezas muy cercas al tambalear afuera
y a la oscuridad.
En
orden de tratar de calmar sus sentimientos Jamie recogió su libro y se sentó en
una de las mesas chicas. Se sentó sin
moverse y aturdida por al menos quince minutos con su mente completamente
embrollada. Estaba enojada, perpleja y
curiosa y aunque no quisiera admitirlo…totalmente excitada.
Finalmente,
se sintió lo suficiente bajo control para poder manejar. Camino hacia fuera y estaba sorprendida de
ver la Harley aun en su espacio. Le dio
vuelta a la esquina y vio a Ryan y la mujer inclinadas sobre un carro,
continuando lo que estaba haciendo en la casa de café. El problema era que el carro estaba en
frente del de Jamie.
¡Ahora Jamie podía entender sus sentimientos—estaba
enojada! ¡Me quiero ir por dios! Y
no quiero que me vea.
Su
problema fue solucionad un momento
después cuando la mujer abrió la puerta trasera, se inclino y deslizo tras el
asiento. Ryan se tiro y obviamente
callo sobre ella. Sus cabezas
inmediatamente cayeron bajo la ventana y Jamie sintió que se podía ir y no ser
vista.
Corrió
hacia su auto y entro rápidamente.
Después de un momento de torpeza con las llaves empezó el motor y
arranco tan rápido que sus pequeñas llantas Alemanas la podían llevar.
Una vez en casa, y segura en su cuarto, dejo que su
mente rumiara. No es como que si no
supiera que tenía muchas mujeres.
Actualmente verla con una mujer era tan asombroso. ¿Pero por que me sentía tan excitada? Considero la pregunta por unos largos
minutos. Seguro solo es el asombro y
la emoción de ver alguien hacer algo que es algo prohibido. Yo seguro me excitaría de ver a Mia y su
novio en serio hacerlo también. Podía
sentir su cuerpo ruborizarse al considerar justo que apasionada se veía Ryan
con su pareja. Dios si que estaba
bien metida. Se veía tan fuerte y
poderosa. Sus manos simplemente tomaron
posesión de la mujer. La beso con una
ferocidad que jamás he sentido. Se
miraba tan intensa. ¿Dios, que estarán haciendo
ahora? Su mente solo pauso un
segundo antes de que recibiera el mensaje obvio. ¿Que piensas Jamie? ¡Están teniendo sexo caliente en el
asiento trasero de su auto! ¿Oh, dios, por que no tome psicología anormal
como el resto del mundo?
*
* * * * * * * * * * *
Jamie
decidió que hablar con Ryan sobre haberla visto en la cafetería no tendría
ningún caso. No se hablaron el jueves
pero después de clase el viernes llegaron por un jugo como habitualmente lo
hacían pero como el día estaba tan lindo decidieron solo tomar una par de
botellas de jugo e irse al claro de la facultad para relajarse en el sol. Al acomodarse Jamie quedo perpleja al mirar
que Ryan saco su lonche de su mochila y empezó a comerse su tentempié.
—¿Mmm,
Ryan?—comenzó a decir.
—Mmrmfh?"
—¿Por
qué estas comiendo pan queques fríos y secos?
—Están
fríos porque fueron hechos anoche, y no tengo acceso a un microondas. Están secos porque el almíbar no viaja muy bien.
—Después de dar su explicación lógica se quedo mirando a Jamie con una mirada
apacible en su rostro. Este era una de
las idiosincrasias que Jamie amaba y odiaba.
Invariablemente contestaba la pregunta—exactamente como fue
preguntada. El pensamiento pasó por la
mente de Jamie que todos aquellos que la conocieran sabia que pensaba como un
abogado.
—Tú
sabes que esa no era la pregunta, —Jamie dijo al darle una palmada en el brazo.
—Okay,
confieso. No llame a casa a la 3 p.m.
para decirle a mi papá que no llegaría a la casa para la cena. Esto,
—dijo al sacudir el panqueque frió y seco—, es mi castigo.
—Mmm,
bueno supongo que eso hace las cosas mas claras, —respondió con una mirada
perpleja.
—Okay,
mi padre espera que cada uno de nosotros estemos en casa par a las 6 p.m. No es gran cosa si no puedes llegar. Pero si no le avisas para las 3 p.m. cocina
para ti. Y si cocina para ti, vale más
que te lo comas. Así es que lo que no
te comiste para la cena, te lo da para el almuerzo al día siguiente.
—Pero
no te lo tienes que comer Ryan, —Jamie se rió.
—Claro
que si, —Ryan entono seriamente—. Es
importante para mi padre.
—¿Qué
quieres decir? —pregunto, sin poder entender
completamente como comiendo pan queques podría ser importante para alguien.
—Cuando
mi madre murió el hacia lo mejor que podía para continuar que funcionáramos
como una familia verdadera. Teniendo
nuestras comidas juntos es una gran parte de lo que hace esto funcionar. Cuando yo quiebro una de las reglas de la
familia debe de haber un precio que pagar.
Se trata de respeto. —Sus ojos
profundamente azules estaban serios al mirar a Jamie fijamente.
—Me
encantaría conocer al hombre que quieres y respetas tanto Ryan, —Jamie digo al
cubrir la mano de Ryan con la de ella.
Ryan
se sonrojo un poco y le dio a Jamie una gran sonrisa. —¿Por qué no vienes a mi casa el domingo para la cena y conoces a
todos?
—Me
encantaría, —Jamie respondió con
entusiasmo.
—El
domingo a las 3 p.m. No llegues tarde,
—la amenazo siniestramente al darle a un panqueque otra sacudida en la cara de
Jamie.
*
* * * * * * * * * * *
Jamie salió de Palo Alto mas temprano de lo normal
para asegurarse que llegaría a tiempo para la cena del domingo. Siguió las instrucciones bien escritas de
Ryan siguiendo la autopista 101 y bajando en la Boulevard Cesar Chávez. Pensó para si misma que jamás había estado
en esta sección de la cuidad. Varias
veces tomaba la autopista 101, pero normalmente solo para ir a visitar a su
abuelo cerca de Nob Hill. Al manejar
por Chávez se le hizo aparente porque jamás había en esta vecindad. Su familia estaba interesada en la alta
cultura, finos restaurantes y eventos deportivos grandes. Este barrio modesto parecía como un buen
lugar para conseguir una buena comida Nicaragüense, pero eso era todo. La vecindad no estaba muy decaída pero
reflejaba muchísimo la cultura de sus más recientes inmigrantes de Centro
América. ¿Este es el barrio
de Ryan? Reflejo pensativamente. Sé que su familia no tiene mucho dinero
pero esto parece demasiado modesto.
Después
de un par de kilómetros cruzo Dolores, una ancha calle dividida con una gran
raya divisoria por el centro. A la
línea divisora imaginaria la vecindad
empezó a cambiar dramáticamente. Las
casas estaban bien cuidadas y las tiendas se miraban mas exclusivas. Esto
se ve muy lindo, reflejo al mirar la plétora de pequeñas casas Victorianas
de dos o tres pisos que aparecían a cada cuadra.
Llego
al domicilio indicado a las 2:40.
encontró estacionamiento
fácilmente y camino hacia la linda casita Victoriana. Escucho música sonar del garaje pegado a ella y decidió
investigar allí antes de subir los escalones exteriores que daba a la entrada
principal. Dos figuras oscuras estaban
acostadas sobre el piso al costado de una Harley crema al acercarse.
Entrando
al garaje tentativamente pregunto.
—¿Ryan? Aun no estando segura que una de las figuras fuera su amiga.
—Hola
Jamie, —respondió su amistosa voz
—. ¿Trajiste tu overol? —Ryan se escabullo de abajo de la
motocicleta y poniendo su 1.87 de estatura de pie. Llevaba su cabello negro en una trenza que salía de bajo el pico
de la gorra roja de béisbol puesta al revés.
Una camiseta sin mangas apretada mostraba cada uno de sus atributos de
su torso. Unos muy viejos y
descoloridos jeans 501 cubrían sus piernas.
Los jeans tenían grandes rajones en cada rodilla y unas pequeñas bajo
cada curva de su trasero. Al ponerse de
pie Jamie podía notar unas braguitas gris por las rasgaditas que parecía
extender mas de lo normal. ¿Que lleva puesto bajo esos jeans? Pensó.
¿Que usara bóxeres? Botas cafés con puntera de acero cubrían
sus pies.
Jamie
casi podía sentir su barbilla pegar contra su pecho cuando la otra figura se
puso de pie. Estaba casi segura que
Ryan no era melliza. Pero el hombre
alto quien ahora estaba parado al lado de Ryan era claramente el clon repleto
de testosterona. Mirándolos juntos
Jamie se maravillo del parecido. Pero
Ryan tenía curvas suaves, el hombre músculos tirantes. Él era al menos 5 o 6 cm. más alto y los
hombros más anchos, pero su cadera era angosta. No tenía ni onza de grasa en ningún lado que no debería. Su cabello era idéntico en color y textura,
pero él lo usaba corto a los lados y mas largo arriba. Sus ojos eran los mismos azul profundo y
tenían la misma intensidad que los de Ryan.
Pero Jamie rápidamente noto que les faltaba la gentileza de los de Ryan. Su mirada parecía intimidante, casi
depredadora, mientras la de Ryan casi siempre estaba abierta e interesada. Estaba vestido de modo parecido, pero su
camiseta cubría sus hombros y sus jeans tenían menos agujeros.
Ryan
se veía perpleja por la expresión en la cara de Jamie. —¿Algo escalofriante no? Dijo burlonamente.
—Que…Oh…si,
—admitió—. ¿No son mellizos, verdad?
El
hombre estaba ocupado limpiándose las manos con una toalla. Al terminar extendió la mano derecha en
saludo. —Como si ella pudiera tener tanta suerte de poder
compartir mis cromosomas, —el dijo con bravuconería
Jamie
se rió a la vez que Ryan le pego fuertemente en el bíceps. —Este es mi dulce, encantador hermano
Conor. Conor esta es mi amiga, Jamie.
—Gusto
en conocerte, Conor. —Jamie dijo
finalmente, dándose cuenta que aun estaba mirando fijamente, pero sin poder dejar
de hacerlo.
—Solo
va empeorar, Jamie. Prepárate. —Ryan advirtió.
Los
hermanos grasientos pasaron unos momentos guardando sus herramientas y
arreglando su espacio de trabajo. Jamie
los miro trabajar, aun incapaz de superar su asombro sobre el parecido. Después de terminar todos salieron por el
frente del garaje dando vuelta a la izquierda para subir los escalones angostos
que daban a la entrada principal.
Cuando llegaron al rellano noto que había una cubierta superior rodeada
de flores que obviamente cubría los dos garajes. —Lindo, —dijo apreciativa mente, tomando en cuenta el espacio
bien arreglado.
—Si,
—Ryan acordó—. Tenemos la única
cubierta superior en toda la cuadra.
Actualmente es una de las pocas en toda la vecindad. Es un buen lugar para sentarse y recibir
una buena bronceada de neblina. —Se rió entre dientes, reconociendo los
pocos días claros con los que la ciudad era bendecida. Dándole una mirada rápida a las casas
alrededor noto que todas eran parecidas.
Todas eran bastante angostas y muy juntas una de la otra; actualmente
casi todas se tocaban a los lados.
Conor
detuvo la puerta para ella entrando antes que los hermanos. —Tu casa es encantadora, —dijo con entusiasmo. Mientras Jamie echaba un vistazo a su
alrededor pensó para si misma que parte de lo que lo hacia tan encantadora eran
los cuartos pequeños. La casa solo era
del tamaño de dos cuartos de ancha y dos cuartos de profundo. La pequeña entrada iba a una sala igualmente
de pequeña. La sala daba a un comedor
formal que estaba idéntico a la sala en tamaño. La sala consistía de dos sofás de dos plazas y una silla de piel
que parecía estar muy cómoda. Un sofá
regular jamás hubiera cabido, y el cuarto aun así estaba algo apretado con el
arreglo presente. Había una pequeña chimenea
con un mantel que estaba llena de fotos de la familia. Pequeñas ventanas de vidrio emplomado a cada
lado de la chimenea. Otras fotos y diplomas cubrían la pared bajo las ventanas. La pared a la izquierda contenía una
estantería de techo a piso llena de libros y más fotos. La pared opuesta revelaba una puerta pero
Jamie no podía adivinar que cuarto podría abrir de la sala.
Al
mirar a su alrededor noto que lo mas atractivo del cuarto era toda la exquisita
detallada carpintería. El cielorraso
estaba bordado por profundas molduras de corona con un ancho borde de cuadro
directamente abajo. Cada ventana y
puerta adornada, igual la chimenea.
Jamie adivino que la casa tendría como 60 o 70 años, realmente muy nueva
para tener carpintería original. —Me
encanta toda la moldura que tiene, —le dijo a Ryan.
Conor
le dio una gran sonrisa al inclinarse en agradecimiento. —Gracias, Jamie, —le dijo.
Ryan
explico, —Conor es carpintero. Después
de salir de un instituto profesional uso la casa como su pequeño proyecto. Tenemos de todo tipo de molduras que puedas
imaginarte.
Corrío
su mano sobre la elaborada carpintería del mantel. —Ciertamente haces buen trabajo, Conor. —dijo con mucho aprecio.
—No
lo animes tanto, —Ryan advirtió—.
¡Sacara sus fotos y te monopolizara toda la noche!
—Hay
gente que esta interesada en las artesanías, —inhalo—. Jamie ciertamente parece poder reconocer la
calidad cuando la ve.
—Mi
madre le gusta mucho la decoración interior.
—Jamie explico—. Hicimos una remodelación grande hace un par de años y
se instalo mucha moldura, así es que aprendí mucho sobre tu oficio Conor.
El
comedor cómodo tenía una gran mesa de roble, rectangular. Tenia campo para diez, pero solo había seis
lugares puestos este día. Mientras
Jamie terminaba de investigar el cuarto
saludo a otro clon de Ryan. Este
se miraba un poco más maduro y mientras también tenia buen físico no dejaba la
impresión de poder crudo esperando brotar de su piel como sus hermanos. —¿Oh, Brendan, a que horas llegaste? —Ryan pregunto al cruzar el cuarto para
darle un gran abrazo y besar su mejilla.
—Vine
hace como media hora, pero yo tengo ropa buena puesta y no iba a dejar que los
monos grasosos me convencieran de arruinar un buen par de pantalones,
—respondió sabiamente.
—Brendan,
esta es mi amiga Jamie, —Ryan de nuevo
la introdujo, y fue forzada agregar—, Y este es Rory, —le dijo a Jamie al
entrar el ultimo hermano.
Bueno menos mal que el no es
clon, Jamie
pensó. Rory era mas bajo que Ryan por
unos dos o tres centímetros. Su cabello
era rubio, y Jamie supuso que seria un rojo profundo a la luz del sol. Sus ojos eran de un color verde bajo y
brillaban cuando sonreía. Su piel
también era más blanca que sus hermanos, pero sus facciones eran muy parecidas.
—Estoy
contenta de conocerlos, —Jamie dijo al tomarles la mano a cada uno.
Una
voz se oyó desde la cocina, —La cena será servida en exactamente media
hora. Cualquier persona con alguna
brizna de grasa sobre ellos no serán servidos.
Conor
y Ryan se miraron uno al otro. —te
hecho a cara o cruz por la ducha, —Ryan
dijo. Saco una moneda de diez centavos
de sus jeans, pero Conor tuvo la suerte—.
Por favor déjame algo de agua caliente, —rogó Ryan.
—¿Que
te valdría? —pregunto.
—Pues
eres tú el que tienes más que ganar como yo soy la que me siento enseguida de
ti en la mesa, —razono.
—Buen
punto, apestosa, —cedió—, me apurare.
—La
voz retumbo de la cocina de nuevo.
—Shi’vawn, —pareció decir—, Usa algo de tus modales y trae a tu invitada
aquí.
—¿Shi’vawn?
—Jamie boqueo a su amiga.
Ryan
se miro algo avergonzada. —Es mi nombre
verdadero, —admitió—. Lo cambie hace
mucho tiempo, pero mi papá no lo reconoce.
Caminaron
por la sala y dieron vuelta dentro de una cocina muy grande. El cuarto era rectangular y corría como
quince metros hasta una puerta de tela metálica al fondo. Era solo como diez metros de ancho, pero el
cielorraso alto y la cerámica brillante la hacia ver mucho mas grande. Pero la cocina no era lo que tenía a Jamie
hipnotizada, esa distinción cayo sobre el clon mayor masculino que estaba
meneando la hoya sobre la estufa.
Bueno, parece que no son
adoptados, pensó
Jamie. Martín O’Flaherty claramente era
el original de donde los pequeños O’Flaherty se habían copiado. Él era al menos otros cuatro centímetros más
alto que Ryan, con algo de gris en su sien.
Su físico se parecía al de Brendan y a la distancia podría haber pasado
por 30 anos de edad. Pero de cerca su
cara tenía las líneas pequeñas y piel arrugada que portaba un hombre que
trabajaba en una profesión peligrosa.
Sus ojos, en cambio, eran copias exactas de los de Ryan, azules
profundos, cálidos y amistosos.
—Pa,
este es mi amiga, Jamie, —Ryan de nuevo
hizo introducciones.
—Ahh
Jamie, —dijo calurosamente con algo de acento Irlandés—. Shi’vawn habla muy bien de ti y te menciona
mucho. Estoy muy contento de conocerte,
pero hubiera querido que fuera mucho mas antes, —dijo al tirarle una mirada a
su sonriente hija.
—Si
dices cosas buenas de mí mas, de la mitad como lo hace de usted Sr. O’Flaherty,
entonces soy una mujer con mucha suerte.
—Jamie respondió con un brillo en los ojos.
—¿Shi’vawn
estas segura que esta pequeña no es de nuestra tierra? —Dijo con una carcajada—. Parece que beso la pierda de Blarney hace
poco. Pero nada de Sr. O’Flaherty aquí
cariño. Me puedes llamar Martin o
Marty, el que prefieras.
—¿Qué
prefiere usted? —pregunto..
—Pon
atención, Shi’vawn, —le dijo con una sonrisa idéntica a la que Jamie había
vistos cientos de veces en su amiga—. Ella si tienes modales.
—volteo hacia Jamie mirándose algo pensativo y finalmente dijo—, Supongo
que prefiero Martín. Es el nombre que
mis padres me dieron y no veo ninguna razón de cambiarlo. —Esto ultimo dirigido a Ryan que tenia una
mirada perpleja—. Otra lección que
podrías tomar de ella es como vestirte para la cena, —dijo al mirar el conjunto de Jamie. Vestía con un suéter de cachemira y un par de pantalones anchos
de pana color crema. Un par de zapatos
de imitación lagarto completaba el conjunto.
—Lo
intentare, Pa, —Ryan acordó—. Pero no
creo que ni Jamie podría hacer mucho por mi sentido de la moda. —inclino la cabeza en profunda
concentración—. Parece que Conor ya
salió de la ducha. ¿Quieres venir a mi
cuarto para darme algunas sugerencias, Jamie?
—Claro,
Ryan, —respondió con un poco de
hesitación. Aunque estaba muy
interesada en ver lo que había bajo los jeans, sabia que no seria la mejor
idea. Pero hizo sus precauciones a un
lado y siguió tras los talones de Ryan.
Caminaron hacia la pequeña entrada y abrieron una puerta que Jamie no
había notado. Al descender unos
escalones bajos Ryan fue forzada a bajar su cabeza bastante. Le pareció a Jamie que estaban en un cuarto
que estaría localizado directamente tras los garajes. El cuarto estaba sorprendentemente bien iluminado como si
estuviera sobre la tierra aunque supuso que técnicamente seria el sótano. Una ventana con bisagra grande estaba sobre
la cama y daba al patio trasero. Jamie
podía ver un perro grande y negro mirando por la ventana con una mirada curiosa
en su cara.
—Hola
Duffy, —Ryan dijo al sentarse sobre la cama grande y abriendo la ventana—.
Duff, esta es Jamie, —dijo al apuntar a su amiga entretenida—. Es una muy buena amiga, y quiero que la
saludes gentilmente. —El perro ladeo su
negra cabeza grande y la miro seriamente que parecía indicar estar de acuerdo—
Pronto saldremos, sube a practicar, —dijo al cerrar la ventana y el perro se
fue trotando.
—Es
muy lindo, Ryan, —Jamie dijo—. ¿Que
clase de perro es?
—Es
mitad Labrador negro y mitad poodle standard.
Lo tome de un cliente hace como tres años. La mejor sugerencia que jamás he recibido, —dijo con orgullo.
Ryan
se levanto de la cama y cruzo el cuarto hacia un par de cajones y puertas bien
hechas que empotraban la pared entera de un lado de su cuarto. Empezó abrir las puertas y mirar su
guardarropa. Jamie se acerco enseguida
de ella y maravillo de cómo estaba todo tan organizado. Cada cajón estaba bien marcado. Camisetas M/L; Camisetas M/C; Camisetas S/M;
sudaderas; calcetas; ropa interior,
etc.
—¿Tienes
suficientes camisetas? —Jamie pregunto
casualmente al abrir el cajón de S/M para confirmar que las camisas que estaban
dentro ciertamente no tenían manga.
—Oye,
soy una les, —dijo defensivamente—. Camisetas
forman parte del uniforme.
—¿Necesitas
algo de ayuda Shi’vawn? —Jamie inocentemente dijo al ver que su amiga parecía
estar perdida.
—No
empieces, —la advirtió con una sonrisa.
—Por
dios, Ryan, pienso que te conozco tan bien, pero ni si quiera conozco tu
verdadero nombre.
—No
he usado ese nombre desde que tenía siete años, —Ryan respondió—. Solo Pa y mis abuelos lo usan, los muchachos
pararon cuando les daba una paliza,
—admitió—. Y ya me conoces, Jamie.
—dijo sinceramente—. Me conoces muy bien. No te hubiera invitado si no fuera así.
Jamie
recordó que la mamá de Ryan había muerto cuando tenía siete años. Pensando que tal vez había una conexión
decidió no seguir con el tema. —Estoy
segura que conozco todas las partes importantes, —admitió—, Además un toque de
misterio te favorece.
Ryan
se rió y regreso a su tarea. —Mi gran
problema es que no tengo pantalones buenos,
—se quejó— Cada vez que decido
comprarme algo bueno me encuentro unos shorts de bici o un conjunto de
calentamiento que sé que usare como diez veces mas y resulto comprándome eso
mejor.
Saco
un par de pantalones de lana perfectamente adecuados y un suéter color
crema. Dejo su selección sobre la cama
y se sentó a desatar sus botas. Jamie
se acobardo al considerar mirarla desvestir, sabia que se tenia que salirse
cuanto antes—. Creo que me ofreceré
ayudarle a tu papá mientras te alistas, —ofreció.
—No
permitirá que lo ayudes, pero estará agradecido por la oferta, —Ryan predijo.
Al
darse vuelta para irse recordó algo que la había confundido. —¿Por que le llamas Pa?
—Es
el equivalente de Papá en Irlandés.
Muchos niños les llaman a sus papas por Ma y Pa en vez de Mamá y Papá.
—Es
lindo, —Jamie ofreció al empezar a
subir por los escalones.
*
* * * * * * * * * * *
Como
Ryan había pronosticado, la oferta de Jamie fue rechazada por Martín. —Tú ve y juega con los niños, —dijo al dirigirla por la puerta ahora
abierta que daba de la sala. El
dormitorio mas o menos grande daba hacia la calle estaba lleno por una cama
king una silla bien usada y 3 hombres holgazaneando en varias posiciones al
mirar a los 49 batallar contra los Rams de St. Louis en una televisión
localizada en otro armario empotrado en la pared.
Jamie
se sentó en el piso después de rechazar la oferta de la silla. Rápidamente se unió en la discusión de la
falta de los 49’s de un buen ala cerrada.
Tom Rathman y Brent Jones les daban unidad, —agrego con
entendimiento. Ryan se unió, recién
bañada y sorprendentemente hermosa en su ropa de vestir, apenas que empezaba el
medio tiempo. Se sentó enseguida de
Jamie en el piso y observo un pequeño reto que Conor obviamente tenia con
Jamie. Ambos pusieron $5 y Rory estaba
actuando como juez. Jamie hizo una
mueca, pensando profundamente. —¿Bueno
tiene que haber una S, —dijo ella—, y una H? Pregunto con optimismo.
—¡Dos
de dos! —Rory dijo.
—¿Qué
tal una A?
—¡Tres
de tres!
—¿Una
W?
—No,
una mala, —el respondió.
—S-I-O-B-H-A-N,
—Ryan articulo al devolverle los cinco dólares a cada participante.
—No
es justo Ryan, —dijo Conor algo
perturbado.
—No
me gusta que la gente juegue con la ortografía de mi nombre, —digo
seriamente—. Me molesta, —dijo en voz
baja al mirar el piso.
—Perdóname,
Ryan, —Conor dijo rápidamente al levantarse de la cama y agacharse a darle un
pequeño beso—. No lo hubiera hecho si
supiera que te molestaría.
—Bueno
—admitió—, No me molesta tanto, pero si causo que te bajaras de la cama y
cayeras en mis malvadas manos, —Se rió alegremente al empezar hacerle
cosquillas a sus lados sin merced. Él
rápidamente perdió la habilidad de permanecer derecho pero ella siguió
torturándolo, mientras rodaba por el piso.
—Por
favor, por favor, no mas, ya no aguanto,
—rogó al reírse histéricamente—.
¡Tu ganas, tu ganas!
—Yo
siempre gano, —dijo orgullosamente al ayudarlo a enderezarse—. Yo soy la hermanita.
—Que
suerte tenemos muchachos, —se dirigió a sus hermanos que se reían—. Tener una hermanita que puede ganarnos a
todos.
El
juego empezó de nuevo justo cuando Martín los llamo para la cena. Brendan se levanto y le dio al botón para
grabar del VCR, y todos se dirigieron al comedor sin una sola queja.
Jamie
no podía recordar alguna vez haberse divertido tanto en la cena. Comidas en su casa siempre eran placenteras,
pero no había nada de interés. Cuando
ella y su mama comían solas, por lo regular salían a cenar y la conversación se
giraba sobre los intereses de su mama; ropa, viajes, arte y sus tantas
obligaciones sociales. Cuando su papá
estaba en casa para una comida usualmente hablaban de su trabajo o su ultimo
caso o política.
El
clan O’Flaherty en cambio, pasaba su tiempo de comida en bullicioso juego de
ver quien es mejor; cuentos graciosos; chistes y bromas constantes. Jamie estaba contenta que parecían aceptarla
sin problemas a su grupo. La bromeaban
sin merced pero con gentileza, pero ella noto que se lo hacían uno al
otro. Al final de la cena Jamie se
había formado una tentativa impresión de cada uno de los hombres O’Flaherty.
Martín
claramente estaba a cargo. Todos sus
hijos parecían respetarlo y admirarlo, pero ella no detectaba ninguna pisca de
temor. Cuando le dijo a uno de ellos
que dejaran de bromear cuando parecía volverse hiriente, paraban
inmediatamente. Tenia una buena forma
de contar cuentos y Jamie noto que cada uno de los hijos lo escuchaban
intensamente aunque se imaginaba que ya había oído sus cuentos muchas
veces. Él numero de repeticiones fue
obvio cuando terminaba uno, y todos los hijos se quejaban que el final había
cambiado. —¿Y como es que voy a
mantener a todos ustedes alertas entonces?—
Explico con una risa.
Brendan
era él mas serio de todos. Era un
abogado de una firma pequeña de interés publico, trabajando para asegurar los
derechos de gente con discapacidades.
Los otros chicos y Ryan lo miraban como un arbitro también. Era muy adepto a mantenerlos en línea, con
su agudeza y su facilidad de reírse, pero sus bromas eran gentiles y dulces.
Conor
claramente era el alborotador de los chicos.
Parecía que le gustaba meterse bajo la piel de todos. Jamie se podía imaginar las bromas que les
hacia a todos. No le sorprendió cuando
Martín dijo del numero de veces que había tenido que salir para sacar a Conor
de la oficina del director cuando era joven.
Conor
trabajaba como carpintero, un oficio que le gustaba muchísimo y obviamente era
muy bueno. El había construido el
closet empotrado de pared a pared de Ryan y el librero de Martín y el trabajo
era perfecto. El trabajaba para un compañía
que hacia trabajo de renovaciones en la cuidad, y tomaba mucho orgullo en
hablar sobre el trabajo históricamente preciso que hacia su compañía en varios
hogares Victorianos de la cuidad.
Rory
era juvenil y algo tímido. Era músico y
tocaba en un banda que seguido tocaba en varios clubes y tabernas de la
cuidad. Ryan explico que su banda tocaba principalmente música tradicional
Irlandesa. Jamie no estaba segura que
quería decir eso, pero esperaba saber pronto.
Viajaba bastante cuando su banda salía de gira con actos mas conocidos,
pero estaba en casa por varios meses este invierno, tocando en lugares de la
cuidad. Ocasionalmente le salía un
acento pronunciado Irlandés que uno de los otros lo hacia notar. Ryan explico que el pasaba la mayor parte
del verano en Irlanda cada año, tocando por todo el país. Ryan parecía tenerle mucho cariño a Rory, y
le presumió a Jamie sobre sus considerables talentos como músico. El solo se ruborizaba y sacudía su cabeza
ante los cumplidos, pero estaba claro que los agradecía.
Cuando
la cena hubo terminado Jamie se quedo asombrada a lo que sucedió
enseguida. Sin ninguna palabra de
Martín, o entre ellos mismos, cada hijo se levanto y empezó a hacer una tarea
en particular.
Brendan
entro a la cocina, se subió las mangas y se puso un delantal. Empezó a correr el agua en el fregadero
doble mientras limpiaba lo que estaba en la barra de la cocina. Conor empezó a limpiar la mesa del comedor
de una manera rápida pero eficiente.
Rory se unió con Brendan y se
preparo para secar los platos. Ryan
estaba encargada de quitar y doblar el mantel y servilletas. Jamie se ofreció ayudar, pero Ryan rechazo
su ayuda diciendo, —Una vez que empezamos te podrías lastimar si tratas de
meter tu cuchara.
Conor
se movió a la derecha de Rory y empezó a poner cada plato lavado y secado en su
propio lugar. Ryan tomo una escoba y
empezó a barrer todo el comedor. Tuvo
que ahuyentar a Martín y Jamie de la mesa para poder poner las sillas boca
abajo los asientos sobre la superficie de madera. Jamie se movió a la entrada de la cocina para mirar los eventos
desarrollarse con precisión.
Brendan
había acabado de lavar y se puso a lavar la barra de la cocina con un
blanqueador ligero que había preparado en el fregadero. Rory y Conor terminaron y regresaron al
comedor para preparar la mesa para la próxima comida. Usaron un mantel para diario bonito y unos platos de piedra de
hierro, poniendo cinco lugares. Brendan
limpio todos los electrodomésticos mientras Ryan barría la cocina. después de que termino tomo una fregona y
balde y limpio todo el cuarto. Saliendo
del cuarto de espalda hacia el porche cerrado y desapareció, apareciendo de
nuevo minutos después, por la puerta de enfrente acompañada por Duffy.
Duffy
hizo lo posible, pero gentil no era la palabra mas adecuada para el saludo
inicial que le diera a Jamie. Puso sus
patas negras y grandes sobre su cintura y dio un quejido hasta que bajo su cara
lo suficiente para ser completamente lamida.
—Supongo que debí preguntarte si te gustaban los perros, —Ryan dijo.
—Buena
suerte para ti, me encantan, —Jamie dijo con entusiasmo. Su familia jamás había tenido mascotas pero
ella siempre había querido un perro. Su
abuelo tenía un lindo Chihuahua de pelo largo cuando ella era chica pero no lo
había repuesto después de que el perro muriera de anciano.
En
cambio Duffy era un perro real. Fue a
cada de los hermanos en turno y lamió cada rostro. Martín actuó como que no le gustaba la atención, pero se rió
mientras Duffy seguía lamiéndolo contra
sus protestas.
Mientras
Ryan se sentó en el sofá de dos plazas Duffy se subió enseguida sobre ella y
recostó sus cabeza sobre su regazo.
—Duffy tenemos visita, —lo regaño— Sabes que solo hay suficientes
asientos para los humanos.
La
miro con ojos tristes, rogando por un aplazamiento. Fue rescatado por Brendan quien recordó a todos que el juego
seguro ya se había terminado. Cuando
la puerta del cuarto abrió Duffy salto del sofá y se dirigió directo hacia el
medio de la cama. Brendan reviso la
televisión para asegurarse que el juego había terminado, y cuando todos se
habían asegurado que no escucharían el resultado final todos entraron al
cuarto.
Jamie
se sorprendió ver a Ryan, Duffy, Conor y Rory todos caber en la cama. Ryan había corrido abajo para ponerse un par
de jeans y una sudadera con capucha azul marino de ‘Cal’, y Duffy se le acurruco
enseguida de ella desde su posición horizontal al pie de la cama. Conor y Rory sentaron contra la cabecera,
viendo fácilmente sobre las cabezas oscuras de Ryan y Duffy. Brendan trajo una silla del comedor para el
solo después de que Jamie había rechazado una para ella. Se sentó en el piso al pie de la cama, cerca
de la cabeza de Ryan. Martín se sentó
en su silla tapizada pero bien usada, y empezó a actuar como si estuviera
leyendo el periódico.
El
juego estaba muy cerca, demasiado cerca para los fans de los cuareta y
nueves reunidos. Todos se quejaron
y trataron de engatusar a su equipo de mejorar su ejecución. Sin embargo cada boca se abrió en asombro
cuando Jamie grito en frustración. —¡Ay
por favor! Mi abuela podría haber leído
el pase del ala. ¡Dale a la ranura, Steve, dale a la ranura!
Después
de un momento de pausa se dio cuenta que todos los ojos estaban sobre
ella. —Este, miro mucho futbol,
—admitió sonrojándose.
—¿Cuanto
es mucho? —Ryan pregunto una vez que
había regresado sus ojos a su cabeza.
—Pues,
he ido a todos los juegos de casa en Stanford desde que nací, y vamos casi a
todos los juegos de los cuarenta y nueves, —admitió tímidamente.
—¿Tienes
boletos? —Conor y Rory gritado al mismo
tiempo.
—Si,
este, la firma de mi papá tiene boletos.
—¿Cual
es la firma de tu papá? —Brendan
pregunto.
—Morris
& Foster, —dijo calladamente.
—Oh,
—fue lo único que dijo.
—Nadie
más parecía estar interesados en hablar sobre bufetes de abogados después de
que Young tiro una perfecta espiral a Hearst para terminar un juego hermoso
desde las 45 yardas.
Charlaron
sobre el juego por unos minutos hasta que Brendan se disculpo para irse a casa
y ponerse al día con algo del trabajo.
Ryan encontró los ojos de Jamie indicandole que queria ir abajo. Jamie se levanto y la siguió por la puerta y
bajaron por los escalones.
—¿Y,
que piensas? —Ryan pregunto tirandose
sobre su cama grande. Jamie tomo
asiento en la silla del escritorio de Ryan, jalándola enseguida de la cama y
poniendo sus pies enfundado en calcetines sobre la colcha.
—¿Sobre
que? —pregunto inocentemente.
—¿Ya
sabes de que-que pensaste de mi familia?
—Ryan indico lo obvio
Jamie
le dio una gran sonrisa y admitió, —No
recuerdo cuando he conocido un grupo de gente tan amable.
—Seguro
no haz de salir mucho, —Ryan arrastro
sus palabras, pero obviamente estaba contenta por el cumplido.
—Salgo
bastante, Ryan, y créeme, tu eres una mujer muy afortunada. Tus hermanos claramente te adoran y tú, el rostro de tu papá se ilumina cada vez que
te mira.
Ryan
la miro contemplativamente en silencio por unos minutos. —Si,
se que soy afortunada Jamie, —digo calladamente—. Me pase un par de años sintiendo lastima por
mi misma durante la pubertad. Extrañaba
a mi mama tanto y era aun mas difícil pasar por eso con un montón de hombres
que no tenían ni la menor idea. Pero
una vez que crecí un poco y vi que poca gente comparte el amor que nosotros
tenemos… —dejo ir un suspiro— Le doy gracias a Dios todos los días por todo lo
que tengo.
—¿Lo
haces en serio? —Jamie pregunto,
interesada en esta nueva faceta de su amiga—.
Nunca habías hablado de tu espiritualidad.
—Si,
de versa lo hago, —Ryan admitió. Se miro algo avergonzada, pero continuo
tentativamente—. Yo te quiero decir
algo que solo le he dicho a mi Pa.
—Fijo sus ojos claros sobre Jamie, obviamente esperando permiso.
Jamie
le regreso la Mirada y le dio una sonrisa de animo. —Adelante.
Ryan
aclaro su garganta nerviosamente al empezar.
—Como te he dicho antes, mi mama murió cuando tenia siete años. Apenas estaba empezando el primer grado
cuando paso y estábamos empezando instrucción religiosa. Las monjas nos dijeron que deberíamos dejar
a Jesús dentro nuestros corazones y todo lo religioso que creen que niños de 7
anos de edad pueden comprender. Pero lo
que me impacto mas fue cuando hablaron sobre la Virgen Maria. La Hermana Kevin explico que podíamos hablar
con Jesús directamente, pero que también podíamos pasarle un mensaje por su
madre. Nos dijo que Maria siempre vería
por nosotros así como nuestras propias madres.
—Ryan miro sus manos entrelazadas y seco una lagrima de sus ojos. Jamie tomo esta oportunidad de pararse y
sentarse junto de ella, asegurándola con su presencia.
—Supuse
que como mi mama ya estaba con Dios, no tenia que ir por la Virgen Maria, tenia
alguien conectado directamente a mis suplicas que los dirigiera a la partido
apropiado. —Aquí, se rió un poco a la
memoria de su infancia egoísta—. Desde
entonces le rezaba a mi madre en vez de Dios o Jesús. Sabia que nadie podría quererme mas que ella, y sabia que ella
siempre estaría allí para ver por mi.
Aún lo hago cada noche. —admitió
con la voz entrecortada a la vez que empezaron a caer las lagrimas en
serio. Jamie se acerco aun mas a ella
y envolvió su brazo fuertemente
alrededor de los hombros de Ryan.
—Shhh,
shhh. —Jamie la consoló en su oído al
mecerla gentilmente y acariciar su cabeza.
Se
quedaron así por varios largos minutos, Ryan parecía estar tranquilamente
revelándose completamente; Jamie emocionada mas allá de las palabras por la
confianza que Ryan le mostraba con sus acciones. después de poco Ryan se alejo para buscar a tientas la caja de
Kleenex sobre su mesilla de noche. Tomo
varios para sí misma y se limpio los ojos y sonarse la nariz. Miro al ver a Jamie hacer los mismo,
claramente haber sido conmovida por la historia.
—¿Te
molesta hablar de ella, Ryan? —Por fin
pregunto.
—No,
no contigo ni con mi familia. —Ryan respondió—. La extraño mas de lo que puedo expresar en palabras, pero me quiso
tanto que aun puedo sentir su amor.
Claro que daría cualquier cosa por tenerla de nuevo, pero la tenia
completamente cuando vivía, que siempre estaré agradecida por el corto tiempo
que tuvimos. Me gusta muchísimo hablar
de ella con gente que comprenden lo que significa para mí. Hace que vuelva a vivir para mí cuando hablo
de ella.
Jamie
estaba inmensamente contenta por esta revelación de los sentimientos de Ryan
por su amistad. Se inclino y
gentilmente beso las mejillas rosadas y
húmedas de Ryan. —Estoy segura
que estaría muy orgullosa de la mujer en que te haz vuelto, Ryan. —dijo sencillamente.
Ryan
la miro con la sonrisa más adorable que Jamie jamás habiase visto en una
persona. Sus ojos estaban algo
entrecerrados y se veía algo avergonzada al decir, —Gracias Jamie, eso
significa mucho para mi, viniendo de ti.
Después
de estar en silencio amistoso por unos minutos, Jamie se levanto de la cama y camino por el cuarto, examinando
todo de cerca. El cuarto parecía mucho
a Ryan. Limpio, bien cuidado,
organizado y bastante utilitario, pero con algo de color por aquí y por
allá. Un librero empotrado cubría la
pared opuesta del guardarropa y estaba lleno de textos de ciencias, revistas,
premios, trofeos por varios deportes y fotos.
Jamie se quedo sorprendida por uno de ellos después de mirarlo fijamente
por unos momentos volteo hacia Ryan con lágrimas en los ojos de nuevo. —¿Ya lo sabias, verdad? —Le pregunto sencillamente. Ryan se paro y se puso enseguida de
ella. Puso un brazo alrededor de los hombros
de Jamie y miro la foto tan conocida.
La
foto de color de 3x5 en un marco sencillo mostraba una mujer muy enferma
sosteniendo una pequeña, y triste criatura.
Los grandes ojos azules de Ryan miraba a la cámara y revelaban todos sus
temores. La mujer, quien Jamie supuso
había sido muy hermosa antes de que su enfermedad la acabara, también miraba
directamente al lente. Tenia una
estoica y calmada mirada en sus ojos verdes y estaba claro que aun poseía un
espíritu apasionado. La pequeña Ryan la
sostenía fuertemente, sus pequeños brazos envueltos alrededor de la cintura
frágil. La cabeza de Ryan reposaba
contra un hombro huesudo y una mano dolorosamente delgada sostenía por detrás
su pequeña cabeza.
—Si,
ya sabia que estaba enferma. Este fue
mi séptimo cumpleaños. —dijo
melancólicamente—. No entendía que era
la muerte pero sabía que pronto se iría, y sabía que no regresaría. Murió casi un mes después de que esta foto
fue tomada, —dijo con voz sin emoción.
—Oh,
Ryan, siento mucho que tuviste que sentir tanto dolor, —Jamie dijo al darse vuelta y ser envuelta
en los brazos fuertes de Ryan.
—Todos
sentimos esa clase de dolor si en realidad queremos a alguien, —susurro
Ryan—. Sabes que nadie se va sin
vida, —dijo al oído de Jamie.
—Lo
sé, pero eras tan pequeña, Ryan. Mira
esa cara tan preciosa, —se lamento al volver a mirar la foto.
Nota del Traductor:
1.- WASP, de familias blancas pudientes,
más probablemente de los colonizadores originales y normalmente de religión
protestante o episcopal.
2.- En la cristiandad, el término NO-DENOMINACIONAL,
se refiere a aquellas iglesias que no están bajo la denominación formal de
ninguna religión específica. Las iglesias no denominación ales tienen sus
propias reglas y los que las atienden suelen considerarse simplemente
cristianos (es decir creyentes en Cristo)
CONTINUARA